La literatura saharaui se consolida como una de las literaturas hispanoafricanas

Un articulo publicado hoy 8 de abril 2023 en el periodico El Levante en su sección POSDATA, titulado: "La literatura hispanoafricana", y en el que el periodista y editor Manolo Gil destaca: "Entre los autores de literatura hispanoafricana se encuentra el escritor saharaui Bahia Mahmud Awah con "La maestra que me enseñó en una tabla de madera". Al criticar la invisibilizacion de estos autores saharauis y guineacuatorianos y su activa presencia en España, afirma:

"Hoy hablo en el Posdata de @levante_emv de la invisibilidad de la literatura hispanoafricana. Escondemos nuestro pasado colonial. Guinea y Sahara son materia reservada. Invisibilizar esta literatura es continuar el discurso colonial y racista. También es cultura hispánica".

Para mas información se puede seguir el enlace del periodico: La literatura hispanoafricana - Levante-EMV: https://www.levante-emv.com/postdata/2023/04/08/literatura-hispanoafricana-85743565.html

 

El IX Congreso Internacional de la Lengua Española en Cádiz y el silencio sepulcral del Instituto Cervantes con respecto a los saharauis

Escribí esta reflexión en septiembre de 2017 tras mi participación en un seminario en la University College Cork, República de Irlanda, sobre “Spanish Lenguage and Identity in Poscolonial Africa and Beyond”.

Pasados seis años sigo recordando las palabras de la profesora de lingüística hispana de la misma universidad, la Dra. Seana Ryan: “Pertenezco a los que me entienden porque forman parte de mí”. Desde el 27 de marzo de 2023 se están desarrollando los trabajos del IX Congreso Internacional de la Lengua Española en Cádiz, España. En el evento participan 300 congresistas de todo el mundo hispánico para debatir sobre mestizaje e interculturalidad en su política de proyección de la “Ñ”. Siendo saharaui este evento me suena, “Sin novedad en el frente de la Península Ibérica”. Mientras, desde la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo el presidente de Colombia, Gustavo Petro, reclamaba ante España, monarquía y gobierno, “incluir como ‘observadores’ en las cumbres iberoamericanas a naciones africanas vinculadas por distintos motivos con Iberoamérica. Entre ellas la ‘Nación Saharaui’, víctima de la ‘injusticia’”.

El lenguaje tiene su fuerza, su razón y profundidad cultural cuando se piensa con él y se usa para decir la verdad. Ali Cheij Uld Hanun, emir mauritano de Auldad Embarec, leyenda en la literatura hasanófona y dueño de la admirada yegua Elmezuza, nos dejó este aforismo, السترة ما ضمنت الزﯕال “Quedar bien no implica perder”. La sentencia la pronunció ante su emirato reunido tras el secuestro y posterior devolución voluntaria de su valiosa yegua. El secuestrador era el maestro del emirato, Amer Boili. Una hazaña mal intencionada desde el principio y muy bien resuelta al final de manera reciproca sin que ninguna de las partes perdiera. Pero no es el caso del Instituto Cervantes, la institución que dirige el “amigo” del pueblo saharaui, el Sr. Luis García Montero. El Cervantes vuelve a ignorar a un pueblo africano, al que una vez dijeron español y que sigue cuidando con esmero y cariño el idioma que heredó de la metrópoli. Aquel que se declara “amigo”, el Sr. Luis García Montero, habría resuelto el gesto de quedar muy bien en cumplimiento a la sentencia del emir Ali Cheij Uld Hanun. Pero una vez más han sido incapaces.

Out of Africa”, Spanish Lenguage and Identity in Poscolonial Africa and Beyond. University College Cork

Bahia M.H Awah, es antropólogo, poeta y escritor saharohispano, natural de la Republica del Sahara Occidental.

“Tus pies te traerán donde está tu corazón”; “Vendrá otro día, el día soñado”, proverbios irlandeses; “Lo que en tu mente palpita, tu corazón sueña con ello” y “A quien aguanta le llegará la sombra”, dos proverbios saharauis en consonancia con dos irlandeses.

Cuatro sentidos del pensamiento político y social unen y alegan estos cuatro refranes de la cultura irlandesa y la saharaui. Irlanda, tras una gran revolución de intensos procesos políticos logró su independencia de Inglaterra en 1921. El Sahara Occidental, a través de dos levantamientos, nacionalista y revolucionario, declaró su independencia en 1976 tras la retirada española del territorio, incumpliendo con la doctrina de descolonización de la carta de la ONU. Irlanda tras su independencia vivió una guerra civil y el Sahara Occidental tras la proclamación de su estado-nación sufrió una invasión militar por parte de Marruecos y una guerra de dieciséis años. Si nos detenemos a analizar los dos procesos históricos sucedidos en estos, geográficamente distantes, pueblos y culturas, nos encontramos con un común denominador, una revolución de sólidas premisas surgidas de un largo dominio colonial, el británico y el español.

Ami Omar Awah, exiliado saharaui que fue perseguido por el dominio colonial español y francés de 1958 tras la alianza hispanofrancesa para aniquilar la resistencia anticolonial saharaui, reflexionaba: “un tema de conversación que no viene a cuento no tiene sentido”. Ese verano recibí una invitación del Department of Spanish, Portuguese & Latin American Studies de la Universidad de Cork. La invitación me llegó de Seana Ryan, profesora de lingüística de la universidad en la que me decía: “Trabajo en el tema de la lingüística hispano-africana, y me interesa mucho la situación actual de la lengua española en el Sahara Occidental. Hemos leído su libro 'El porvenir del español en el Sahara Occidental' en la clase de lingüística, y ha sido muy útil y nos gustó mucho”.

Seana Ryan me propuso que participara en el simposio sobre la lingüística hispano-africana. Acepté, consciente de la importancia del encuentro que deduje de sus palabras: “Creo que este simposio será una gran oportunidad de aumentar el conocimiento de estos temas en el mundo académico y también fuera de los límites de la Universidad”. Interioricé el clamor que Frantz Fanon reflejaba en su obra “Los condenados de la tierra” en los años sesenta y que siempre me ha acompañado: “Cada generación en su relativa opacidad debe descubrir su misión (…)”.

Subrayo pinceladas de la intervención de la profesora Seana Ryan que he recogido en mi bloc de notas, cuando se refirió al legado lingüístico que heredamos los pueblos y usamos como lengua de resistencia: “La lengua nos constituye”; “Pertenezco a los que me entienden porque forman parte de mí”; “Hay muchas carencias de información sobre la identidad hispano-africana en el contexto postcolonial” o “La escasez de la investigación académica para dar a conocer la realidad africana”.

Debo resaltar lo interesante y oportuno que ha resultado un simposio que contó con la participación de referentes en los estudios académicos sobre la producción literaria hispana en África y las otras lenguas que muchas veces son omitidas por las hegemonizantes.

Académicos de la talla del profesor emérito en la Universidad de Missouri-Columbia, Michael Ugarte, quien expuso sobre la cultura del exilio y la emigración. Un debate de actualidad en la academia que aborda en su reciente libro “Africanos en Europa”. El tema de la presencia negra en la “España de ahora”, un repaso sobre la historia de la excolonia española Guinea Ecuatorial que aborda con varias bibliografías como el libro “The departures of Maria Nsué”, en lo que Ugarte llama “emixlilio”; “La isla que se repite” de Antonio Benítez Rojo; los libros de Donato Ndongo como “Las tinieblas de tu memoria negra” o “Memoria negra” de Xavier Montoyá. Obras críticas que abordan la historia de Guinea Ecuatorial, y sobre las que decía Ugarte que son “un bosquejo de lo más fundamental”, afirmando que todos estos temas tienen que ver con lo que llamamos “neoliberalismo”. Ugarte finalizó su excelente ponencia con el tema de la mujer/emigración / exilio, centrándose en “La bastarda” de Melibea Obono´s y “Ekomo” de Maria Nsué, recordando el “excelente ensayo” sobre esta autora recientemente fallecida publicado por la profesora Benita Sampedro. Concluyó el profesor Ugarte subrayando e interrogando sobre el éxito de la novela “Palmeras en la nieve”, escrita por una española hija de colonos españoles en Guinea. ¿Por qué ha tenido éxito siendo problemática?, se preguntó, justificándolo porque su temática también es la que se ha abordado en su repaso de la historia cultural, social y política de Guinea Ecuatorial, en el contexto hispano-africano.

El profesor Brad Epps del Department of Spanish and Portuguese, de la Universidad de Cambridge, expuso sobre “Las tinieblas de tu memoria negra” del escritor Donato Ndongo, donde el profesor y experto en varias lenguas subrayó aspectos sobre los procesos disciplinarios del colonizador que muchas veces no llegan con la debida atención al mundo académico. Señalando que “la lengua siempre fue compañera del colonizador, promovida por la escolarización colonial”.

Presenté en nombre del Sahara Occidental, la tercera ponencia de la misma temática y enfocada sobra la historia de la lengua española en el Sahara Occidental y los frutos que ha dado, encarnados en generaciones literarias y su proyección al mundo afro-hispano; elementos que siempre he defendido y expuesto en estos encuentros académicos. Mi ponencia, “El lápiz del desierto saharaui en el exilio: La tiranía del exilio y la ocupación foránea en la memoria del desterrado”, ofrece un minucioso repaso sobre el legado lingüístico español en la Republica del Sahara Occidental y sus tres generaciones literarias. Cómo entró la lengua española, cómo influyó en la cultura afro-arabe-senhaya y cómo se quedó declarada patrimonio lingüístico heredado del colonizador y considerado lengua franca y de resistencia para la proyección de la causa del pueblo del Sahara Occidental, en su ampliación y pertenencia histórica al mundo hispano.

No me cabe duda de que los saharauis ofrecieron una muestra de pensamiento abierto, pragmático y con miras al futuro, cuando declararon la lengua de Cervantes como patrimonio, lengua franca y puente tendido al mundo hispano. A Buel-la Ahmed Zein, uno de los primeros universitarios que formó la metrópoli en los años sesenta, sublevado y convertido en un estudiante anticolonial de aquellos años, le preguntaron en una encuesta que hacía su instituto, qué quería ser de mayor. “Quiero ser médico para curarlo todo”, respondió en español. La lengua hasania y el español convivieron mutuamente en la cultura saharaui dándole un carácter universalista y emancipador sin autolesionarse, pese a los acontecimientos que se sucedieron. Un caso contrario a lo que pasó en Senegal, con la destrucción de las lenguas nativas para que el francés se quedara como lengua oficial, un tema abierto en el debate de la antropología.

El culturicidio de la ocupación marroquí en el Sahara Occidental, tanto material como inmaterial, fue otro de los temas abordados desde la tinta del lápiz del exilio saharaui. El activismo cultural, los derechos humanos, el aperturismo histórico religioso de coexistencia de los saharauis al conservar iglesias que dejó la metrópoli y luchar por que no fueran derruidas por la ocupación marroquí en el territorio, fueron los elementos fundamentales de mi comunicación durante el simposio. La producción de los escritores saharauis en el exilio durante estos veinte últimos años, la estructura en la que la diáspora se ha coaligado por sus sueños de libertad y por su pertenencia a un espacio histórico, que es el Sahara Occidental en su dimensión de Estado africano, son aspectos que pude abordar, explicar e intercambiar en este encuentro académico.

Entre las actividades de estos días, destaco la presentación del libro “The Gurugu Pledge” del escritor guineoecuatoriano, Juan Tomás Ávila Laurel, sobre el maltrato marroquí a los inmigrantes africanos que buscan cobijo en el monte marroquí Gurugu. Un interesante trabajo que ha sido plasmado en un formato “muy polémico” y “muy interesante” al no querer publicarlo ninguna editorial española. Sin embargo, el libro pudo ser realidad al ser traducido al inglés y publicado por la editorial inglesa And Other Stories. Desgraciadamente el lector español no puede acceder a ello porque la obra original está esperando el interés de algún valiente editor español. Edward Said decía que “El intelectual está para decirle la verdad al poder”, y Juan Tomás Ávila lo ha dicho asumiendo las consecuencias. Algo parecido sucede con mis libros, que solo pueden llegar a los territorios saharauis ocupados por Marruecos de manera clandestina.

A mi entender el simposio fue una respuesta a la contrahistoria y una mirada desde la academia del compromiso científico social, que ha prestado especial atención a los problemas de la otredad, cuando tratamos la historia de los pueblos que fueron dominados por Occidente e imaginados en su tergiversador estudio plagado de “orientalismo”. El Sahara Occidental y Guinea Ecuatorial son dos focos de interés académico en EEUU y en Europa, y muestra de ello es este simposio donde profesores y estudiantes pudieron escuchar, compartir, registrar y reflexionar sobre la realidad histórica invisibilizada de esas dos culturas africanas. Sus procesos políticos, culturales y su producción intelectual, que han estado alejados de la atención del mundo académico e ignorados por los representantes del establishment.

 

Señor Montero, السترة ما ضمنت الزﯕال “Quedar bien no implica perder, en un buen gesto”.

 Este articulo ha sido publicado hoy 29 de marzo en el blog del periódico El País, “Y … donde queda el Sahara”.

https://blogs.elpais.com/donde-queda-el-sahara/2023/03/el-ix-congreso-internacional-de-la-lengua-espa%C3%B1ola-en-c%C3%A1diz-y-el-silencio-sepulcral-del-instituto-cervantes-con-respecto-a.html#more

 

Libros de Bahia MH Awah para leer en 2023

LIBROS PARA AÑO 2023

 

Para curiosos, investigadores, devoradores del conocimiento africano-saharaui:

 

El fin de año y los libros solidarios de regalo para los amigos y amigas que leen sobres las causas justas, como la saharaui. Adquirir libros de Bahia MH Awah en el siguiente enlace:

 

https://www.bubok.es/autores/Bahiaawah

VERSOS NÓMADAS, del libro “Planiverso” de la escritora y poeta Yolanda Jimenez. 

 

VERSOS NÓMADAS, del libro “Planiverso” de la escritora y poeta Yolanda Jimenez. Obra realizada en homenaje a diez mujeres poetas desconocidas u omitidas por su cultura en cinco continentes. Entre estas mujeres poetas y eruditas con mayúscula está la que fue mi madre y maestra Jadietu Mint Omar Uld Ali Uld Embarec Fal, (1942 – 2007).

 

La escritora al leer sobre esta gran erudita y poeta del verso hasaniano y adentrarse en su historia, curtida en varios periodos, desde su niñez de familia nómada con memoria de resistencia anticolonial al forzoso exilio en Argelia, le ha dedicado este poema homenaje recordándola: “envuelta de estrellas, en susurros de viento, en desierto de arena, bañada de letras…” que aún resuenan en su Décimo quinto aniversario, patria, lucha, libertad y paz en ti Sahara.

 

A Jadiyetu Omar Ali

 

Te imagino,

te observo,

te huelo,

te leo,

 

en el azul de las telas,

en la quietud de tus ojos,

en la dulzura del té,

en la añoranza de tus versos.

 

Te imagino,

te miro,

te aprendo,

te canto,

 

en la inmensidad de la arena,

en tu jaima dispuesta,

en tu baúl de los libros,

en tu mujer de alegría.

 

Te imagino,

te hablo,

te acompaño,

te miro,

 

envuelta de estrellas,

en susurros de viento,

en desierto de arena,

bañada de letras.

 

Te imagino

con tus libros gastados.

Te escribo

sobre la madera de tabla.

Te descubro

en tu baúl de poemas.

Te reconozco

en las mujeres que somos.

PONENCIA PRESENTADA EN EL 8 CONGRESO, AIBR 2022. UNIVERSIDAD SALAMANCA “CREANDO LEGADOS”

 

FACTORES CULTURALES CORROSIVOS PARA EL REGISTRO DE LA MEMORIA ORAL EN LA CULTURA HASANOFONA SAHARAUI Y MAURITANA

Racismo, tribalismo, estratificación en castas y grupos anexos a tribus…

Para situaros en este caso que contempla el lema de nuestro congreso “Creando legados”, primero cabría localizarlo en el Sahara Occidental y Mauritania. Dos territorios de culturas híbridas de pueblos nómadas con raíces árabes, africanas y antiguos pobladores senhaya y mezaba. En este marco cabe señalar que el Sahara Occidental fue colonia española a raíz del reparto colonial de la Conferencia de Berlín en 1884. España abandonó el territorio en 1976. En la actualidad, la República del Sahara Occidental es un importante activo del continente, siendo miembro fundador de la Unión Africana.

La cultura oral de este territorio es eminentemente de registro humano, una particularidad de las culturas africanas, por lo que su memoria de registro se sustenta fundamentalmente en los “fondos humanos” que constituyen el principal archivo de la memoria oral de sus sabios, eruditos, poetas, jefes tribales, líderes políticos y revolucionarios de diferentes periodos tanto precolonial como postcolonial. Una realidad subjetiva en el sentido del planteamiento teórico que nos ofrece la antropología cualitativa cuando estudiamos un sujeto, que es el “observar”, “preguntar” y en menor medida, el “leer”. Teorías que en otro contexto de registro nos plantea el sociólogo británico Kenneth Plummer en “El uso de los documentos”, cuando nos explica en su planteamiento que:

El mundo está repleto de documentos personales. La gente tiene diarios, manda cartas, hace fotografías, toma apuntes, cuenta sus recuerdos, escribe en las paredes, publica sus memorias […]  (Kenneth Plummer 1983: 13)

La historia de la humanidad desde su aparición siempre ha estado relacionada con nombres de personas de la historia universal, ya sea en el contexto religioso, de civilizaciones y sus sucesivas metamorfosis que han transcurrido desde la antigüedad hasta nuestros días. Y el resultado de esos procesos tan lejanos nos ha dejado interesantes historias, leyendas culturales, libros sagrados, obras manuscritas, códices, pergaminos del viejo y nuevo testamento, hasta las más recientes obras de nuestros tiempos contemporáneos.

Si nos detenemos a pensar en los autores que produjeron durante todo este proceso, nos encontramos con nombres de figuras históricas y muchos anónimos que se dieron en distintas geografías y civilizaciones. Fuentes que nos han guardado con fidelidad interesantes pasajes de cada cultura y por ende de cada pueblo en su contexto regional antiguo y contemporáneo.

Con esta comunicación pretendo aportar luz sobre los factores corrosivos culturales que afectan en el registro oral de las culturas africanas, en el reconocimiento de algunos eruditos y poetas en la memoria, y en particular casos registrados en el Sahara Occidental y Mauritania. Un tema de mi interés que en este contexto de omisión e invisibilización intervienen varios factores que tienen que ver con la estratificación social y tribal, donde relevantes actores de esta cultura son desplazados con sus obras debido a su origen de castas o por causas de otro orden de linaje o nobleza en el contexto tribal.

Por consiguiente, en estos casos tanto obra como autor son objeto de un desplazamiento que ejerce y se hace responsable la propia cultura convirtiéndose en el causante principal de un invisibilizado fenómeno de antagonismo intersocial e intertribal que se ha dado y se mantiene, negando el rol de diversos eruditos en el Sahara Occidental y en Mauritania.

El antropólogo mauritano Abdel Wedoud Ould Cheij, el más destacado académico de estas dos culturas hasanófonas, subraya en una comunicación presentada en la Conferencia Internacional “Preservación de antiguos manuscritos”, celebrada en Adis Abeba en diciembre de 2010 que:

“Hasta donde sabemos, no existe un inventario exhaustivo de este patrimonio disponible”.

Frase que hace referencia a la identificación de obras y autores desplazados por sus orígenes de castas o estatificación tribal. Es decir, la falta de localización y estudio de los autores que podrían haber sido objeto de la invisibilización por razones de pertenencia tribal o de castas.

Un espinoso y complicado tema que la antropóloga y etnóloga francesa Sophie Caratini nos retrata en su obra “La hija del cazador”. La autora señala algunos estereotipos que nos podrían dar pista de la estigmatización con que la sociedad hace irrelevantes, o al menos invisibilizados, a sujetos de grupos minoritarios de castas y pequeñas tribus de origen diferente a las árabes hegemonizantes.

Se suele decir que el herrero es miedoso, y así no lo es, pues lo siguen considerando igual. Cuando alguien es muy miedoso, le dicen:

-          ¡Ni que te hubiera amamantado una herrera!

Los herreros son musulmanes como los demás, van a la escuela coránica. Entre ellos hay gente cultivada, hay herreros que componen poesías, que se lanzan desafíos literarios y hacen concursos. En general, son muy cultos, es raro encontrar a un herrero que no sepa leer y escribir en árabe bien; y hay grandes poetas herreros. (Caratini, Sophie, 2010: 173, 174)

En el mismo sentido el antropólogo mauritano Abdel Wedoud Ould Cheij señala algunos de los factores corrosivos, que considero que conducen a este problema, sujeto a variaciones causadas por todo tipo de peligros. Un mal de la cultura que persiste en el Sahara Occidental y en Mauritania y que intento explicar como factor corrosivo y dañino para la supervivencia del registro oral o de memoria de esta parte de la cultura africana en el que muchas figuras eruditas son omitidas y no tienen reconocimiento social.

El mal tiempo, las condiciones de almacenamiento, el cambio en los métodos de vida, así como también, la renovación y transformaciones de las formas de reproducción, etc.

Son factores que el profesor Ould Cheij señala como elementos corrosivos que afectan al patrimonio cultural material e inmaterial en el Sahara Occidental y en Mauritania y que han podido causar la pérdida y destrucción de muchas historias de eruditos y sus obras de poesía y sabiduría erudicional.

Este contexto de invisibilización es objeto de investigación en mi tesis doctoral sobre la historia de vida del poeta y erudito Bahia Uld Awah, natural del Sahara Occidental, aunque nacido en Chenguetti, Mauritania. La figura y la obra poética de Uld Awah han sido omitidos e invisibilizados dentro de su cultura por su origen de casta que lo sitúa en uno de los escalones inferiores de la estratificación tribal en la cultura hasanófona.

Este poeta y su obra no es más que un “referente en la sombra”, circunscrito casi en exclusividad a su entorno familiar y cultural. Sin que su obra trascendiera ni sea visibilizada como aporte a la literatura hasanófona en su registro de acontecimientos de importantes periodos en el contexto colonial y post colonial del territorio saharaui y mauritano.

Cuando se buscan las incógnitas que han desplazado fuera de la memoria de estas culturas africanas a estos eruditos y poetas, cabría hacer la siguiente interrogante: ¿Qué factores corrosivos culturalmente afectan en estos casos?

Por lo tanto, considero que estos factores que intervienen de forma negativa en esta parte de la historia los encontramos en el planteamiento del filósofo alemán Hegel: “La Historia avanza por su “lado malo”. Y en este lado malo están estos factores culturales que no dejan permanecer vivos en la memoria muchas leyendas del verso social, anticolonial y de erudición, como es el caso de Bahia Uld Awah en el contexto del registro y la construcción de la historia de la literatura hasanófona en el Sahara Occidental y en Mauritania.

Otro caso es el del primer poema en hasania. Fue compuesto en el siglo XI por el poeta conocido como Uld Emreizig. Cuando pregunté sobre él a referentes sabios saharauis me respondieron: “No es importante y solo sabemos de él que fue un pastor y herrador de caballos”. Debido a sus orígenes y su labor el papel de Uld Emreizig en la historia es sistemáticamente ninguneando.

Y vuelvo a la observación crítica del antropólogo Abdel Wedoud Ould Cheij en sus investigaciones sobre la importancia de los registros en los antiguos manuscritos y sus autores en Mauritania y en el Sahara Occidental:

“Los manuscritos mauritanos que todavía se pueden ver en la propia Mauritania, ya sean locales o extranjeros, están en su mayoría en manos de propietarios privados, en bibliotecas familiares”.

Y esta observación que señala Abdel Wedoud es uno de los factores que considero corrosivos al no formar parte estos manuscritos de un patrimonio común protegido por el estado. Condición que a lo largo del tiempo ha ido erosionando muchas obras y el reconocimiento de sus autores en la memoria colectiva.

En el caso de Bahia Uld Awah, que cité anteriormente en el marco del emprendimiento cultural y la importancia del registro de su obra, nos encontramos ante dos fondos de registro no reconocidos y que se desarrollaron en dos opacos periodos de la historia de la bibliografía de la cultura saharaui y mauritana. Se trata de los periodos de lucha anticolonial, finales del siglo XIX y principios del XX, en el contexto de luchas de descolonización e independencias de varios países africanos. Sin embargo, su ascendencia fuera de lo tribal arábico colapsa en la memoria de la sociedad la relevancia de esta figura. Y la razón la encontramos en los que elaboran y custodian los registros desde manuscritos y las historias de vida transmitidos acorde a los criterios del buen linaje cherifiano del que la clase tribal dominante presume y se vanagloria.

En los periodos post independencias en África, los estados naciones estaban llamados a reconstruir y revisar sus políticas al respecto y evitar el deterioro de las fuentes originales de las que se construyen y se retroalimentan las bibliotecas nacionales africanas. Sin embargo, en la mayoría de países, sobre todo en los del Sahel, los respectivos estados no se han preocupado por esta situación como reprocha el profesor Abdel Wedoud en las siguientes líneas:  

Desde la independencia y la creación de instituciones especializadas y/o interesadas, algunas instituciones públicas han realizado colecciones en beneficio de la documentación que han creado. Que sepamos, no existe ningún censo exhaustivo de este patrimonio.

Y entre los factores corrosivos que causa este mal cultural para el registro de obras, de manuscritos y de los autores, el profesor subraya que la problemática:

Está sujeta a variaciones causadas por todo tipo de riesgos: mal tiempo, condiciones de conservación, cambios en los estilos de vida, y también la renovación y transformaciones en las formas de reproducción, etc.

En cuanto a “las formas de reproducción” que cita Ould Cheij, en el caso de la poesía he podido saber de algunos casos consultados con el poeta y erudito saharaui Bachir Uld Ali Uld Abderrahaman. El poeta me ha explicado que hay destacados poemas de autores de “menos categoría” social de los que se han apropiado las tribus dominantes, atribuyéndoselos de manera intencionada a poetas de su tribu, ya sea de los zuaia, cherfa o tribus árabes guerreras. El erudito saharaui afirma que las causas de este desplazamiento intencional se debe a veces al simple plagio y otras a la intención de vanagloriar a un referente de una tribu dominante con un poema de gran calado.

El profesor y antropólogo Juan Carlos Gimeno Martín en la introducción de su trabajo titulado “Memorias orales del Sahara Occidental: la poesía en hasania”, en referencia al lado malo de la historia, nos recuerda el pensamiento del escritor y pintor inglés John Berger, que en su obra “Cada vez que decimos adiós” relata:

Sé también que, en ese caso, los poderosos le temen al arte, cualquiera que sea su forma, y que esa forma de arte corre entre la gente como un rumor y una leyenda porque encuentra un sentido que las atrocidades no encuentran, un sentido que nos une, porque es finalmente inseparable de la justicia”.

(John Berger en “Cada vez que decimos adiós”)

En síntesis, los factores culturales y políticos corrosivos para el registro de la historia de vida de los eruditos, poetas y sus obras, es decir de la memoria de las culturas africanas, caso el Sahara Occidental y Mauritania, se pueden resumir en estos puntos clave a tener en cuenta como factores culturales corrosivos en el registro de la memoria oral:

  1. La pertenencia del erudito, poeta o guerrero a determinados grupos tribales de escala social inferior a las tribus hegemonizantes.
  2. El origen de la figura, ya sea poeta, erudito o guerrero, es decir la pertenencia a castas o tribus adjuntas a otra por cuestión de protección, conocidas como lahma.
  3. El origen de la madre del poeta, erudito o guerrero, si era esclava o fue concubina. Esta condición priva al poeta de cierta resonancia y reconocimiento social.
  4. Si el erudito, poeta o guerrero es de la casta lemalmin, los herreros, tribus de pescadores, imraguen, de los libertos o negros esclavos.
  5. El racismo en sus múltiples dimensiones que persiste anclado desde la estrecha educación religiosa en la mente de las tribus, ya sean de raza blanca o negra en esta parte del continente africano.
  6. Otro factor corrosivo se añade en el contexto político que conoce el conflicto del Sahara Occidental con la ocupación militar marroquí, que denomino con el término “Culturicidio”. Una política que ejerce Marruecos desde 1976 contra el patrimonio cultural inmaterial saharaui, que el ocupante ha intentado diluir en la cultura marroquí, apropiarse de él o destruir. Como el caso de la obra del erudito Sidati Salami, compuesta de 18 capítulos y 1410 poemas en hasania. En 1978 su autor fue encarcelado y destruida su obra, tanto manuscritos como 7000 archivos sonoros. Otro ejemplo de obras de las que se trata de apropiar Marruecos es el tratado sociológico “Qitab Albadia” o Libro del Nomadeo de Chej Mohamed Elmami, tergiversado su historia con nuevas ediciones del libro publicadas en Marruecos.

Con esta breve comunicación he querido acercar este tema de interés para la investigación y su visibilización para que sea en este tipo de encuentros un caso al que se preste atención y dedicación a fin de visibilizar y acotar sus causas en esta parte del continente africano. 

Presentación integra en el siguiente video:

Texto de Bahia MH Awah, Proyecto Alice/Diccionario

Oléo Fadel Jalifa

Definición de refugiado

“En sintonía con la filosofía de las Epistemologías del Sur, el diccionario tiene como principal objetivo captar, partiendo del diálogo intercultural, interpolítico y de la ecología de los saberes, la complejidad y la riqueza epistémica del Sur global desafiando las lecturas hegemónicas y monoculturales del mundo”. Diccionario Alice y el pensamiento de Boaventura Sousa de Santos

“Los refugiados son personas como las demás, como tú y como yo. Antes de ser desplazados llevaban una vida normal, y su mayor sueño es recuperarla[1]”.

En mi condición de haber formado parte del exilio de la guerra del Sahara Occidental, que se inició en 1975 tras su ocupación militar por Marruecos, he vivido y sentido la amarga acepción de refugiado. Por consiguiente, para mí “refugiado” es la abrupta interrupción del deseo de vivir y crecer felizmente en el lugar de origen, donde nacieron, crecieron, vivieron, murieron y están enterrados los abuelos, los padres y en definitiva, los ancestros. Refugiado es la pesada losa que importuna en la mente y en el cuerpo del ser humano cuando por la fuerza o por imprevistas circunstancias es obligado a abandonar su propio espacio geográfico y sus grupos humanos. Refugiado es la condición más triste de llevar como etiqueta que nunca uno quiso. Refugiado es la palabra que no deja llevar buenos recuerdos en la memoria, a cambio permanecen las gélidas noches, los calurosos días, las inclemencias de la naturaleza en la larga marcha de la huida. Refugiado es el ser humano asolado por el miedo, unido a la necesidad de amparo y humanidad. Refugiado es la lacra de perder los buenos recuerdos de la infancia y soterrarlos por el drama del presente. Refugiado, en hasania, la lengua de los saharauis, denota satanización, mala suerte o maldición del destino. Refugiado es el miedo, la necesidad y la desolación en masas.

La poeta y erudita saharaui, Jadiyetu Mint Omar Uld Ali (1942 - 2006) vivió en campos de refugiados veintisiete años. El peso de su exilio y deseo de volver a ver su tierra y sus lugares de morada de donde fue expulsada, lo manifestó en estos versos, tres años antes de marcharse a descansar en el cielo.

خالك تشواش اللا اسب       امسوحل ماه زاحل

افكدني بكد اوسرد            ؤ ذاك الرك الساحل

Por el este /me desbordan /gratos tormentos /de melancolías, /y me recuerdan /a los montes de Auserd[2] /cuando al oriente miro /hacia este cristalino /blanco pedrusco[3] de cuarzo[4].

La palabra refugiado no existe en hasania. El término más cercano es “despojado por fuerza ajena” y tendría las siguientes acepciones. Todas ellas proceden de la lengua senhaya o zenaga muy presente en hasania, un híbrido de hablas africanas y vestigios del árabe clásico.  

  • زايك: Zayigh: Desterrado, destierro, huido, separado de los suyos.
  • لحواج: Lehuadj: desamparo, orfandad, carestía.
  • الواج: Luadj: deambular en una situación de extrema necesidad causada por la fuerza, guerra o hambruna.
  • الدواج او دايج: Eduadj o Daidj: extrema miseria y suciedad causadas por situaciones impuestas.

Sobre el término refugiado pregunté al poeta nacional saharaui Bachir Uld Ali Uld Abderrahaman[5], y me dijo que “Los saharauis cuando te quieren maldecir, te dicen  Yaatik Lehuadj o Yaatik Luadj”.

En el prólogo del libro “El sueño de volver”, (Mahmud Awah 2012: 9, 10) el escritor Luis Leante, afirma: “Muchos años después, Bahia Mahmud Awah es uno de los miles de saharauis en el exilio. No conozco una palabra más terrible que “exiliado” para referirse a la condición de una persona refugiada”.

En síntesis, verse abocado a esta condición de refugiado en el sentido de Boaventura de  Sousa Santos “los refugiados no son considerados plenamente humanos”, sucede  cuando los Estados imponen leyes, geopolíticas e ideologías reaccionarias por encima de los derechos humanos. 

 

BIBLIOGRAFIA

  1. Web oficial de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, el 20 de julio 2015: https://www.un.org/es/events/refugeeday/2015/sgmessage.shtml y el periódico español Publico: https://www.publico.es/videos/556426/boaventura-de-sousa-los-refugiados-no-son-considerados-plenamente-humanos:
  2. Bachir Uld Ali Uld Abderrahaman, poeta nacional saharaui, cuestionario realizado el 1 de mayo de 2019 desde los campamentos de refugiados saharauis.
  3. Web oficial de Comisión Española Ayuda a los Refugiados, consultada el 1 de mayo de 2019. Y el libro ‘Refugiados, frente a la catástrofe humanitaria, una solución real’, de Sami Naïr: https://www.cear.es/dia-del-libro-10-libros-sobre-refugiados-que-deberias-leer/
  4. Hamadi Awah, Bahia (2012) “El sueño de volver” Editorial CantArabia.

 

Reseña biográfica

Bahia Mahmud Awah

Natural de la República del Sahara Occidental, escritor, investigador, antropólogo, profesor Honorario en la UAM. Miembro del Centro Estudios Afrohispánicos, UNED. Integrante de la ONGD Antropología en Acción, AeA. Miembro del grupo de escritores saharauis en el exilio Generación de la Amistad.

 

[1] Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, 20 de junio de 2015, con motivo del Día Mundial de los Refugiados.

[2] La mayor orografía en la región sur del Sahara Occidental, donde la poeta nació y pasó su juventud.

[3] Un collado con guijarros de color blanco que le hizo evocar su tierra, por su parecido a su paisaje natal.

[4] Versos recopilados de los manuscritos de Jadiyetu Omar, recogidos por Lehbeila Mahmud Awah y traducidos por Bahia Mahmud Awah.

[5] Entrevista por videoconferencia realizada con el poeta nacional saharaui Bachir Uld Ali Uld Abderrahaman el 1 de mayo de 2018 a las 12:46h, desde los Campamentos de Refugiados Saharauis en el Sur de Argelia, donde vive el poeta desde hace 43 años.

e el poeta desde hace 43 años.

 

De las delicias del verso y la transgresión de su autor saharaui

El fallecido poeta saharaui Beibuh Uld El Hach (1929-2017) sobre las reivindicaciones de la identidad saharaui por parte del régimen marroquí escribía un largo poema que se titula “La lengua, el bagaje y la jerga nos separan”. Y Don Quijote decía “Si el poeta fuera casto en sus costumbres, lo será también en sus versos; la pluma es lengua del alma”, y no dudo que lo fue la pluma y alma del poeta Beibuh como lo es Bachir Uld Ali Uld Abderrahaman en casto y pluma.

El poeta Bachir Ul Ali al desarrollar la temática inicial que aparece en el poema de Beibuh zanja cualquier duda en las abismales diferencias que alejan a la identidad saharaui de la marroquí y su cultura.  El rigor del verso que cantó Beibuh lo ratifica en este poema Bachir Ali.

 

Opuestos y diferentes a ellos

Opuestos seremos los saharauis con Marruecos

como pueblo,

en la moral y en el credo.

Los ancestros nos separan

Nos separan su traición a la religión,

ellos dicen que su amo es el Rey Hasan

y nosotros decimos

que sólo tenemos un amo:

el Dios todopoderoso y compasivo.

Nos separan costumbres y hábitos,

Nos separan los vocabularios

Nos separan los modos de vida

Nos separa la genealogía

Nos separa la geografía

Nos separan los brotes de verdes hierbas

Nos separan días de calor, fríos y vientos

Nos separan atuendos

Nos separan y nos diferencian deleites y hospitalidad

Nos separan indumentarias

Nos separan el arte de cocinar en el desierto

y desde antaño y desde los ancestros

otros rasgos más nos separan.

Ellos ordinarios son del género humano

y nosotros somos más que esto

porque no nos exponemos para que nos adivinen

leyéndonos en manos llenas de perforadas conchas y caracolas.

Nosotros y ellos opuestos seremos

como pueblo,

en la moral y en el credo.

Reto al marroquí escribir un aguilal en Leboir

o que se enardezca por nuestro canto

o que tenga atisbo de nuestra sombra

o que tenga el mínimo de nuestros gestos

o que tenga una brizna de nuestra guasa,

tú que pretendes conocernos.

Reto al marroquí ofrecer sus alfombras al huésped

como iguala en nuestra generosidad

donde los días transcurren reflejados en nuestra sonrisa

de alma sincera

y nuestras puertas abiertas de par en par

y aglomeradas de convidados.

Le reto a que nos igualen en proteger el vecino

en ser transparentes

en ser hombres al que se pueden confiar.

Le reto a seguir nuestros pasos cuando

enfurecidos golpeamos en la batalla

o cuando acudimos salvar al débil

o saldar las deudas de los que poco tienen.

A Marruecos les aconsejo no tener esperanza

con nosotros.

Nosotros y ellos opuestos seremos

como pueblo,

en la moral y en el credo.

Desde allá asómate y fíjate, verás un marroquí y un saharaui

caminar en un zoco,

observa su caminar y te darás cuenta sus diferencias,

observa la fisionomía

observa el temple y seguridad personal

observa sus manos y sus pies y luego si sigues

observando te darás cuenta de que Dios nos ha diferenciado.

Decidles a Adán y a Eva si es cierto

que han parido para Marruecos este espécimen de humanos,

decidles que a nosotros

nos renegamos de Adán y nos renegamos de Eva.

África vuelo California BA 279

 

En homenaje a mis hermanas y hermanos del África negra que surcan por sus sueños atravesando mares y océanos

África vuelo California BA 279

 

Lejos y sin cosechas, allí dejo

mi África sin pan.‎

Repetía una y otra vez cuando despedía

tierra firme, su tambor, su mortero y su viejo arado.‎

 

Náufrago,‎

se  marchó en busca de otros horizontes,‎

y el África atrás despedía, sumergida en tristes tinieblas,‎

de hambrunas,‎

de guerras de tripas,‎

de cayucos y pateras,‎

hundidos con todas las quimeras de la tribu. ‎

El pan que un día partió para traer

costaba tanto como el caviar ‎

del “Masa Time Warner Center de Manhattan" . ‎

 

Bububakar, no dejó de llevar consigo un fardo

lleno de ilusiones, ‎

se lo aconsejó el jefe de los saimara,‎

se lo aconsejó el chej de los bambara,‎

o se lo aconsejó el patriarca de los zulú,‎

para que el día de la vuelta,‎

“si Dios navega‎

en tu habitual deriva de cada mar

viera su nueva chabola rebosando pan, ‎

trigo, maíz, arados y el timbal de tambores”.‎

 

Desde mi ventanilla busco África y delibero para sofocar

la ira de mi conciencia. ‎

Veo una Europa egoísta,‎

envuelta en oscuras nubes del porvenir, ‎

veo gigantes rascacielos, ‎

veo chimeneas de fábricas triturar mi virgen maíz,‎

y veo otras ensayar armas que destruyan ‎

los verdes campos de mis trigales,‎

y al ver otras y otras aldeas de espigas segadas

el dolor remueve mis intestinos vacíos,‎

esos de quienes llegan la deriva.‎

 

Preocupados los ancianos del clan, ‎

dicen, de España esta vez llegan al Atlas ‎

blindados de guerra en vez de granos de cebada

para hacer el cuscus del Rif,‎

y de Francia estorban la vida muchos soldados,‎

que no dejan de molestar ¡Eh, tu outre ici!‎

 

En pleno vuelo,‎

no dejo de pensar en el viejo continente, ‎

rezo para que esa humanidad vuelva a emerger

otra vez tras este siglo sin siembras

de maíz, ‎

sin arrozales y sin el sagrado trigo de los hijos de Caín.‎

 

Ya sobre las nubes del Atlántico ‎

siento franqueadas las fronteras,‎

y rotos los sueños,‎

los cayucos no cesarán de atravesar estos mares

porque creen que otro mundo más justo es posible.‎

Retazos de mis recuerdos de infancia del exilio en 1976

De mis recuerdos de infancia del exilio de 1976

A principios de marzo de 1976, en mi huida de la ocupación marroquí al territorio saharaui, llegué a los primeros asentamientos de refugiados saharauis en Tinduf el 11 de marzo.  Y mientras pretendía asimilar mi nueva condición de menor sin familia y exiliado, intentaba captar lo que en el entorno y en aquellas duras circunstancias se comentaba: recuerdo en los mítines que se hablaba de “Bachir, el poeta de la Revolución”; algunos le llamaban Bachir Uld Eghleiyilha, en referencia a su madre, una destacada mujer saharaui de la época.

Años mucho más tarde supe que Bachir simpatizó con la Organización Liberación Sahara (OLS) de 1970 y posteriormente en 1973 se afilió en las primeras secciones clandestinas del Frente Polisario que luchaba contra el dominio colonial español. El apodo de “poeta de la revolución” lo adquirió del mencionado poema “Oh, dueños del Sahara, empuñad las armas”, en el que cantaba por primera vez al Frente Polisario, pero también de un poema anterior, que dedicó a la sublevación antifranquista de Zemla, Casa Piedra, en El Aaiun que había protagonizado la organización de Basiri, la OLS. Un acontecimiento de la historia del nacionalismo anticolonial saharaui sucedido el 17 de junio de 1970, en el que Bachir no estuvo presente. Sin embargo, el histórico acontecimiento político contra Franco y la respuesta colonial a la sublevación le marcaron mucho.

Su familia se encontraba nomadeando en el noreste del territorio, cerca de los montes de Tirsalat, en las cercanías de Bir Lehlu, la actual capital administrativa de la República Saharaui. Allí fue donde conoció a algunos militantes de la Organización Liberación Sahara que habían huido de la persecución policial del régimen franquista, tras la sublevación. Aquellos militantes le informaron con detalle sobre lo ocurrido ese día en Zemla, y le proporcionaron testimonios directos sobre la masacre que protagonizó la legión española contra los manifestantes saharauis. El acontecimiento le llevó a escribir su primer poema de compromiso anticolonial.

مارين  طاري شي ينعاد                 ارجيت اكلل خبر الباس

يكون المخزن ساحل               عاد اماسي ذيك الناس الباس

يغير اثر المخزن بيه التدبير               اف تدبير اومور خبير

 في الشعب اعدل شك اكبير             و اماسي عنو ماه حاس

ولا حاجلي عن فيه خير                   بعد الى تم احك انحاس

ذيك الناس الا مانختير الناس                 التحك انحاس الناس

(…)

Nada nuevo por aquí

desagradable se cuenta

y así se lo pido a Dios.

Salvo que al oeste el gobierno

al pueblo considera

una ropa de usar.

Lo listo que es ese gobierno

y experto en defender

sus intereses,

que en las filas del pueblo

intenta causar

profundas heridas

y hacer que no las sienta.

Y creo yo que no es de bien

si sigue provocando la paciencia

de esa gente a la que prefiero

que mejor otros no provoquen

sus sentimientos.

Bachir, de todos los poetas nacionales saharauis, es el que ha adquirido una mayor formación política. Desde entonces ha ido caracterizando y definiendo su rico verso cargado de metáforas y recursos literarios muy presentes en el discurso revolucionario político saharaui en sus distintos periodos. Las veces que he estado en su jaima en el exilio de Tinduf he podido observar el caudal de vocabulario hasaní y de árabe clásico presentes con profundidad en su verso poético de arenga revolucionaria, su canto a las gestas y epopeyas saharauis y la crítica a temas sociales. En la filosofía de la literatura saharaui está muy presente un proverbio que reza ويل لغن من حكايتو  es decir “La belleza del verso está en quien lo recita”.

Bachir es un poeta que posee una especial y atractiva forma de recitar; una garganta con cadencia, sonoridad y ritmo poético que otros difícilmente lograrían. Quizá con la excepción del decano poeta saharaui Beibuh Uld El Hach Uld Buddi (1929-2017). Y si con otros vates se puede comparar la voz de Bachir, pensaría en el legendario poeta mauritano del siglo pasado Hamam Uld Fal, un lírico-épico mauritano insuperable en el don de las cuerdas vocales y belleza de verso hasaní; voz con las que se hace vibrar y enardecer las almas sedientas de la poesía en la cultura bidan en general. Pero también Bachir es uno de esos pocos agraciados en poseer los inigualables armónicos que necesita el verso para alcanzar la mayor belleza clímax del verso y en el fervor cuando declama ante el público.

 

ERRANTE COMO ULISES 

Del blog, Nombres y Almas

Ilustración Roberto Majan

 

Poema homenaje a el alama saharaui; de mi amigo el profesor Jesús Pastor Martín. Un poeta en el sentido estricto de la palabra, aunque èl dice  “Soy, más bien, un lector agradecido que ocasionalmente escribe”.

 

                                    A Bahia, poeta enorme, cantor del Sahara traicionado.

              

Aunque se habite en una casa opulenta pero lejana, en país extraño, no

hay cosa más dulce que la patria. (Odisea, Canto IX)

 

 

 

 

 

No todos los desiertos se ajustan a la norma

Y no hay ningún manual para salir airoso

Cuando uno es arrojado sin previo aviso

Y el destino final es la noche profunda.

 

No es bueno recorrer el desierto descalzo,

Solamente al amparo de la arena y el viento.

Hay quien tiene esperanzas de encontrar un oasis,

Compañeros de ruta visionarios, felices.

 

No podré saber nunca si existía un camino,

Una estrella fugaz, una señal piadosa,

O, al menos, el reflejo de una luz intuida,

Una brújula mágica, un remoto refugio.

 

No siempre es deseable negar la soledad,

Una vez y otra vez nos despierta la vida

Y, aunque ya no nos duelan, sentir las cicatrices

Del recuerdo que deja conocer los infiernos.

 

Y es tan dura la noche como breve es el día,

Dormir para volver al punto de partida.

Recubierto de herrumbre, errante como Ulises,

Solo pido un rincón y una noche discreta.

En recuerdo y homenaje a mi madre y maestra "Detu"  في ذكراكي بعد رحيلك عنا 

En homenaje a mi madre Jadiyetu Mint Omar Uld Ali Uld Embarec Fal. (1942-2006) la mestra que me enseñó de niño  en una tabla de madera, (LOUH), versos, versiculos, poesía en hasania y poesía preislamica.

 

Hoy 3 de mayo de 2020 es el día de la madre, al menos en España. Va este poema por su alma que en paz dencanse en su definitivo hogar del exilio, en Rio Wad Elma, (El Río del Agua) Tindouf, Argelia. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Post mortem. A mamá en su exilio

 

Cuando arremetió la larga noche del exilio

mi madre se echó a andar

días y noches.

Y dejó huellas en las cálidas

y polvorientas arenas de la Hamada,

y por debajo de sus firmes pasos

cedieron holgados horizontes.

Allí se hizo maestra.

Allí se hizo madre.

Allí se hizo erudita.

Allí se hizo guerrillera.

Y en los libros se hizo refulgente candil.

Rasgó el vientre del cielo

en busca de estelas hacia el lugar patrio,

morada del abuelo.

Y viendo que el tiempo del destierro se hacía largo,

indiferente y  sin horizontes,

mamá en su cuenco de esparto lo ofrendó todo,

la vida, los hijos, el marido, el nonagenario abuelo,

el ganado y los amigos de tertulias.

Por la libertad y la vuelta a casa

dialogó con las cuentas de su rosario astral.

Mamá entonces oyó bajo el altar de sus padres

resonadoras voces, multitudes de firmes puños,

y enardecidos ojos que clamaban:

“Henos aquí en unión de puños y vivas voces,

en desafío a los tenebrosos días del destierro,

y henos aquí,

en caminos de vuelta a estepas y moradas del abuelo”.

Y sobre la madre, todo ya lo dijo el Profeta,

“Si buscaseis el paraíso, halladlo en la firme pisada de sus talones”. 

Otras pandemias sufrieron y sufren los saharauis

Hubo otra pandemia nuclear que Argelia sufrió en su desierto y está en la memoria de las víctimas de los habitantes del Sahara Occidental durante su periodo colonial. Aquella pandemia manifestada en fiebre, convulsiones, irritaciones, colapso de las vías respiratorias y ceguera que vivieron los saharauis también sucedió en un mes de febrero de 1960.

Los ensayos atómicos que practicó la Francia Colonialista en los años sesenta en el sur de Argelia, cuyos efectos pudieron alcanzar a varios países africanos y también a España, mataron a muchas familias y animales en la parte noreste y este del  Sahara Occidental siendo colonia española. 

Un tema que aparece en mi libro el ‘Sueño de volver’ cuando recogía la historia de la familia de aquel dirigente estudiantil saharaui Hanafi Uld Mohamed Chej. Y que también en 2010 recordaba en El País el periodista Ingacio Cembrero  “(La primera bomba francesa arrojada el 13 de febrero de 1960) el impacto radiactivo se extendió a toda África del Oeste, por el sur hasta Centroáfrica y al norte, por la costa española y Sicilia”. Pero anteriormente también está en la memoria saharaui otra pandemia que sucedió según el calendario pastoril saharaui en Am Dega, correspondiente al mes de diciembre de 1953. Murieron, personas, camellos, gacelas, lobos, chacales, burros, conejos, ovejas y cabras… ese año la metrópoli vacuno a la gente en su colonia y es por ello que el año pastoril fue denominado el año de la vacuna, es decir Am Dega.

(…) Tras la huella de Hanafi recabé testimonios de su hermana Mgaili Mohamed Chej, su sobrino Mohamed Yeslem Uld  Beisat, su amigo Bujari Ahmed y Paqui Burgos; a través de ellos descubrí la trágica historia de su familia.

Su padre, Mohamed Chej Uld Maatala, murió en el año Am Tegal, también llamado Am Elhuma, es decir el año de la pandemia, que según el calendario pastoril saharaui vendría a ser 1956, también murió la más pequeña de sus tres hijas, Naguha, a raíz de las radiaciones de un ensayo nuclear realizado por los franceses en Irigan, sur de Argelia.

La gente que nomadeaba en el noreste del Sahara Occidental, en las fronteras con Argelia, no sabía del porqué de aquella fiebre que mataba a humanos y a muchos animales. Encontraban gacelas muertas o moribundas, entonces decidieron buscar las causas. Explicaban que esos animales no tenían relación alguna con los humanos por la que pudieran haber sido contagiados de enfermedades comunes. Siempre entre los nómadas ha habido gente sabia y descubrieron que las causas de aquella letal y rara fiebre eran producidas por un ensayo nuclear realizado por los franceses. Pronto lo relacionaron con una inhabitual detonación que les había aterrorizado tiempo atrás. Hablamos de finales de los años cincuenta. La noticia empezó a correr de boca en boca. La fiebre causó la muerte de mucha gente y obligó a los beduinos a desplazarse hacia al sur saharaui, alejándose de las fronteras con el país vecino. Años más tarde los saharauis comprendieron que era la fiebre de la derrota francesa en Argelia, la furia colonial contra la revolución argelina que causó un millón y medio de víctimas. Espero que esa pandemia del Covid 19 sea el final del neoliberalismo como lo fue el fin del colonialismo en Argelia y que sea el inicio de otros nuevos tiempos en los que primarán los intereses del ser humano muy por encima de la plusvalía del capitalismo.

Los saharauis aún no tienen la pandemía del Cornavirus, Covid 19 pero los saharauis sí que sufren la pandemía de la ocupacion marroquí. Tierra y cultura debaten entre la existencia o no contra la ocupacion marroqui. 

El baul de los libros de mi madre, Jadiyetu Mint Omar

Tenía un baúl de metal de esos azules que usaban las productoras para guardar y trasladar los materiales frágiles,  y que en el Sahara le llaman sandug lehdid, lleno de libros. Había de religión, manuscritos de poesía y tratados sociológicos. Mi curiosidad a veces me llevaba a abrir el baúl, y ahí solo observaba libros encuadernados con piel y bien adornados con geometrías tradicionales de colores rojos, negros y amarillos. Me llamaban la atención pero como ella cada vez que iba a cogerlos, lo primero que hacía era lavar sus manos, posarlas sobre una limpia y fina tierra cristalina y luego las pasaba por su rostro como si estuviera rezando.  Este ritual que ella practicaba me hacía entender que no podía tocar aquellos libros. Lo tenía muy claro ya que pasaba el día jugando en la arena llenándome de polvo.

Pero la curiosidad de un niño beduino me devoraba infinitamente. ¿Por qué mi madre guardaba cuidadosamente esos libros? Yo por entonces no veía su valor. No eran algo material de valor inmediato como una túnica, una tela, un turbante, un pilón de azúcar, un talego de té, de arroz o de grano. Cuando empecé a los cinco años frecuentar por primera vez las clases de louh[1] de un mrabet[2] que daba clase muy cerca de nuestra jaima, volví a ver aquellos baúles azules repletos de libros en la casa de Uld Beddi. Entonces pude entender para qué servían a mi madre. Para guardar como poeta y erudita sus inmaculados libros. La recuerdo, imbuida en la lectura de libros tan viejos que sus páginas caían cada vez que los abría. Algunos eran de la poesía preislámica, de Imru Qais, Qais Ibnu Al Mulauah y otros. No recuerdo con certeza los títulos pero le prestaba atención cuando ella los leía con voz suave y modulada. Así me fui familiarizando con los nombres de Majnun Laylá, Qais Ubnu Al Mulawah y con los manuscritos de clásicos saharauis como Uld Tolba, Salama Uld Eydud y Yedehlu Uld Esid, entre otros.

Los viernes eran sus días de lectura y buscaba estar sola hasta que alguien de la familia le interrumpiera con la hora del té al mediodía, o con la aparición de mi padre preguntándole de alguna cosa con voz grave. Leía unos tratados sociológicos de la jurisprudencia islámica como Dalil Al Bujari[3], o  Dalailu Al Jairat, recopilación de selectos versículos que oran por el profeta Mahoma y recogen pensamientos de conducta social atribuidos a él.

En esta semana en toda España se ha celebrado el día del libro, San Jordi en Cataluña, La Noche de los Libros en Madrid, las lecturas continuadas del Quijote o la entrega del Premio de Cervantes. Y precisamente el 23 de abril recibí un correo de una amiga académica estadounidense en el que me daba una noticia sobre uno de mis libros “La maestra que me enseñó en una tabla de madera” que no podía ser más oportuna, un indiscutible homenaje a mi madre, “La maestra”. Sentí que dialogaba con ella sobre la buena noticia, volví acordarme del baúl azul, de sus manuscritos, de sus libros y del ritual cuando se aseaba para tocar sus inmaculados libros.

 

 

[1] Tabla de madera de color castaño oscuro con la que aprenden a leer los niños en la cultura del Sahara Occidental y en Mauritania.

[2] Maestro que da clases de iniciación en la lengua árabe y posteriormente en la memorización de pasajes del libro del Corán.

[3] Libro que recoge palabras del profeta Mahoma recopiladas por teólogos que pudieron registrar a través de notables que memorizaban su pensamiento.

Bujari Uld Ahmed Uld Barical-la, el ilustre intelectual y diplomatico saharaui del s. XX. Homenaje en el libro "Sahara Occidental. Del abando colonial a la construcción de un estado"

Son varios los intelectuales saharauis en sus más versátiles facetas, época y contexto, que nos dejaron a lo largo de estos años. Algunos consagraron su vida a la diplomacia intelectual, otros a la erudición y literatura y también los hubo que además de ser dirigentes revolucionarios destacaron como poetas que cantaron el proceso de liberación saharaui. El 3 de abril de este año hemos conmemorado el primer aniversario de la desaparición física del que fuera durante décadas Representante saharaui ante la ONU, Bujari Uld Ahmed Uld Barical-la. El 19 de octubre de 2017 nos dejaba el poeta nacional Beibuh Uld Buddi Uld El Hach; el 20 de octubre de 2006 perdimos a la erudita y poeta Jadiyetu  Mint Omar Uld Ali; y en la segunda mitad del siglo XX cayeron en combate los dirigentes y poetas Moichan Uld Lumahad, el 07 de mayo de 1980 y Biga Uld Abali, el 26 de julio de 1982.

Mañana lunes 8 de abril se presenta en Zaragoza el libro “Sahara Occidental. Del abandono colonial a la construcción de un estado”, editado por Pregunta Ediciones. Se trata de una obra en la que participan los autores siguientes autores por orden de aparición: Bahia Mahmud Awah, Ana Camacho, Carmelo Feleh, Javier A. González Vega, Pablo Jiménez, Pepe Revert, Ana Sebastián, Leonardo Urrutia Segura y Carlos Villán Durán. El prólogo de este nuevo libro es del Observatorio Aragonés para el Sahara Occidental, organización que ha promovido la publicación de este libro. Tuve la ocasión de iniciar el corpus de esta obra con un este texto que a continuación comparto con vosotr@s en homenaje a Bujari Uld Ahmed, “El ilustre intelectual saharaui del s. XXI”. Pero también quiero dejar un recuerdo a las destacadas figuras de la historia saharaui mencionadas anteriormente y con las que ilustro este texto.

Bujari Uld Ahmed Uld Barical-la, el ilustre intelectual y dirigente saharaui del s. XX (artículo de Bahia Mahmud Awah escrito para el libro “Sahara Occidental. Del abandono colonial a la construcción de un estado”)

En la filosofía saharaui se dice que Tiris, región sur del Sahara Occidental, es la cuna de los eruditos, sabios y poetas anticoloniales. La evidencia de este planteamiento son las tumbas y antiguos lugares de moradas, como cuevas y pozos, aún hoy visibles, puntos de referencia en la memoria y en la geografía y las obras de pensamiento que en ella se produjeron. El intelectual y diplomático Bujari Uld Ahmed Uld Barical-la, vino al mundo según el calendario pastoril saharaui en Am Neym Um Shaual[1], [el año de la estrella de rabo], en Tiris, concretamente en la península de Dajla, Villa Cisneros, antigua capital del territorio. Tal vez aquella estrella fue una señal cósmica que anunciaba el nacimiento de una principal figura saharaui, que nos dejó un decálogo de mandamientos nacionalistas y revolucionarios. 

Reflexionar sobre la envergadura de Bujari, que ha transcendido más allá de lo que sabemos como dirigente e intelectual del pasado siglo, no se puede entender sino como una parte indivisible de la historia del continente africano, sobrevenida en el Sahara Occidental. Escribir sobre él es recordar el rápido e intenso paso de los forjados hombres que se dieron en la historia de África entre los siglos XIX y XX. Esos que formaron parte de la columna principal de la historia, comenzando como subalternos durante un convulso periodo caracterizado por las políticas de dominio colonial y las luchas revolucionarias, nacionalistas y progresistas por la descolonización en todos los continentes, pero en especial en África.  

En este contexto se me ocurre citar a Kwame Nkrumah, un ejemplo a escala africana e internacional a comparar con la talla de Bujari Uld Ahmed; los dos se formaron en universidades de sus respectivas metrópolis. Nkrumah, líder ghanés, fue el promotor intelectual y líder carismático de la primera independencia de un país africano, en 1957. Y no solamente fue el precursor de la lucha por la independencia de África, sino un referente para todo el movimiento de liberación nacional africano como se puede observar en su pensamiento, situado en el debate de los estudios postcoloniales y decoloniales. “Es nuestro deber, puesto que somos la vanguardia, dar toda la ayuda posible a esos que libran actualmente los combates  que nosotros hemos llevado por el buen camino; nuestra tarea no será concluida ni nuestra seguridad afianzada hasta que los últimos vestigios del colonialismo sean borrados del continente africano”. El mismo ideal y acción por el que Bujari Ahmed luchó hasta los últimos días de su vida. El Sahara Occidental, territorio tipificado por el Comité de Descolonización de la ONU como unos de los diecisiete territorios no autónomas que faltan por ejercer su derecho a la autodeterminación, aún sigue siendo una lacra que se arrastra como lastre, lejano ya el tiempo de las descolonizaciones.

Un artículo de Bujari Ahmed del año 1972 ya le colocaba a la altura de los jóvenes ilustrados e inquietos de su tiempo, inspirado en los padres de las luchas africanas como Nkrumah, Lumumba o Mandela. Esta reflexión, que yo calificaría de prematura para su época, la escribió cuando estudiaba tercer año de derecho en la Universidad de La Laguna (Tenerife). Se trataba de un extenso ensayo que apareció publicado en la revista Irifi que editaba el Instituto “General Alonso” en la ciudad de El Aaiun, entonces aún bajo dominio español. Afirmaba Bujari que “Dos clases de hombres, dos clases de personalidades se reflejan en el acontecer histórico del Sahara Occidental; el hombre tradicional de ayer y el hombre que quiere ser hijo del siglo XX, el hombre de hoy[2]. Y matizaba al respecto que son, “Encarnaciones de dos mundos distintos y por naturaleza antagónicos”. Es evidente que él era ese hombre del siglo XX que quiso romper con los estigmas del pasado para irrumpir en ese presente que clamaba su generación de líderes africanos alzados contra el colonizador, en el sentido de Lumumba cuando decía “Sabemos cuáles son los objetivos de Occidente. Ayer nos dividieron en tribus, clanes y aldeas”. Bujari presentía y reivindicaba el nuevo hombre saharaui y su papel, retando el fin de la descolonización a través de ese nuevo “hombre del siglo XX” a quien apelaba el rol que inequívocamente protagonizó su generación, la del “73 Saharaui”, de la que me habló en varias ocasiones cuando la investigaba para mi libro “El sueño de volver”.

Bujari era un intelectual que producía pensamiento político y estadístico con el que retaba los frentes de lucha que llevaba por su causa, como Frantz Fanon o Kwame Nkrumah. “Lo fundamental es, en toda aproximación a un conflicto o problema, sobre qué principios lo debemos abordar para encarar su solución. Yo dije que la solución fue encontrada y está y estará ahí, y el Polisario no renuncia ni hoy ni en cien años ni en doscientos años a ese derecho a la independencia, y debe quedar claro”[3].

Sus argumentos para defender y exponer el alegato saharaui son claros, recogiendo pasajes de la historia y de la literatura para esquematizar sus evidencias, como en este planteamiento, “Seremos como el Guadiana, aparecemos y desaparecemos, la lucha armada puede volver y puede no volver, pero nuestra convicción está ahí y nadie debe llevarse a engaño, y esto debe quedar claro”[4]. El término “realpolitik” que los “entendidos” think thank en órbita con el lobby marroquí comenzaron a usar como estrategia para tergiversar la naturaleza del proceso de descolonización del Sahara Occidental, Bujari lo desenmascaraba calificándolo de ineficaz ante la determinación del pueblo saharaui. “Para aquellos que creen en el desgaste, se desgasta un material químico, un material hecho de hierro bajo la oxigenación del tiempo, pero un pueblo en busca de su libertad no es consumible y lo vuelvo a decir, las tropas españolas entraron en Granada después de setecientos ochenta años de resistencia, y no tenemos absolutamente ninguna carrera contra el tiempo y estaremos ahí y nuestros hijos estarán ahí”[5]. Frantz Fanon en su obra  ‘Los condenados de la tierra’, reafirmaba lo anteriormente reiterado por Bujari, “Cuando la nación se impulsa definitivamente, el hombre nuevo no es un producto ‘a posteriori’ de esa nación, sino que coexiste con ella, se desarrolla con ella, triunfa con ella.

Como dirigente africano, aparecido y curtido desde los años setenta en la escena internacional, de sus discursos se desprende un dirigente, un intelectual, un académico, un estadista y un sabio en la doctrina de las aspiraciones de su pueblo, de la misma intensidad y fuerza similar a la que predicaron y esparcieron Nelson Mandela, Julius Nyrere, Kenneth Kaunda, Eduardo Mandlane, Amilcar Cabral, Agosthino Neto, Oliver Tombo, Patricio Lumumba, Hauari Boumediene, entre otros.

Bujari era una extensa enciclopedia en la lengua española y hasania, su temprana desaparición no nos dio tiempo a empaparnos de su caudal humano, rica sabiduría y erudición. Un hombre que se cultivó para estar y aportar mucho y saldar su deuda como intelectual en el marco académico político nacional, regional e internacional. África del siglo XXI en su actual auge necesita de hombres de su talla, de liderazgo y sabia producción. Su capacidad, coeficiente intelectual, diplomacia y convicción en sus principios eran insuperables, como encontramos reflejado en muchas citas suyas, “Aquellos que crean que los saharauis van a ser víctimas del paso del tiempo no conocen la naturaleza del desierto. Podemos morir, otros continuarán”[6]. Estas palabras me llevan a mi poema “Tengo fe en el tiempo”. Voy huyendo a la infinidad del tiempo. /Voy huyendo de los principios frustrados. /Voy huyendo de los que no levantan /polvo al caminar. /Voy huyendo de los que no creen /en el día que nacerá mañana. /Porque yo sí creo en ti, /hoy, mañana y los próximos siglos /y por eso /mi evasión a la infinidad del tiempo.

Fue un ilustrado líder africano encarnado en sus antecesores, de visión universalista muy adelantada a su tiempo. Poseía y predicaba el pensamiento revolucionario y nacionalista de aquellos líderes africanos que fueron perseguidos o asesinados por el colonialismo francés,  el español o el belga. Cuando se leen sus escritos y se escuchan sus conferencias encontramos una dialéctica de discurso convincente, atractivo, embriagador, brillante, suculento en matices y metáforas y elocuentes alusiones como lo hacían Mandela, Nkrumah o Lumumba, autor de este pensamiento, “Sin dignidad no hay libertad, sin justicia no hay dignidad, y sin independencia no hay hombres libres”, que converge en estas palabras de Bujari, “Solamente la juventud que va a las escuelas, a los institutos o a las universidades, puede tener conciencia de su misión”[7]. Y alegaba que el primordial rol que deberían sostener los pueblos africanos era derrocar en todas sus manifestaciones el yugo colonial que aún persiste en algunos países del continente. Un contexto en el que Bujari apelaba a los pueblos a contribuir para romper las cadenas del yugo, ya sean de los regímenes de corte neocolonial, reaccionarios, expansionistas, y sin dejar de citar el desfasado patriarcado transferido a través del tribalismo estratificador.

En este ordenamiento de pensamiento y lucha primaba para Bujari erradicar el atraso y el sometimiento, como anotaba en estas líneas, “Se necesita una juventud que tenga las manos desatadas, pues no se puede trabajar en una obra de arte con una «camisa de fuerza»”[8]. Porque tenía claro su rol en la emancipación de los pueblos africanos en su lucha por librarse de las garras del explotador que se manifestaba en sus mil formas. La revolución, lo nuevo en progreso en derechos y libertades, es lo contrario al atraso, al estancamiento, y es la negación del pasado que ha consistido en dominio y explotación del hombre por el hombre. El tribalismo fue y sigue siendo una lacra del pasado colonial que ha enfrentado ideales de progreso en muchos rincones de África, un nefasto obstáculo que Bujari ya advirtió a inicios de los años setenta, Este ideal está limpiamente enfasado con la juventud; una juventud que se desvincula de todos los prejuicios del pasado que no son útiles, y es más, son un freno para ese ideal”[9]. El líder zambiano Kenneth Kaunda, cuando se decidió a desempeñar un papel de activista político, reflexionaba, “(…) Toda nuestra vida aquí estaba dividida en secciones raciales bien delimitadas: los blancos allá, los indios o las personas de origen asiático por su lado, los mestizos, los de sangre mezclada y la mayoría negra que era el último eslabón. Por lo tanto en toda la nación éramos un pueblo dividido según la tribu, según el color. (…) algunos jóvenes de aquellos días no podíamos aceptar esto”[10]. Y Bujari Ahmed reflejó en su ideario que los saharauis vivieran libres y sin ningún tipo de disgregación racial o tribal, tras esa «camisa de fuerza» que lo impedía y que él entrecomillaba advirtiendo su letal expansión. En eso también consistió el proyecto revolucionario del Frente Polisario y su proyección en la República Saharaui, que aquella “Generación del 73 Saharaui” había asumido con un alto nivel y entrega.

El diplomático saharaui lideró una lucha desigual con el adversario, es decir con el ocupante marroquí durante más de tres décadas en los estrados, tribunas y pasillos de la sede de las Naciones Unidas. Una lucha casi bíblica, de un David contra Goliat y en ella venció a pesar del asedio del poderoso lobby promarroquí en los Estados Unidos, la despiadada postura colonial de Francia y la reaccionaria órbita del petrodólar saudita. Pero nadie pudo vencerle. Su mirada seductora, sus justicieros vocablos en inglés, hasania y español, sus sentenciadoras pausas y el uso de poderosas metáforas eran sus más temibles armas, porque su convicción de lucha era inamovible, lo que siempre hacía sentir muy pequeño a su adversario. “En África ha habido una época colonial durísima y los pueblos africanos han pagado el tremendo precio de un baño de sangre. Yo no creo que haya intelectuales y gobiernos en este siglo XXI que nos obliguen a decir que nunca tuvo lugar esa noche o ese precio que resultó ser una lección histórica, cuál es el derecho de los pueblos a tener la oportunidad de decidir su destino. Y ese es el centro de gravedad y no Rabat, Madrid, París, o Washington.”[11].

En el año 2007, mientras yo escribía el libro que consagré a su generación, “El sueño de volver”, intercambié varios correos con Bujari recabando su testimonio. Cuando concluí los trabajos del libro nos vimos en Madrid en una conferencia sobre la actualidad del proceso en Naciones Unidas que él impartía. Aproveché entonces la ocasión, tomando con él un café, para pedirle que me hiciera el prólogo del libro, como destacado miembro de su generación. Se ofreció amablemente y me escribió en su tarjeta la dirección de su apartamento en Nueva York para enviarle el borrador. Pero más tarde pensé que Bujari no tendría tiempo para leer casi trescientas páginas y prologar el libro. Rectifiqué mi abusiva petición y le escribí un correo para no quitarle el mínimo de su necesario tiempo que consagraba diariamente a su difícil misión en las Naciones Unidas. Cuando salió el libro le pedí a la editora que le regalara un ejemplar. Estábamos en una conferencia en Círculo de Bellas Artes en Madrid. Yo le recordé que era el libro que quería que me prologara, a lo que me contestó sonriente, “Bahia, seguro que no habría tenido tiempo para ello”. Fue entonces cuando le dije que era justo lo que yo había pensado y por eso no llegué a enviarle el borrador del libro. Sin embargo, sus testimonios me sirvieron para documentar y argumentar sobre su irrepetible generación, que escribió el primer verso en español cantando a la patria saharaui, llamándola a despertarse contra el yugo extranjero, e inició el proceso de descolonización del territorio y proclamó la República Saharaui.

Ahora que Bujari se ha ido, los saharauis saben que el vacío que ha dejado es irrecuperable. Sin embargo, partiendo del clamor de su generación, estoy seguro que su referencia seguirá siendo el punto de convergencia para todas las generaciones saharauis como lo pregonó el histórico poeta y dirigente Biga  Uld Baali[12] en estos versos. 

 “التاريخ اتمش ينصاع          بيه اجيال اكتب بسباعو

و المناضل من لقتناع                     اكد احدد سراعو

Nuestra historia ha hecho/ en su andar leyendas,/ la nueva generación/ ya sabe escribir más allá / de sus dedos,/ y el militante desde su convicción/ sabrá acotar con determinación/ expectativas e incertidumbres.  

Estos versos de Biga parten de la misma ilusión que tuvo este gran intelectual en el proceso de liberación que unió a los saharauis y les está conduciendo hacia el buen puerto que él preconizó con determinación y esperanza, cuando decía, “La coyuntura internacional es como lo que decía Bismarck,  el manto de Dios pasa una vez delante de tu puerta cada mil años”. Y Bujari zanjaba el planteamiento, “Nosotros estaremos preparados para el paso del manto de Dios”[13]. En 2014 tuve la suerte de escuchar de cerca al histórico dirigente sudafricano, compañero de celda de Nelson Mandela, Andrew Mlangeni dirigiéndose a los saharauis desde la misma filosofía y liderazgo de la generación de Bujari, “Si los saharauis que están aquí en los campamentos no la consiguen, la conseguirán sus hijos”. Y matizaba esperanzando a los saharauis en su lucha, “Nosotros en 1952 decíamos que queríamos ser libres ya, y lo decíamos en serio, y tuvimos que esperar hasta 1994. El pueblo saharaui está preparado para lo mismo”.

Ojalá que este recuerdo de Bujari Uld Ahmed Uld Barical-la,  les sea útil a las nuevas generaciones saharauis y a aquellos amigos de la causa que no tuvieron la ocasión de conocerle en persona. Espero que sea un provechoso acercamiento a esa irrepetible figura de la contienda nacional del Sahara Occidental y de África que dieron en unas circunstancias en que se necesitaba y quitaron cuando menos se esperaba. Pero “vendrán otros”, de su talla, tal y como él decía.

 

Sobre el autor:

Bahia Uld Mahmud Uld Awah, escritor, antropólogo, poeta natural del Sahara Occidental. Autor de varias obras, ensayos académicos; profesor honorario en la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Centro de Estudios Afro-hispánicos, CEAH, de la UNED.

 

[1] “Año de la estrella de rabo” según el calendario pastoril saharaui aparece citado en la obra del antropólogo Julio Caro Baroja, Estudios Saharianos. Corresponde a 1952 en el calendario gregoriano. Fue un acontecimiento astrológico registrado en la memoria colectiva saharaui por el avistamiento de una estrella que arrastraba una cola en su recorrido.

[2] “Cambio de vida en el Sahara”. Revista Irifi, nº 11. Curso 1971-72. Instituto General Alonso de El Aaiun.

[3] Intervención de Bujari Ahmed en “Diálogo a dos bandas: “¿qué soluciones para Sahara Occidental?”. IV Jornadas de las Universidades Públicas Madrileñas. 26 de mayo de 2010. Recogido en el libro Memoria y tiempo presente del Sahara Occidental. p. 138.

[4] Ibid, p.138.

[5] Ibid, p.138.

[6] Intervención de Bujari Ahmed en el debate “El escenario internacional: Naciones Unidas y el Sahara Occidental”. III Jornadas de las Universidades Públicas Madrileñas. 26 de mayo de 2009. Recogido en el libro Memoria y tiempo presente del Sahara Occidental. p. 72.

[7] “Cambio de vida en el Sahara”. Revista Irifi. Op. cit.

[8] “Cambio de vida en el Sahara”. Revista Irifi. Op. cit.

[9] “Cambio de vida en el Sahara”. Revista Irifi. Op. cit.

[10] Oramas, Oscar. “La descolonización de África y sus líderes”. Editora Política. La Habana, 1990. p. 103

[11] Intervención de Bujari Ahmed en la mesa redonda “Un proyecto político para el Sáhara Occidental: referéndum y autodeterminación vs. autonomía”. I Jornadas de las Universidades Públicas Madrileñas. 8 de mayo de 2007. Recogido en el libro Universidad y Sahara Occidental. Reflexiones para la solución de un conflicto. p. 85.

[12] Dirigente y poeta integrante de la “Generación del 73 Saharaui”, caído en combate en los años ochenta contra la invasión marroquí.

[13] Intervención de Bujari Ahmed en “Diálogo a dos bandas: “¿qué soluciones para Sahara Occidental?”. Op. cit. p. 143.

Bahia Mahmud Awah

La Revista Luz Cultural, magazine de información cultural dedica espacio para resaltar la poesía del poeta Bahia Mahmud Awah en su número del 30 de diciembre de 2018.

Magister en Antropología Social y de Orientación Pública, doctorando (Phd) en la Universidad Autónoma de Madrid. Diplomado en traductología por las universidades UAM y UAH; Profesor Honorario Dpto. Antropología Social Universidad Autónoma de Madrid. Escritor, poeta e investigador miembro de la ONGD de ámbito académico, Antropología en Acción, (AeA).

Bahia Mahmud Awah también es miembro del Centro de Estudios Afro-hispánicos, (CEAH) Universidad de la UNED. Conferenciante en varias universidades de Estados Unidos, Canadá, Suramérica, el Caribe y Europa. Autor de diferentes artículos en revistas académicas y de ámbito cultural en varios países.

Cuenta con nueve obras publicadas de antropología, historia, poesía y de ensayo literario e histórico sobre el Sahara Occidental y Mauritania. Tiene libros traducidos al japonés, italiano, inglés y francés.

Coautor en trece antologías de prosa y verso de diferentes temáticas y género con otros autores saharauis del exilio.

Coordinador y Colaborador en el blog de El País, (… ¿Y dónde queda el Sahara)?

Fundador del Periódico digital “Diario La Realidad Saharaui, DLRS”: 

Web personal de ámbito literario-académico: https://www.bahiaawah.net/

 

MI ENRAIZADO VERSO

De la tierra dicen que nace el verso de mis dunas,

que brota de un costado cristalino,

como eclosionan del vientre de una duna

verdes espigas de azaran ,

que los vientos peinan sobre

el suave cuerpo tallado en mil y una curvas.

Mi verso el escenario de sueños,

la multitud de acurrucados camellos

que refrescan sobre las húmedas

pestañas de un pozo tirseño.

Mi verso es tangible,

patrio,

sencillo,

cercano,

patrimonial,

tradicional,

memoria de pastorcitos,

zancadas de beduinos.

Mi verso es franco,

mirada fiel que guarda

por el pasado,

agitado por el presente,

de buen augurio al futuro.

Mi verso es un gaf de “tres rojos ”,

mi verso es el retoño de un talaa,

mi verso es tu verso que sueña

libertad,

es tu verso que sueña amor,

es tu verso que sueña paz,

es tu verso con ansias de llegar

descansar y en tus labios agonizar

como mueren las dunas en los labios del mar

o como el sol cae entre los parpados del azul horizonte.

 

DUMES EN NUPCIAS

“al erudito y sabio Mohamed Uld Mohamed

Salem 1790 – 1884 y al pozo Dumes donde de

niño mi padre me llevaba para abrevar

nuestros camellos”

Parece diminuto, magno,

y libre en la inmensidad

Dumes;

brote retazo de mi infancia

y rostro de mis antepasados.

Caudaloso en aguas,

generoso en los cálidos

veranos,

alma de dromedarios

y lugar brote de mi existencia.

 

Dumes pozo, monte, charcas

y verdes sabanas de askaf

distinguido mausoleo del tirseño

erudito,

Mohamed Uld Mohamed Salem .

 

COBARDE PARAPETO

Contra el “muro de la vergüenza marroquí”

Muro de la vergüenza,

espinoso lomo

de serpiente venenosa,

símbolo de muerte,

cobarde parapeto

de un ejército de ratas.

Cruel topo destructor

de las sedientas raíces

que buscan humedad

bajo las esteras de mi jaima.

Muro de la vergüenza,

extraña cicatriz en el vientre de Zemur,

gangrena en las dunas, montes, estepas

y arboledas de Tiris.

Cobarde parapeto alauita

que serpentea de norte a sur,

vencido en mil batallas.

Dragón impávido y mortal,

que lanza veneno

contra mis indefensos nómadas.

Pesadilla que rasga

con sus ásperas escamas de muerte.

Malvado rey, ojos de víbora,

hiena que merodea mis jaimas

y mis ganados día y noche.

 

Cobarde alauita,

maldito encantador de serpientes,

embaucador de sueños,

rey pronto destronado,

sabiendo de dónde vienes,

hace mucho que te perdimos el miedo.

Cuarenta años hurgando,

dividiendo, separando,

mancillando los restos

de mis desaparecidos,

que ocultas en tus madrigueras.

Muro de la vergüenza,

alauita encantador de serpientes,

te auguro que pronto serás

como el escorpión

“que muere con la picadura de sus pinzas”.

 

EXILIO I, “al niño del éxodo”

Mi madre maestra y mis hermanas

en el regazo de aquella oscura noche de 1975

ante el peligro que arreciaba

amenazando la vida

dispusieron mi huida de la guerra.

Me calzaron gastados Keeds,

pantalones de pana

y un jersey

que más tarde, en el éxodo,

gastados, sucios y estrujados

eran el cobijo donde se alimentaban

los despiadados piojos del exilio.

Hoy veo a la humanidad como garrapatas,

veo sanguijuelas

devorando la conciencia de quienes

nos dirigen hacia la apocalipsis humana.

¿Adónde vas humanidad?

repitiendo viejos errores en tu falsa conducta.

Y tú presumes de fiel cristiano,

de civilizado

de buen político

de buen humano.

Hipócrita sin conciencia.

 

EXILIO II, “a los desamparados refugiados”

Van huyendo de la guerra

y en su evasión a la muerte

les guían a la entrada de una calle ciega.

A veces son confinados en las cloacas

de un viejo bergantín,

a veces caen en manos de inmundos

mercenarios del capital.

A veces en cayucos son rebotados a la mar

para deshacerse de sus mermados cuerpos.

Niños,

mujeres,

ancianos derrotados

por el más triste dolor.

El hambre y el exilio que les aleja de la muerte

es la única recompensa en la vida.

 

EXILIO III, “a los sin conciencia humana hacen la guerra”

Observo a políticos en su hogar

escoltados por

hombres fabricados a golpe

de inaccesibles gimnasios.

Ninguno ante su drama se ha inmutado:

carentes de humanidad

pasean en sus impolutos jardines,

comparten opíparos banquetes,

intercambian carcajadas

y hablan del previsto briefting

en Madrid, en Berlín, en Paris

y se citan para el próximo en calas de Tahiti.

 

EXILIO IV

Largo rato dialogué con el exilio,

triste lo que me contó:

“A Machado

el exilio le consumió”.

Le pregunté por sus consecuencias

y respondió:

extrañamiento,

deportación, expulsión,

destierro,

y un desarraigo al que

no me he querido rendir.

El exilio, quien lo probó lo sabe.

El exilio es Neruda,

el exilio son las silenciadas

palabras que a veces quiero escribir

y por dolor no me brotan.

Son las luchas que quiero ganar

y me enfrentan con el ajeno

y extraño invasor.

El exilio es mi vida confinada

a tiempo ilimitado

en el vientre alquilado

de una vieja metrópoli,

retrógrada y carcomida en sus entrañas.

Yo vivo el exilio.

 

EXILIO V

“A mamá fallecida en el refugio”

Diez años tras mí huida en el éxodo

estuvo consumida

en su dolor.

Tras décadas entregada a nuestra lucha,

en tierras prestadas del refugio

para siempre se marchó.

Mamá,

hoy siento tus vivencias en mis sueños de exilio,

siento tus enseñanzas que rebosaban humanidad,

siento tu años orando tras mis huellas,

siento tus nanas

y siento el coro que ayer hacían por mi

las cuentas color corinto

de tu compasivo y puro rosario.

 

VERSOS PARA ARGELIA

Al centro Ahmed Grein en Mecheria,

internado para los hijos de los mártires

de la guerra de Argelia,

que me acogió en los años 70.

El exilio. Mecheria 1977

Tras mi huida del valle Buserz,

un gigante de cogollo blanco

en la ladera este del monte Tarek

cuidaba de mí.

Ahí tuve la primera sensación

de lo que yo creí pequeño exilio.

Ahí en el corazón de Mechería

encontré amparo

en los brotes de mi destierro.

 

Ahí permanece el sueño

de la madre Zahra,

que nos decía,

mientras servía el cuscús

de los viernes:

“Un día retornaréis al tronco

del que os han arrancado.

Lo sé porque lo he vivido,

partiendo el pan

para nuestros niños de la guerra”.

 

[1] Arbusto de esparto autóctono en la vegetación saharaui, que crece sobre las dunas y en tierras de muy finas partículas generalmente en la región sur del Sahara, Tiris. Se fabrican de este arbusto esteras, cestas para el pan y preparación para los granos de cereales como trigos y cebadas.

 [2] Tres rojos, حمر اثلاث en hasania “Hmar azlaza”: son las tres primeras estrofas que dan origen a un gaf o verso en hasania. Son los primeros retoños de un talaa, poema, porque partiendo de estos Tres Rojos nace el talaa, el poema.

 [3] Arbusto autóctono del Sahara Occidental muy apreciado por el ganado camellar.

[4] Mohamed Uld Mohamed Salem, erudito y sabio saharaui 1790 – 1884 desarrolló su fecunda obra en el campo de gramática, elfigih o jurisprudencia islámica y derecho consuetudinario. El sabio fundó en el año 1814 en Tiris su mahdra, en un lugar de Tiris llamado Staylet Uld Bugrain. Su escuela pronto gozó de una gran fama, ejerciendo su influencia en todo Tiris y en Chinguetti, Mauritania. Se convirtió en una de las escuelas más importantes de la enseñanza del Fiqh Maliki, hasta el punto de ser reconocida como una universidad itinerante, por el número de seguidores que se formaron en ella.

 [5] Provincia en el centro de Argelia que acogió en 1976 los primeros estudiantes saharauis que cursaban el bachillerato en español huidos de la invasión marroquí tras la ocupación del territorio saharaui.

Estudios posculturales, caso el Sahara Occidental 

En la UNIVERSIDAD CÁDIZ el pasado 21/11/2018 impartí una Conferencia en el marco de las jornadas doctorales 2018. Programa de Doctorado “Artes y Humanidades”. Lo saharauis: postculturalismo afro-arabe-hispano.

"Estudios posculturales, caso el Sahara Occidental

En esta ponencia pretendo, desde la vertiente de estudios socioculturales en su concepto posculturales y en el marco de los estudios postcoloniales, hacer una primera aproximación a la construcción de una contra-historia del Sahara Occidental en su contexto como cultura e identidad afro-árabe-senhaya, influida por un siglo de la cultura hispana. Una realidad afro muy cercana al mundo latinoamericano si estudiamos su temática desde los periodos comprendidos entre 1884 a 1976.

Se trata de una mirada crítica, centrada en la reconstrucción del factor identitario-cultural y que parte desde una reflexión descolonizada que revise las historias hegemónicas sobre este territorio y sus peculiaridades de identidad parcialmente tratadas por la literatura de la bibliografía del colonizador.

En este contexto abordaré la configuración social y de auge de las escuelas de pensamiento saharauis que fueron omitidas por la biblioteca colonial. Y aquí parto de la consideración de la historia como relato e invención del otro sujeto subyugado.

Para esto había que explorar la producción de una historia alternativa. Es decir, una contrahistoria, como plantea el profesor y antropólogo estudioso de la sociedad saharaui, Juan Carlos Gimeno Martin, director del Dpto de Antropología y Pensamiento Filosófico Español de la UAM. “Una contra-historia basada en un diálogo crítico con las historias hegemónicas sobre la región y en el uso de una perspectiva de la propia sociedad saharaui sobre su dinámica y transformaciones”. Y aquí me viene a la memoria el pensamiento saharaui que reza, “Quien no sabe sobre tus cualidades y virtudes, te pierde”.

Gimeno en este contexto dice “Tomamos el término contrahistoria de la Genealogía del Racismo de Michel Foucault, en su crítica de la historia como discurso del poder y la fascinación que ejerce, y proponiendo la contrahistoria como el “discurso de los que no poseen la gloria, o de los que habiéndola perdido se encuentran en la oscuridad y el silencio”, en el sentido de Foucault (1976) cuando señala que “los oprimidos no tienen más alternativa que el silencio”.

La identidad cultural de este territorio del África subsahariana, anclado entre el norte árabe-bereber y el sur del África negra, suscita muchas interrogantes a la hora de identificar sus orígenes de mestizaje omitidos y reinventados por el discurso de la bibliografía colonial. El sabio y poeta nacional saharaui Badi Mohamed Salem (1936) en el sentido que anteriormente Foucault señala, Badi lo hace en verso y afirma la opresión con la que el colonizador desdibuja a los dominados

(…) La vejez, el dolor, el hambre, la sed

la oscuridad, el acerco

la peste, las conjuras y los golpes

son el asedio que resisten

de falsas y dibujadas identidades

que les imponen. (…)

Cuando consultamos los fondos de la biblioteca colonial en el caso del Sahara Occidental, encontramos que ha desdibujado y reinventado su historia, esa que fue registrada y estudiada por sus sabios y eruditos, un tema que investigué y publiqué en mi libro “La Entidad Política Pantribal Precolonial Saharaui”, basado en mi TFM en Antropología Orientación Publica 2015-2016.

Encontramos también la omisión de las obras manuscritas de los sabios, desde tratados sociológicos como Qitab Albadia, el Libro del Nomadeo, el registro de la primera universidad itinerante del sabio Mohamed Uld Mohamed Salem, especializada en el derecho consuetudinario, o la obra poética de Uld Tolba que cantaba la tierra y describe la belleza de suelo.

Ante esta parte de nuestra historia, las generaciones que hemos nacido en el proceso de descolonización en África y en especial el caso de los saharauis, estamos llamado desde la necesidad crítica a corregir y responder todo aquello que se ha omitido o tergiversado al respecto de nuestra biblioteca erudita y su registro de nuestra historia.

Occidente durante su periodo colonial, articulado sobre la doctrina de la iglesia, construyó su historia partiendo de la de los pueblos que dominó en África, América o en Asia, y reinventó la de sus colonias. La antropología e historia del establishment, es decir las hegemónicas, han escrito sobre los pueblos del mundo que han sido objeto del colonialismo tergiversando sus relaciones estructurales. Al respecto y como un evidente ejemplo quiero recordar lo sucedió en 1967 cuando se condenó el uso del Napalm en Vietnam por EEUU en la conferencia anual de la Asociación Americana de Antropología (AAA).

Ante esa condena algunos antropólogos afirmaron que las ciencias sociales no deben posicionarse en temas políticos, como fue el caso de la antropóloga estadounidense Margaret Mead, quien argumentó que las resoluciones políticas “no estaban en el interés profesional de los antropólogos”. El sueco Michael Harner se levantó y le respondió con contundencia “El genocidio no está en los intereses profesionales de los antropólogos”.

Y sin ir más lejos de cómo se ha tergiversado y se sigue blanqueando el colonialismo, aquí en España, recientemente el líder del PP, Pablo Casado, en un intento revisionista de la Historia de América, dijo: “Nosotros no colonizábamos, hacíamos una España más grande”. Incluso implicó a García Lorca y a Miguel de Unamuno en la defensa de esa España imperial “grande”, que nunca simpatizo sus regímenes políticos prerepublicas. Basta recordar su frase antifranquista de “Venceréis pero no convenceréis”, creo que Casado erró para atribuirle a Unamuno lo que nunca fue. Y Garcia Lorca, fue rebelde en sus ideas de ideología (antipoder y grandeza), posicionamiento que le llevó a ser fusilado.

Entonces, los que fueron subalternos, ¿cómo tenían que responder a la bibliografía colonial? Y esta es la interrogante necesaria que debemos hacer.

En el proceso de liberacion del Sahara Occidental hubo tres importantes generaciones de intelectuales (Escuelas literarias que produjeron en español) surgidos entre los años 60 y los 90, y su cometido principal es reescribir la historia y responder a la colonial. La primera fue La Generación del 73 Saharaui, la seguna la Generación del Exilio y la tercera la Generación de la Amistad.  Cada una desempeñó su función en esos tres periodos del proceso de liberacion saharaui.

Frantz Fanon en los Condenados de la Tierra, decía “Cada generación en su relativa opacidad debe descubrir su misión, cumplirla o traicionarla”.

Mi libro “La Entidad Política Precolonial Saharaui” basado en mi Trabajo Final de Máster, en Antropología Orientación Pública, responde a esta bibliografía colonial vinculada a la omisión de la historia del continente africano, en especial caso el Sahara Occidental. El propósito de la política bibliográfica colonial fue siempre el común denominador en todo África tras su reparto colonial en la conferencia de Berlín de 1884; solo es verdadero aquello que produjo el pensamiento hegemónico para definir a su manera y gusto a los pueblos que fueron dominados para ser “civilizados”, según el expedicionario colonial y la antropología de la ilustración del s. XVIII.

El profesor Juan Carlos Gimeno en su estudio sobre el Sahara Occidental desde el enfoque de la otredad, planteaba que si “Partimos de la consideración de la historia como relato e invención. El pueblo Saharaui puede verse encarnando una tradición histórica inventada; en el mismo sentido que hablamos de la invención de la tradición del pueblo español, francés, marroquí, si atendemos a los argumentos de Eric John Hobsbawm y el africanista britano Terence Osborn Ranger (2002).” Y que en el sentido de Hobsbawn, (2002) “Las tradiciones inventadas posibilitan que las naciones modernas reclamen estar enraizadas en la antigüedad más remota, de manera que aparezcan comunidades tan “naturales” que no necesiten más definición.

Y para lograr este objetivo Hobsbawn decía que “El elemento a destacar es el carácter político de dicha construcción. ¿Quién puede construir/inventar, las historias? ¿Quién tiene ese poder? ¿Los imperios, los estados, la gente?

Y aquí me gustaría destacar dos momentos muy interesantes en este contexto de estudios posculturales en lo que concierne al Sahara Occidental. Cuando consultamos un documento producido por los intelectuales africanos eurófonos sobre la configuración sociocultural saharaui o de Mauritania y lo cotejamos con el registro manuscrito u oral de un erudito africano no eurófono nos encontramos con evidentes contradicciones y abismal desfasaje de la realidad. Es decir dibujando y desdibujando una realidad social e histórica por mucho que entendamos su relatividad.

El profesor y politólogo nigeriano de la Universidad de Columbia Ousmane Kane en su obra “África y la Producción Intelectual No Eurófona”, señala que el filósofo y poeta congolés “Valentin-Yves Mudimbe en su obra “The Invention of Africa” (1988) destaca que los escritos que han contribuido a la invención y a la idea de África han sido, básicamente, producidos por europeos durante el periodo colonial, hecho que forma lo que él denomina «biblioteca colonial»”. Y ya es a partir de aquí y en contraposición es cuando nace desde el erudito y estudioso africano no eurófono la “Historia de la Biblioteca Nacional Africana y su registro opuesto a la colonial”.

Y cito estos dos ejemplos la biblioteca de Tibumctu y Chengueti, más los fondos de las cofradías de eruditos y sabios en Mauritania y en el Sahara Occidental, como la de los eruditos Chej Mohamed Elmami, Chej Malainin o la de Mohamed Uld Mohamed Salem, con fondos registrados y estudiados desde la memoria colectiva mucho antes del intruso expedicionario colonial. Todos estos son un ejemplo de argumentos y referencias a la hora de responder a la bibliografía colonial.

El naturalista, erudito y explorador humanista, Théodore Monod (1902-2000), como observador y científico social imparcial, recoge en su libro Camelladas evidencias que nunca formaron parte del discurso del autor eurófono, cuando en su intencionado imaginario describió las culturas e identidades africanas desde su más absoluto enfoque hegemónico.

Monod, a su paso por el territorio saharaui en 1927, impresionado por la fecunda obra de los poetas, eruditos y sabios saharauis, escribió un fragmento en el que destacaba el poder e importancia de una rica cultura saharaui tras descubrir una tertulia entre poetas y eruditos que encontró reunidos en la boca de un pozo en el desierto.

Monod dice: “Mientras dos hombres van a llenar las guerbas, [odres], en el pozo de Erigui, anoto algunos fragmentos de folklore moro, en dialecto vulgar. Los poetas pululan por el Sahara y en todos los niveles de la jerarquía social, desde el morabito más reputado por su ciencia, «hombre de letras» profesional, o el más célebre griot, al más humilde de los camelleros”. Monod, sobre la omisión del registro tradicional africano, señala que “La mayor masa de esta literatura sigue siendo puramente oral y merecería, por lo demás, ser sistemáticamente estudiada y transcrita antes de que se haya sumido en el olvido”. Y más adelante se adentra con subjetividad hacia esa realidad que había observado, y que es constantemente omitida por sus correligionarios academicos y dice: “La sátira, la fe religiosa, determinado episodio histórico, el panegírico de un personaje, la galantería son, sucesivamente, sus temas”.

Impresionado por el nivel de arraigo cultural del sabio saharaui, explica la complejidad de su poesía, y dice: “Son obras cortas, por lo general, compuestas de acuerdo con tipos prosódicos definidos, pero tan concisas, tan elípticas, de un vocabulario tan dialectal y tan llenas de alusiones locales que resultan indescifrables, por lo menos sin las copiosas glosas de un comentarista”.

Este humanista rompe con esa doctrina científica del autor colonial, y creo que si buscamos uno de los pensadores contemporáneos que no quisieron comulgar con el discurso hegemónico en las ciencias sociales y su academia que desdibujaron a África, este sería el autor iceberg contemporáneo que inició un pensamiento poscolonial en el marco, diría de los estudios posculturales.

Semejantes pensadores como el antropólogo indio Dipesh Chakrabarty (2001) pensador nacido desde los estudios poscoloniales, al respecto planteaba, "Ellos" producen su trabajo ignorando relativamente las historias del no-Oeste, y esto no parece afectar la calidad de su trabajo. Este es un gesto que, sin embargo, "nosotros" no podemos devolver. Ni siquiera podemos permitirnos una igualdad o simetría de ignorancia en este nivel sin correr el riesgo de parecer "fuera de moda" o "anticuados"”.

Por su parte el anglo-ghanés Kwame Anthony Appiah, según el politólogo Ousmane Kane, “afirma que la mayor parte de los escritos producidos en África al sur del Sáhara están en portugués, francés e inglés y que, por consiguiente, la mayoría de los intelectuales africanos son eurófonos”. Esto sucede cuando los otros, es decir las obras de los eruditos saharauis no eurófonos, fueron omitidas por la metrópoli durante un siglo. Un ejemplo, en 1975 cuando España ante el Tribunal Internacional de La Haya buscó argumentos contra las tesis marroquíes. Tradujo 200 pg de la obra El Libro del Nomadeo, de Chej. ME para desvincular cualquier tipo de relación que vinculase el SO a los sultanes marroquíes.

Y como dice el pensamiento saharaui, “Quien en un pleito aleja a los que van atestar en su en contra, ganará”. Es decir que todo lo que ha producido la biblioteca colonial que no es compartido por el pensador y erudito africano es refutable en el pensamiento del estudioso eurófono. Y esto es una de las causas principales de desfase de la historia cultural, social y política de muchos pueblos africanos.

El Sahara Occidental como cultura Afro-árabe-senhaya, en los estudios posculturales es el caso más típico cuando es consultada la biblioteca colonial.

La obra más destacada de un antropólogo que podríamos situar a la altura de Chakrabarty o de Monood fue Julio Caro Baroja en su libro Estudios Saharianos. Contó parte de la historia cultural poscolonial de la excolonia desde la fuente oral y registro de manuscritos de sus eruditos y sabios, convivió con las tribus desde donde realizó sus trabajos de campo y tomó sus síntesis que marcaban los límites geográficos, la identidad cultural y sus diferencias con respecto a los países del norte de África y el mundo árabe.

La escritora, novelista y dramaturga feminista nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie en su libro “El peligro de la historia única africana”, decía que “es imposible hablar del relato único sin hablar del poder”, y matizaba que en su lengua nigeriana existe el vocablo igbo, que significa “ser más grande que otros”, palabra que ella dice que le viene a la memoria cuando piensa en las estructuras del poder del mundo. Ese poder que en el Sahara Occidental lo representó el militar, el expedicionario, el explorador y también el aventurero y romántico colonial, que fueron los primeros que se pusieron en contacto con los habitantes del territorio, tras desembarcar en sus costas y adentrarse en su desierto, elaborando sus documentos e informes de viajes con una literatura captada desde la periferia: calificando los habitantes de indígenas, beduinos, camelleros, nativos, saharauis en el sentido despectivo, como los ignorantes del desierto…

El orientalismo, como visión falsa que tiene el mundo occidental hacia un periodo de la historia del Medio Oriente, es otro ejemplo del peligro de “la historia única” y el relato de la biblioteca colonial a la que se refiere Chimamanda, que omite la otra parte que registra su historia con sus argumentos y sólidos matices.

Este fenómeno se expuso a través del pensador palestino Edward Said, en su libro El orientalismo. Sin embargo, en África no se ha hablado del “orientalismo africanista” en el sentido al que se refiere Said, hasta época reciente, por ejemplo a través de obras del novelista, dramaturgo, ensayista y pensador keniata, Ngũgĩ wa Thiong'o (1938) que estudió y criticó en sus obras “Descolonizar la mente” o el “Diablo en la cruz”. Ambas obras son críticas contra esa visión desdibujadora que el colonizador en su concepto de orientalismo y africanismo usó para construir su historia a partir de la naturaleza del colonizado.

La identidad cultural saharaui se articula como configuración sociocultural e identidad sobre el trinomio afro-árabe-senhaya. Pero la bibliografía colonial española y francesa la sitúan simplemente como un pueblo árabe, sin más matices, cuando en realidad su esencia afro desde la vertiente de identidad y su mestizaje cultural es más acentuada en su rasgo africano que el árabe. Cito el baile, la música y completamente todos sus instrumentos desde el tidinit, el ardin, el tabal y la flauta entre otros. La indumentaria nacional de la mujer la melfha, la darraá del hombre, los siete géneros literarios de su lengua hasania, los nombres y la toponimia de la geografía donde predomina la lengua senhaya, el mezaba y el zenaga africanas.

España omitió todas las obras de los grandes sabios y eruditos saharauis del siglo XVIII, XIX y XX que hablan sobre la realidad de esa identidad. El sociólogo y pensador portugués Boaventura de Sousa Santos en su teoría “Sociología de las ausencias” decía que “la no existencia es producida siempre que una cierta entidad es descalificada y considerada invisible, no inteligible o desechable”. España durante el periodo colonial sabía que no le convenía que la cultura saharaui fuera visible y es por ello que no se interesó en estudiarla y traducir el pensamiento de identidad de los referentes de sus eruditos que dejaron plasmada en sus obras la historia y la configuración sociocultural saharaui.

La sociedad saharaui como sujeto subalterno, dominado por una potencia esperó que llegara el manto de Dios para levantarse y salir del silencio que advertía Foucault (1976) “los oprimidos no tienen más alternativa que el silencio”.

En algún momento el individuo saharaui con sus documentos españoles y la bandera que ondeaba sobre su desierto se encontraba confuso ante su imagen del pasado y la que vivía siendo dominado y portador de una nueva reconstrucción de identidad difusa, y ahora padece de la marroquí con su política de culturicidio ejercida contra la identidad nacional saharaui.

La lengua española que se enseñaba desde los colegios sin la presencia de la lengua materna que se hablaba en casa y se respiraba culturalmente, confundía a los padres en la educación de los hijos. El almirante Carrero Blanco en una ocasión dijo que el Sahara Occidental es “«tan territorio español como la provincia de Cuenca»”.

El nacionalismo saharaui de los años 1967 al 1970 fue el catalizador en espolear la conciencia saharaui respecto primero a su identidad cultural, identificándose como no español y en segundo lugar el despertar de su conciencia política como pueblo de cultura de mestizaje africano-árabe-con un siglo de historia con la cultura y lengua hispana.

Entonces es cuando los saharauis comenzaron a inspirar su lucha anticolonial en históricos líderes africanos como Patrice Lumumba, Haurabu Medien, Oliver Tombo, Kwame Nkrumah, Nelson Mandela, Julius Nyerere, Amílcar Cabral, Agostinho Nheto, Kenet Kauanda, Sam Nujoma, entre otros.

Sin ellos los saharauis posiblemente no hubieran encarnado el ideal anticolonial ni se hubieran sublevado contra todos los tentáculos del colonialismo contra los que aún siguen luchando como último pueblo de África que padece esta lacra de la ocupación extranjera y dominio neocolonial, es decir la ocupación marroquí a su territorio.

Reescribir la identidad socio cultural saharaui es pensar en Lumumba cuando en 1961, dos semanas antes de ser asesinado, escribía a su esposa desde la cárcel: “La historia dirá un día su palabra, pero no será la historia que se enseñe en Bruselas, en París, en Washington o en las Naciones Unidas: será la que se enseñe en los países liberados del colonialismo y de sus títeres. África escribirá su propia historia, de gloria y de dignidad, al norte y al sur del Sahara”.

“Una contrahistoria de África y del Sahara Occidental deberá centrarse, no en los espacios de experiencia y los horizontes de expectativas introducidos por el colonialismo europeo, sino en la experiencia de un encuentro de los africanos con Europa, inscrito en una larga historia anterior”, como advertía mi director de máster, Juan Carlos Gimeno.

Ahora bien, la cultura saharaui, a pesar de su fuerte raíz africana y árabe, convivió durante un siglo con la hispana. Y tras el abandono español al territorio supo declarar esa convivencia cultural como patrimonio material e inmaterial. Se protegieron los edificios coloniales y las iglesias, y el idioma de Cervantes se usó como lengua franca y no de imposición colonial, en contraposición a lo que sucedió por ejemplo en Senegal. Y los saharauis de una u otra manera junto a los guineoecuatorianos desde entonces formaron parte de la familia hispana. en la tecnología, en la diplomacia, en la cooperación, en la literatura y en otros importantes ámbitos. Y aquí veremos este Ej. Rap-bilingüe saharaui. Ver video.

https://youtu.be/rp6V3TS-zGU?t=30

Partiendo de mi condición como antropólogo en este contexto cuando me preguntan, “¿por qué escribes y hablas en español?” mi repuesta es la del aquel intelectual revolucionario argelino de los años de lucha contra la Francia colonialista, Kateb Yacine quien afirmaba “escribo y hablo en francés para decirles a los franceses que no soy francés”, algo similar decimos los saharauis.

Sí que somos una cultura híbrido de culturas e identidades, un hecho histórico irrefutable que engrandece nuestro concepto de pueblo plural y abierto hacia los demás.

TRES CLAVES COMO SÍNTESIS:

• Los saharauis no son una sociedad árabe como dice la bibliografía colonial, sino un híbrido de identidades africanas: afro-árabe-senhaya, donde confluyen las lenguas del senhaya en sus variantes del zenaga, el mezaba, el wulof y el soninké.

• Los saharauis son una sociedad en constante evolución como no podría ser de otra manera. Sus cambios y evoluciones siguen su propia lógica y la del mundo a su alrededor.

• Revisar y reconstruir el corpus bibliográfico colonial sobre los saharauis es una necesidad para corregir a los revisionistas de la historia saharaui pre colonial, colonial y postcolonial.

Bahia MH Awah en una entrevista con el Centro de Estudios Estratégicos Magrebíes, CEEM

ÁMBITO ACADÉMICO/Sahara Occidental

Profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de la Generación de la Amistad Saharaui, entre sus obras más representativas se encuentran textos como Versos refugiados (2007), Literatura del Sahara Occidental. Breve estudio (2008), El porvenir del español en el Sahara Occidental (2009), La maestra que me enseñó en una tabla de madera (2011), El sueño de volver (2012), Cuentos saharauis de mi abuelo (2015), Tiris, rutas literarias (2016) y La entidad política precolonial saharaui (en el ideario de la República Saharaui) (2018).

1.     Centro de Estudios Estratégicos Magrebíes  ¿Qué significado personal y social tiene para un saharaui la poesía?

Bahia Mahmud Awah: Nuestro gran referente y poeta nacional, Badi Uld Mohamed Salem, 1936, decía que “la poesía saharaui existió con su rol social mucho antes que nuestra música”. Al mismo tiempo, los primeros versos saharauis escritos en español en los años sesenta, cantaban la tierra saharaui y su libertad. Partiendo de esta afirmación, mi poesía es de un verso comprometido con nuestra cultura y su proceso de liberación nacional. Mi verso no es indiferente, porque clama contra injusticias que están fuera de nuestro proceso, como los problemas de los pueblos, la inmigración, la presencia de la política colonial de la francofonía como lacra aún persistente en nuestro continente africano. Un debate que resalto en este poema.

 

Verbo descolonizado

Alegre de mi verso

y satisfecho de mi voz

descolonizada,

porque no digo “Oui Monsieur”

ni pretendo con artificios

ser lo que no soy.

Refutando la falsa “Liberté, égalité, fraternité”.

Sincero soy en mis principios

de igualdad,

franco en mi apego a la libertad,

con los demás fraterno

y claro en mi descolonizado verbo.

 

En mi verso no faltan momentos íntimos de reflexión, amor y humanidad. La poesía para un saharaui es una imprescindible herramienta en la educación del individuo que recibe desde sus inicios en la cultura nacional. Enseña la historia, porque es un registro de todos los hechos que han acontecido al pueblo saharaui, cultiva en la oralidad a los hombres y mujeres de la sociedad e inculca el buen comportamiento social de las personas. La poesía es nuestra filosofía cultural, la interpretamos y nos interpreta.

2.    CEEM   ¿Cómo empezó tu recorrido como poeta?, ¿a qué edad?, ¿con qué obras?

BMA: Desde muy temprana edad, diría a los diez años, comencé a memorizar grandes clásicos nacionales que escuchaba recitar a mi madre en sus tertulias con amigos, momentos muy habituales en nuestro hogar. Tuve la suerte de ser educado por una gran literata, mi madre, Jadiyetu Omar. Con ella aprendí el sentido de un verso y la envergadura de su autor. Y desde niño, siendo mi educación bilingüe hasania-español, durante mis estudios del bachillerato sentí la similitud y belleza en los versos escritos en español como en hasania. Viví un proceso de acontecimientos políticos y sociales que me sirvió para rearmarme, expresarme y desahogarme en las circunstancias del destierro, el refugio, el exilio y la diáspora. Comencé a escribir mis primeros versos en español en 1985. “Despejada la oscuridad” fue mi primer poema, corto pero intenso, lleno de ritmo y contundente en su expresión de conciencia política y apego a mi geografía.

3.   CEEM    ¿Cuáles fueron las experiencias personales y sociales que más te marcaron y que tuvieron influencia en tu obra literaria?

BMA: Cuando se escribe, se piensa. Y cuando en algo se piensa es porque hay vida con dolor, injusticia, atropello, amor, desamor. El verso lo escribo partiendo de su rol y eficacia de transmisión en la conciencia de las personas. Es un arma potente por mucho que algunos lo vean como algo ilusorio. Sin el proceso de descolonización que he vivido con mis padres en el Sahara Occidental y posteriormente en el exilio, probablemente no hubiera sido poeta. Este proceso nos marcó a todos los saharauis tanto poetas, escritores, artistas, etc.

Como influencia he leído grandes obras de la Generación del 27 española, también a referentes poetas revolucionarios argelinos del FLN durante su guerra nacional contra Francia. Leí acerca de otros poetas en los que he encontrado similitud de motivación y compromiso con los procesos que vivieron en su época. Y si alguien me pregunta nombres citaría a Mahmud Darwich, Miguel Hernández, García Lorca, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Eduardo Galeano, Antonio Machado o Mario Benedetti.

4.      CEEM  Escribir en castellano para ti debe suponer adoptar la cultura hispánica, con sus luces y sus sombras, para expresar sentimientos y realidades saharauis, ¿Cómo se produce esta traducción sentimental?, ¿qué dificultades encuentras?, ¿qué elementos culturales facilitan tu labor?

BMA: El español para nosotros es el segundo idioma después de nuestra lengua africana, hasania. El español es el único y mejor legado lingüístico que nos ha dejado la metrópoli tras los cien años de dominio. Lo hemos incorporado a nuestra cultura como lengua franca y de resistencia para proyectar nuestra causa a los más de 500 millones de hispanos. Mi poesía se pronuncia con nombres de flores, arbustos, acacias, dunas, lluvias, parto de camellas, mesetas y nombres de montes propios solo del Sahara Occidental. No he adoptado luces ni sombras prestadas de la lengua española para expresar mis sentimientos, sino que he alimentado el verbo castellano con mi realidad cultural saharaui, y esto es sano y un buen aporte a la diversidad de esta lengua universal. 

Nunca lo hemos considerado lengua de imposición colonial como sucedió con el francés en Senegal, que destruyó todas las lenguas maternas del país, como también hizo en otras partes. A nosotros nunca nos pasará este apocalíptico error histórico que persigue hasta la tumba a Léopold Sédar Senghor. Marruecos al ocupar parte de nuestro territorio eliminó el español e impuso la política de la francofonía que practica como estrategia de culturicidio en la región. Los saharauis en la parte ocupada dan a sus hijos clases clandestinas de español y hasania en sus propias casas, porque el régimen sólo le impone su dialecto, la dariya marroquí y la lengua francesa. Una política que pretende borrar nuestra historia como excolonia española y cultura diferente a la marroquí y al mundo árabe en general. Pero resistimos al culturicidio que nos intenta imponer el ocupante para confundir nuestra identidad y convertirla como parte de la suya, apropiándose de ella.

En esta labor creo que no tendremos dificultades mientras pensemos en dos francas lenguas que han convivido durante un siglo, hasania y el castellano. El escritor argelino, Kateb Yacine de la época de revolución del FLN en tal contexto decía “Escribo y hablo en francés para decirle a los franceses que no soy francés”. Los saharauis somos una cultura afro-árabe-senhaya influida por un siglo de convivencia con la cultura y lengua hispana. Y mientras haya una revolución cultural, política de identidad y patria, siempre seguirá fluyendo el verso  comprometido escrito o compuesto en las dos lenguas.

5.    CEEM   En tu opinión, ¿Cuáles son los aportes más importantes de la cultura saharaui a la hispánica y cómo se han producido dichos aportes?

BMA: Estos aportes, cuando son investigados y estudiados, se tienen en cuenta las escuelas de pensamiento, sus representantes y los fondos de registro producidos en diferentes épocas como auges literarios. Estos factores evidentemente se dieron y se están dando en la historia del Sahara Occidental. Y por citar los más relevantes, está la “Generación del 73 Saharaui”, que produjo las primeras obras en literatura española-saharaui que sirvió como embrión para las sucesivas dos generaciones de poetas y escritores en lengua española. Es el caso de la “Generación del exilio”, convertida en los años setenta y ochenta en el motor principal para el mantenimiento y  enseñanza de la lengua española en la República Saharaui, y campos de refugiados en Tinduf. Y por último la Generación de la Amistad Saharaui" con más de una veintena de obras publicadas, con diferencia la generación que más frutos ha producido. Tres escuelas literarias saharauis consideradas como un claro aporte a la literatura y lengua hispana en todo el mundo. La Generación de la Amistad ha originado importantes obras de poesía, ensayo, teatro, antropología, narrativa e historia del Sahara Occidental como aporte a la enciclopedia de la lengua española y como parte integrante de la familia afrohispana.

6.  CEEM     Si tuvieses que personificar a la poesía saharaui, ¿qué rostros le pondrías?, ¿de qué autores y autoras?, ¿por qué?

BMA: En sus dos escuelas, hasania y español, destacaría varios autores de diferentes épocas. Durante el periodo colonial, citaría a los clásicos como Badi Mohamed Salem, Salama Uld Eydud, Yedehlu Uld Esid, Beibuh Uld El Hach, Bachir Uld Ali, Ljadra Mabruc y Jadiyetu Aleyat, entre otros. Y de la escuela literaria que produjo en español, se trata de citar las tres generaciones sin diferenciar entre ambas. Generación del 73, Generación del Exilio y la Generación de la Amistad. Cada una de estas escuelas surgió en circunstancias especiales. Pero el contenido de su verso es de común denominador, la patria saharaui y sus procesos sociales y políticos.

7.   CEEM    La imagen de madre, mujer y maestra que reflejas en tus obras son muy importantes no sólo para conocer más de tu experiencia personal, sino para profundizar en la imagen que tiene el pueblo saharaui de sus mujeres y de sus luchas cotidianas. ¿Cuál piensas que es el rol actual de la mujer saharaui en los territorios ocupados, en los campamentos, en los territorios liberados y en la diáspora?

BMA: Es por su carácter de mujer afro-arabe-senhaya que no ha aceptado ser sometida por el trasnochado patriarcado como pasa en algunas partes del mundo árabe. La mujer saharaui tiene sus cualidades específicas porque su sociedad la reconoce como actor válido, sin ella el hombre no puede desempañar su misión social ni política. El libro “La maestra que me enseñó en una tabla de madera” nos aclara esa capacidad y peculiaridad de la mujer saharaui en su sociedad.

Y si buscamos más ejemplos tenemos la mujer saharaui que vive bajo la ocupación marroquí en las ciudades de Dajla, El Aaiun, Smara o Bojador. Y aquí suenan muchos nombres como Sukeina Yedehlu, Aminetu Haidar, Galia Djimi, Sultana Jaya, Leila Lili y muchas más. La mujer saharaui en general tiene los mismos nombres de las citadas tanto en los territorios liberados, campos de refugiados, diáspora, como en los territorios ocupados.

8.   CEEM    La construcción de la identidad saharaui es un componente clave en el proceso de segunda independencia de la RASD. En las actuales circunstancias del conflicto con Marruecos, ¿cuáles piensas que son los retos para el gobierno y el pueblo de la RASD?, ¿Qué nos toca hacer a los que nos encontramos en la diáspora?

Bahia Mahmud Awah: En este contexto aconsejo recordar el pensamiento de la obra del martiquinés-argelino, Frantz Fanon, “Los condenados de la tierra”, cuando afirmaba que “Cada generación en su relativa opacidad debe descubrir su misión, cumplirla o traicionarla”.  La República Saharaui y el Frente Polisario son fruto de una histórica generación que desde sus inicios estuvo convencida de su rol en el proceso de descolonización del Sahara Occidental dentro de la historia africana. El posterior devenir que ha ido conociendo el territorio es producto de un proceso de descolonización no concluido del que todas estas generaciones son responsables en su total liquidación. Todo proceso de cualquier índole tiene su principio y tiene su fin. La naturaleza no admite el vacío como tampoco lo admite la política de descolonización. Llegará ese soñado día por los saharauis y los amantes de la justicia y la paz. Y ni una causa justa se pierde cuando tras ella hay un valedor.

 

 

Mi nuevo libro de poesía bilingüe italiano-español, "Poesia saharawi, anima di resistenza"

Avanzamos en el verano con una novedad en la biblioteca saharaui, el libro “Poesía Saharaui, alma de resistencia” editado en Italia para colaborar en las vacaciones de los niños saharauis, que incluye algunos poemas míos.

Titulo original en italiano, "Poesia saharawi, anima di resistenza"

El conocimiento de los poemas de Bahía Uld Mahmud Uld Awah da voz a un pueblo que durante más de 40 años ha estado esperando su derecho a ser una nación, constituida por sus propios territorios legítimos y autónomos.

Los saharauis son los habitantes legítimos del Sahara Occidental, un territorio de aproximadamente 266.000 kilómetros cuadrados con vista al Océano Atlántico. Fue una colonia española hasta 1975. En ese año la dominación colonial terminó, pero España en realidad dejó la luz verde a la invasión militar de Marruecos y Mauritania; los saharauis se vieron obligados a huir a Argelia, perseguidos por el bombardeo del ejército marroquí. Desde entonces, la población saharaui vive dividida entre los campos de refugiados en Argelia y los territorios ocupados del Sáhara Occidental. Estos últimos aún están bajo el dominio de Marruecos, que ha construido un muro de unos 2.720 km de largo, prácticamente inaccesible para quienes desean verificar las condiciones de vida de la población saharaui.

El libro que presentamos, “Poesía Saharaui, alma de resistencia”, es una iniciativa de Promosaik y su inagotable presidenta y fundadora Milena Rampoldi. La edición italiana corre a cargo de Multimage, junto con la Coordinadora de Asociaciones de apoyo a la RASD en la Toscana. Una experiencia y un entretejido de vida y valores que han permitido a los “voluntarios del desierto” presentar este libro en el que se recogen las imágenes y la armonía de un pueblo que enseña a difundir la paciencia, la verdadera fuerza de la paz.

Consideramos que es una pequeña semilla más en el desierto para defender una causa que ha sido olvidada demasiadas veces y soñar con un mundo donde todas las culturas y pueblos tengan los mismos derechos y oportunidades y contribuyan, junto con lo mejor de todos, al bien común de la  humanidad.

En el libro, además de los poemas de Bahia Awah aparecen fotografías, gracias a la colaboración de Lucía Zullo de CittaVisibili). Parte de la recaudación va destinada a contribuir a la recepción veraniega de niños saharauis de Vacaciones en Paz.

Titulo original en italiano, "Poesia saharawi, anima di resistenza"

El conocimiento de los poemas de Bahía Uld Mahmud Uld Awah da voz a un pueblo que durante más de 40 años ha estado esperando su derecho a ser una nación, constituida por sus propios territorios legítimos y autónomos.

Los saharauis son los habitantes legítimos del Sahara Occidental, un territorio de aproximadamente 266.000 kilómetros cuadrados con vista al Océano Atlántico. Fue una colonia española hasta 1975. En ese año la dominación colonial terminó, pero España en realidad dejó la luz verde a la invasión militar de Marruecos y Mauritania; los saharauis se vieron obligados a huir a Argelia, perseguidos por el bombardeo del ejército marroquí. Desde entonces, la población saharaui vive dividida entre los campos de refugiados en Argelia y los territorios ocupados del Sáhara Occidental. Estos últimos aún están bajo el dominio de Marruecos, que ha construido un muro de unos 2.720 km de largo, prácticamente inaccesible para quienes desean verificar las condiciones de vida de la población saharaui.

El libro que presentamos, “Poesía Saharaui, alma de resistencia”, es una iniciativa de Promosaik y su inagotable presidenta y fundadora Milena Rampoldi. La edición italiana corre a cargo de Multimage, junto con la Coordinadora de Asociaciones de apoyo a la RASD en la Toscana. Una experiencia y un entretejido de vida y valores que han permitido a los “voluntarios del desierto” presentar este libro en el que se recogen las imágenes y la armonía de un pueblo que enseña a difundir la paciencia, la verdadera fuerza de la paz.

Consideramos que es una pequeña semilla más en el desierto para defender una causa que ha sido olvidada demasiadas veces y soñar con un mundo donde todas las culturas y pueblos tengan los mismos derechos y oportunidades y contribuyan, junto con lo mejor de todos, al bien común de la  humanidad.

En el libro, además de los poemas de Bahia Awah aparecen fotografías, gracias a la colaboración de Lucía Zullo de CittaVisibili). Parte de la recaudación va destinada a contribuir a la recepción veraniega de niños saharauis de Vacaciones en Paz.

Novedades en la producción académica del autor, Bahia MH Awah

Universidad Guelph, Canadá

Recientemente y desde el ámbito académico han aparecido dos publicaciones en las que contribuyo como autor. Se trata del libro “Trans-Afrohispanismos, puentes culturales críticos entre África, Latino América y España”.

La autora de este estudio académico es: Dorothy Odartey-Wellington, Ph.D. (1997), Universidad McGill, es profesora titular de la Universidad de Guelph, Canadá. Es autora de Contemporary Spanish Fiction: Generation X (U of Delaware Press 2008) y de varios trabajos científicos sobre la expresión creativa española y afrohispánica.

Este libro en el que formo parte como autor en la investigación sobre “Trans-afrohispanismos”: puentes culturales críticos entre África, Latinoamérica y España es una aproximación innovadora a los Estudios Afrohispánicos. Los dieciséis autores del libro destacan las conexiones entre gentes, territorios y medios de expresión en la confluencia de África y el mundo hispánico, caso el Sahara Occidental. Los colaboradores del volumen aportan perspectivas desde sus respectivas especializaciones a reflexiones sobre interacciones transculturales en diversos contextos de interés de investigaciones socio-culturales.

Como coautor de este libro aporto un trabajo de investigación inédito sobre “El mestizaje lingüístico literario entre la lengua hassaniya o hasania y la lengua española hablada en la República del Sahara Occidental”.

 

Universidad Pablo de Olavide, Sevilla

El año pasado 2017 del 28 al 29 de marzo participé en los trabajos del “IV Encuentro Mil formas de Mirar y Hacer: Artes, Memoria y Comunidad”. En este evento académico presenté la película “Legna, habla el verso saharaui” con temática del genero etnográfico-histórico-literario, producida por Antropología en Acción y dirigida por los profesores Juan Ignacio Robles, Juan Carlos Gimeno y Bahia MH Awah.

La presentación de este trabajo de la antropología audiovisual y el posterior debate que suscitó el formato, fue recogido en las acciones relativas al proyecto Atalaya. “Arte y Compromiso. Experiencias para el Cambio Social” en su IV edición del año 2017.  El trabajo se ha recopilado en un formato de libro donde se han recopilado las ponencias de varios ponentes que han participado en el encuentro. El libro incluye el tema de la literatura y la acción antropológica sobre el Sahara Occidental, un tema de la que soy autor. 

Presencia saharaui en el Congreso de antropología CASCA CUBA 2018 en la Universidad de Oriente, Santiago de Cuba 

Presencia saharaui en el Congreso de antropología CASCA CUBA 2018 en la Universidad de Oriente, Santiago de Cuba

La antropología y su transfronterizacion y contrapunteo en la historia de los pueblos y sus culturas, ha centrado el debate durante cuatro días en la mítica Santiago de Cuba, ciudad de los carismáticos dirigentes barbudos que iniciaron la revolución cubana que partió desde la Sierra Maestra, atravesó Santa Clara y recaló triunfante en La Habana.

Según  los organizadores solo una vez CASCA había celebrado su Convención fuera de Canadá: fue en Mérida, México, en el año 2005. Y esta vez en 2018 ha elegido a la ciudad donde se inició la revolución en la Sierra Maestra de Santiago de Cuba, lo que supone una distinción especial para los 70 años de la Universidad de Oriente y para su claustro e investigadores, según ha explicado la profesora canadiense Karli Whitmor, gerente del Congreso.

La ciudad se ha vestido de “antrogala transnacional”, reuniendo a más de 500 antropólogos de más de 20 países, con más de 30 Profesores de Mérito y más de 10 jefes de Departamento de universidades de Canadá, Estados Unidos y Europa, junto a un equipo de cerca de 60 personas del mundo universitario de varias regiones de Cuba.

Martha Radice, presidenta de la CASCA 2018, en su palabra de apertura manifestó a los delegados en nombre de la Sociedad, “el placer de reunirse en la bella ciudad de Santiago de Cuba” y dijo que “el tema contrapunteo, (un concepto de la antropología usado por Fernando Ortiz en sus estudios sobre Cuba “Contrapunteo cubano y transculturalidad”), distingue exactamente la lograda colaboración trasnacional que ha hecho realidad este sueño de encontrarnos en Cuba”.

Las sesiones de trabajo han tenido lugar en el campus Julio Antonio Mella de la Universidad de Oriente (UO), el teatro del Rectorado de la UO, y el Centro de Interpretación y Divulgación del Patrimonio Cultural Cafetalero (Casa Dranguet).

La emisora Radio Mambi de Santiago de Cuba, en su cobertura a los trabajos del congreso, publicó en su web que el congreso es el mayor evento científico y cultural académico en la historia moderna de Santiago de Cuba, debido a su alcance y el número de especialistas extranjeros que asistieron a este CASCA-Cuba 2018. Como destacó la emisora en su crónica del 19 de mayo: “Diálogo, colaboración y contrapunteo han caracterizado cada jornada, y para la especialidad en el país, el encuentro es un hito, un punto de partida, al afirmarse que el Congreso media en la proyección de una antropología nacional donde se fundan los estudios de Don Fernando Ortiz en la zona occidental, Samuel Feijoo en la central y Joel James Figarola en la oriental (…)”.

Varios delegados coincidieron en destacar la adecuada organización del encuentro, gracias al empeño de la anfitriona Universidad de Oriente y de la Sociedad Canadiense de Antropología y la Sociedad de Antropología Aplicada, organizadoras del evento.

El cónclave fue considerado por los académicos organizadores un reconocimiento internacional a la antropología cubana. Y yo diría un homenaje al pueblo cubano y su realidad sociopolítica, ralentizada por el bloqueo americano, pero sin ser del todo detenida en su marcha en el segundo milenio.

Las instituciones cubanas se han comprometido con gran implicación en este cónclave académico. Han participado activamente la Universidad de Oriente, la Casa del Caribe, el Centro Cultural Africano Fernando Ortiz, el Centro de Lingüística Aplicada, el Instituto Cubano de Antropología, la Universidad de La Habana, y la Casa Dranguet, que es la sede del Centro de Interpretación y Divulgación del Patrimonio Cultural Cafetalero.

El evento desarrolló sus actividades en diferentes sesiones de multidisciplinares temáticas, con siete comisiones en cada jornada, y llenando las aulas-anfiteatro del “Mella”, las aulas del Centro de Electromagnetismo Aplicado, las facultades de Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Mecánica. También la Casa Dranguet, donde se pudieron ver diferentes filmes de cine antropológico. Allí fue proyectada la película “Legna, habla el verso saharaui” de los profesores Juan Ignacio Robles, Juan Carlos Gimeno y Bahia MH Awah, con un interesante debate sobre el pueblo del Sahara Occidental y su proceso de construcción y evolución histórico-socio-cultural. Además las sesiones se trasladaron al Centro Cultural Africano Fernando Ortiz, espacio en donde se realizó el taller “Presencia africana: historia y cultura”.

Una de las conferencias más importantes que se realizo el tercer día fue presentada en el teatro Universitario por el destacado antropólogo y académico inglés Martin Holbraad de la University College de Londres y la “antro cineasta” cubana Gloria Rolando, cuyo trabajo de antropología audiovisual lo realiza sobre aspectos como la esclavitud, la inmigración de la Isla Caimán a la entonces Isla de Pinos, o la de Panamá a Estados Unidos, recordando que los esclavos, al cruzar por Cuba, se quedaban en el archipiélago en los cortes de caña y otras labores. Estos dos conferenciantes fueron los invitados de honor del CASCA-2018. Holbraad, al hablar de la antropología cubana y sus referentes, citó esta frase del estudioso de las raíces histórico-culturales afrocubanas Fernando Ortiz: “¡Sin azúcar, por favor!”. El tabaco y el azúcar son objeto de estudio en la antropología en Cuba. Holbraad subrayó que “Ortiz, quien era un gran amante de los tabacos, por supuesto era un antropólogo”.

Como contenido y programas que se vertieron en el congreso, hay que destacar cuestiones filosóficas, culturales, históricas, culinarias, folclóricas, ecológicas, medios de comunicación, medicina, etnografía… Entre estas cuestiones la realidad cultural y política del Sahara Occidental fue presentada por cuatro antropólogos e investigadores, Vivian Solana Moreno de la Universidad de Brandeis de Boston y moderadora del panel, Ewa Strzelecka de la Universidad Nova Lisboa, Enrique Bengochea Tirado de la Universidad Nova Lisboa, Bahia MH Awah de la Universidad Autónoma de Madrid, además del poeta y diplomático saharaui Mohamed Ali Ali Salem.

Desde el “Panel Pensamiento a través de luchas revolucionarias” se han presentado cinco trabajos con temática saharaui:

- “Las relaciones saharaui-cubanas y la literatura saharaui en español”, a cargo de Mohamed Ali Ali Salem.

- “Mis años en La Habana: Retazos etnobiográficos de un exestudiante en La Habana”. Por Bahía M. Awah de Antropología en Acción y la Universidad Autónoma de Madrid.

- “La juventud Saharaui durante la época colonial, los yeyé saharauis”. Por Enrique Bengochea Tirado de la Universidad Nova Lisboa.

-  “Vivir la revolución: Cultura y la resistencia de las mujeres en el Sáhara Occidental y el Yemen”. Por Ewa K. Strzelecka.

El 20 de mayo el CASCA clausuraba sus trabajos y el grupo de ponentes sobre temática saharaui, integrantes de Antropología en Acción, regresamos por carretera a La Habana, recorriendo más de 800 kilómetros, haciendo antropología de itinerarios culturales e historicos, para presentar “Legna, habla el verso saharaui” y exponer sobre la realidad de este proceso africano, visto y estudiado por varios académicos en ámbitos de la investigación y producción antropológica.

A este encuentro-conversatorio asistió el embajador saharaui en La Habana, Malainin Etghana; Giselle Rubio Carballo, de la Dirección de África Norte y Medio Oriente (Ministerio de Relaciones Exteriores); Abdelmayid Ahmed Nayi “Berrura”, agregado de la enseñanza en la Embajada Saharaui; profesores de la universidad y un grupo de estudiantes cubanos, africanos, latinoamericanos y saharauis. Tras la proyección del trabajo de estudio etnográfico-antropológico, se desarrolló un interesante debate y reflexión sobre la historia del Sahara Occidental, estudiada y observada desde la antropología cultural. 

La maestra que me enseñó en una tabla de madera

Un texto de Antònia Pons, 02/03/2018

De los libros que he leído me ha emocionado especialmente el de Bahia M. Awah: La maestra que me enseñó en una tabla de madera.

Es un poema de amor a su madre, desaparecida prematuramente en el exilio.

Si os decidís a leerlo vais a viajar al Tiris, esa mágica región que los saharauis que he conocido evocan con nostalgia. Vais a experimentar las fatigas de los nómadas perdidos entre las tormentas de arena, os moriréis de sed mientras esperáis la arrualla (llegada del agua). Pero sobre todo, vais a sentir la presencia de Detu, la madre del autor, muy cerca susurrándoos al oído. Os envolverá toda la bondad, el cariño y el espíritu de sacrificio de una mujer que nació libre y que educó a sus hijos para que vivieran en Libertad.

En mis viajes a la dura Hamada argelina he conocido a mujeres como ella: cuidan de sus hijos y son el palo de la jaima de sus familias, las que no pueden comer carne si no la reparten con sus amigos y vecinos, las que miran hacia Occidente, las que acogen al huésped en sus humildes hogares de adobe y lona y les hacen sentir que han arribado al hogar, las que te perfuman, las que te ofrecen el cuenco de la Hospitalidad.

El libro de Bahia os transportará a las noches mágicas del Gran Desierto en el que las dunas cantan bajo un cielo cuajado de estrellas cercanas y escucharéis los versos de los grandes poetas saharauis.

Quizás, si sois madres, sentiréis un poco de envidia de Detu, la maestra que enseñó a sus hijos en el louh, porque desearéis que los vuestros os recuerden y hablen de vosotras como Bahia habla de Jadiyetu Omar.

Este libro te atrapa porque su autor ha buscado las palabras en un lugar del corazón que es dónde viven eternamente aquellos a quienes amamos.

El tidinit y la africanidad de la cultura saharaui

Foto: Bahia MH Awah

El componente cultural es uno de los elementos antropológicos que resulta diferenciador para el Sahara Occidental con respecto a otros países del norte africano, como Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. Hago hincapié en la lengua hasania, la vestimenta africana la darraá[1], la melhfa[2], la música houl[3] y sus instrumentos, el tidinit[4], el ardin[5] y la neifara[6].

Sin embargo, la presencia de estos rasgos en algunas geografías transfronterizas se ha convertido en un puente de unión entre África del Norte y África subsahariana. Estos rasgos culturales específicos de la cultura saharaui y mauritana son un nexo donde convergen varias culturas, la árabe, la africana y la hispana, esta última con la introducción de la guitarra española en el siglo XX.

El clásico griot mauritano, Sidahmed Uld Ahmed Zeidan, nacido en la región de Tembedgha en El Haud Eshargui de Mauritania en 1945 y conocido como uno de los grandes clásicos de la música tradicional hasaní, explica que el tidinit tiene su origen en el laúd árabe original y fue creado por el músico iraquí Ishagh Almufsali. Más tarde este instrumento pudo llegar a la música del África negra a través de un discípulo de Ishagh llamado Zariat.

El tidinit está considerado entre los grandes clásicos de la música mauritana como “símbolo de la historia” para las culturas hasaníes, es decir Mauritania y el Sahara Occidental, porque era su voz de arenga patriótica ante las gestas y epopeyas que cantaban los igauen[7] para ensañzar a los bravos guerreros durante batallas intertribales y durante la resistencia anticolonial saharaui-mauritana. 

El tidinit tiene cinco cuerdas, denominadas تشبطن tishibten. Según cuenta Uld Ahmed Zeidan en sus orígenes tenía cuatro cuerdas y el propio Ishagh Almufsali fue el que añadió una quinta cuerda de color rojo elaborada de seda, a la que llamó  وتر الدم wáter Edam, cuerda de sangre. Esto sucedió durante la época de los  العبسين Abasies, finales del mandato del califato de Harun Arashid años 786–809.

En 1969 el clásico del houl hasaní Cheij Uld Abba emprendió una gira por algunos enclaves del Sahara Occidental, aún bajo dominio español, y en un concierto en la localidad costera de El Aargub, el poeta saharaui Ahmed Baba Uld Budbuda Uld Abdelaziz, bisnieto del sabio Chej Mohamed Elmami, le improvisó en pleno recital estos versos, impresionado por la voz del griot y su tidinit. Versos que fueron inmortalizados por el clásico al ser musicalizados, y que han sido memorizados durante generaciones, tanto en el Sahara Occidental como en Mauritania.

تدنتك و اردين زين     و الردات امعها

والل بعدن بعد اخلين         يلوما كلنها

Bellos son tu tidinit  y ardin,

hermosa  es tu voz,

y no me resisto a expresártelo.


[1] Vestimenta del hombre saharaui. Atuendo de procedencia de los países del África negra.

[2] Vestimenta de la mujer saharaui y mauritana. Túnica de procedencia africana.

[3] Música de la cultura de las sociedades hasaníes en el Sahara Occidental y Mauritania. El nombre igual procede de las lenguas africanas de senhaya o zenaga.

[4] Instrumento tradicional  de la música El Houl saharaui y mauritano, de origen arabo-africano de excepción uso solo por el hombre.

[5] Instrumento de cuerda tradicional que combina cuerdas y tambor usado exclusivamente por la mujer, tiguiuit.

[6] Instrumento tradicional de percusión, tipo flauta, de uso pastoril en la cultura saharaui y mauritana.

[7] Plural de iguiu, cantante griot de la música houl en el Sahara Occidental y Mauritania.

Publicación del libro “La Entidad Política Precolonial Saharaui (en el ideario de la República Saharaui)” de Bahia Mahmud Awah

"La Entidad Politica Precolonial Saharaui, Dawlat Abadia, Eid Arbain" en el ideario de los procesos politicos saharauis del siglo XX. La OLS, el Polisario y la Republica Saharaui.

Se trata de la más reciente obra del escritor y antropólogo Bahia Mahmud Awah, fruto del trabajo de investigación realizado en el marco del Máster de Antropología de Orientación Pública de la Universidad Autónoma de Madrid. Con este libro el autor pretende ofrecer una respuesta a la bibliografía colonial, a la que critica por su omisión de las estructuras políticas precoloniales, en torno a las que estaban organizados los saharauis en el marco de Dawlat Albadia y su consejo Eid Arbain.

Prologa el libro el doctor en antropología Juan Ignacio Robles, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, despejando toda incertidumbre sobre el corpus de la obra con esta afirmación: “La pregunta que se plantea y a la que busca dar respuesta Bahia M. Awah es sugerente, provocativa, compleja, controvertida y necesaria para la fundamentación y legitimación del estado nación que el pueblo saharaui se dio a sí mismo el 27 de febrero de 1976 con la fundación de la República Saharaui Democrática, la RASD: ¿Existió una entidad nacional saharaui, previa a la colonización europea del territorio definida por la conferencia de Berlín de 1884-85?”

Sobre las respuestas  del autor a estos interrogantes el profesor Robles afirma que “Es evidente que la propia pregunta no es inocente. Dudo que haya preguntas y respuestas inocentes en las ciencias sociales y humanas, sobre todo, en el marco de una Antropología de Orientación Pública (AOP), cuya validez está relacionada con la utilidad práctica del conocimiento para los colectivos implicados en su generación”.

El autor de “La Entidad Política Precolonial Saharaui” reflexiona que “como antropólogo conocedor del territorio y educado en sus avatares políticos y sociales me encuentro llamado a esclarecer y responder muchas lagunas de la historia del Sahara Occidental y su pueblo, que el colonizador nunca quiso contar y omitió hasta el año 1975 tras exigirle el Tribuna de La Haya despejar las reivindicaciones marroquíes y mauritanas al territorio saharaui”.

El Sahara Occidental, desde el siglo XVI estuvo representado por la Entidad Política Pantribal Saharaui denominada Dawlat Albadia, un Estado-nación “secular”, que contaba con una estructura ejecutiva denominada Eid Arbain, Mano de los Cuarenta, constituida hacia 1556 y con un territorio delimitado con una geografía bien definido y reconocido por su entorno como Jat Al-Jaof, Línea del Miedo. En palabras del profesor Juan Ignacio Robles “Esta afirmación se apoya, tanto en los escritos de autores autóctonos sabios saharauis como Chej Mohamed Elmami y Mohamed Uld Tolba entre otros, como en la tradición oral sobre la que descansa gran parte de la memoria histórica del pueblo saharaui”.

Se trata de una obra revolucionaria y necesaria, en primer lugar para los propios saharauis en este tiempo posterior a la colonización española, pero en los que aún se sufre la ocupación neocolonial marroquí. También para el mundo académico occidental de las ciencias sociales. No deja de ser una fuente de referencia muy aconsejable para el establishment de la ONU; para Marruecos, el propio contrincante de los saharauis; y sin duda para el excolonizador, que omitió a los saharauis en su imaginario precolonial y reinventó su historia.

Los interesados pueden adquirir el libro "La Entidad Política Precolonial Saharaui" en este enlace de la editorial bubok

Mi enraizado verso

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ilustración: Cuadro oleo de Fadel Jalifa Embarec Fal

Mi enraizado verso, “al verso tirseño de Badi”

 

De la tierra dicen que nace el verso de mis dunas,

que brota de un costado cristalino,

como eclosionan del vientre de una duna

verdes espigas de azaran[1],

que los vientos peinan sobre

el suave cuerpo tallado en mil y una curvas.

 

Mi verso el escenario de sueños,

la multitud de acurrucados camellos

que refrescan sobre las húmedas

pestañas de un pozo tirseño.

 

Mi verso es tangible,

patrio,

sencillo,

cercano,

patrimonial,

tradicional,

memoria de pastorcitos,

zancadas de beduinos.

 

Mi verso es franco,

mirada fiel que guarda

por el pasado,

agitado por el presente,

de buen augurio al futuro.

 

Mi verso es un gaf de “tres rojos[2]”,

mi verso es el retoño de un talaa,

mi verso es tu verso que sueña

libertad,

es tu verso que sueña amor,

es tu verso que sueña paz,

es tu verso con ansias de llegar

descansar y en tus labios agonizar

como mueren las dunas en los labios del mar

o como  el sol cae entre los parpados del azul horizonte.

 

[1] Arbusto de esparto autóctono en la vegetación saharaui, que crece sobre las dunas y en tierras de muy finas partículas generalmente en la región sur del Sahara, Tiris. Se fabrican de este arbusto esteras, cestas para el pan y preparación para los granos de cereales como trigos y cebadas.

[2] Tres rojos, حمر اثلاث en hasania “Hmar azlaza”: son las tres primeras estrofas que dan origen a un gaf o verso en hasania. Son los primeros retoños de un talaa, poema, porque partiendo de estos Tres Rojos nace el talaa, el poema.

Pasajes del libro de Bahia Awah "Tiris, rutas literarias". Editorial Ultima Linéa

 Pasajes literarios del libro “Tiris, rutas literarias”. Editorial Última Línea 2016. Enlace compra del libro: Editorial Ultima Linéa libro Tiris, rutas literarias de Bahia Mahmud Awah

 

(…) Las charcas de Edejen también fueron inmortalizadas en otros tiempos, por otros grandes poetas tirseños como الكفي ولد بوسيف Elkafya Uld Buseif, poeta y guerrero de la resistencia anticolonial saharaui de principios del siglo XX. Un personaje de gran envergadura en la historia de la literatura hasaní, conocido por este talaa, que ha sido inmortalizado en la memoria colectiva y  musicalizado por los más prestigiosos clásicos de la música mauritana, Aulad Abba, Aulad Dandani y más tarde Aulad Eida. La solemnidad en estos versos del poeta los ha convertido en uno de los versos más conocidos en la literatura evocativa sobre la tierra de Tiris. Elkafya, que perteneció a la generación del poeta Mohamed Salem Uld Abdalahi, el padre de Badi y de Edjil Uld Sidi Baba, escribió estos conocidos versos:

 

لهروب اللاݣبل الحوݣ                            ام روس المئمون

نختيروهم عن فم زوݣ                        غير الوطي مضمون

خشم ادار و عكل اوكار                  و ݣلب نݣادي و انواودار

دارو في الݣلب الي اند ر                       منهم روحي ممكون

بين الدخن و ݣلب ادمار                      و اجبل ؤخشم الݣرون

 

La evasión es un paso

que antecede al fugitivo.

A los picos de Elmamuna

los prefiero

a la boca del pozo Zug,

sabiendo que mis pasos

están predestinados.

Los picos de Idar,

Akel Aukar,

Galb Engadi y Nuaudar,

albergaron en mi corazón

todo el amor posible.

De ellos mi alma se destierra,

me hallo entre Edejen, Galb Admar,

Ayabel y los picos de Gruna.

 

Se deduce de estos versos que el poeta los escribió en aquellos años de lucha contra las tropas coloniales franco españolas que incursionaban en las fronteras del territorio con sus tropas. La resistencia saharaui había ido perdiendo algunos puntos estratégicos como los montes y el pozo de Zug citado en los versos, y que fue tomado por España en los años cuarenta. Y al nombrar Rus Elmamuna, el poeta dejó claro que se encontraba en esos lugares que estaban bajo su control y en los que gozaba libertad, lejos del pozo Zug tomado por las harkas coloniales. 

 

Se cuenta acerca de estos versos que el clásico Abdalahi Uld Mohamed Salem, padre de Badi, al oírlos, respondió en defensa de Zug con estos extractos de los que pude recoger algunos hemistiquios incompletos que me facilitó de memoria el poeta Bunana Uld Buseif. Abdalahi Uld Mohamed Salem, cuando salió en defensa del pozo Zug y sus montes, sólo quiso dejar claro que son parte de la patria usurpada y que no tienen culpa de que alguien hubiera sido desterrado de ellos. La intención del poeta quedó registrada en estos extractos de un largo poema con el que reaccionó para defender este lugar del territorio. Sobre este poema existe una versión que lo atribuye al poeta tirseño Ahmed Salem Uld Dah. Sin embargo cobra más fuerza para mí la primera fuente que tuve, el poeta Bunana Uld Buseif, quien me cofirmó que era del clásico de Tiris Abdelahe Uld Mohamed Salem.

 

يلعݣل الى تم الݣواد                    اݣودك و السواݣ اسوݣ

الى زوݣ اݣد افطن زاد             اݣودك و اسوﯖك عن زوݣ

زوݣ ارانك ماكنت اتجيه            و جيت و الدوݣج مالك بيه

لعد و جيت و الاخليه                   لسرب ماه ابشى ملسوݣ

الى تميت انت بديه                     من فݣدك لترابك ملحوݣ

ذاك اشقادي لدوݣج فيه                 اثر و اشقادي فيه الزوݣ

 

Tú hombre, si Dios sigue

supeditando tus pasos

y en sus manos tus riendas

hacia los caminos de Zug,

también puede que te lleve

o te destierre de Zug.

 

Antes tú no frecuentabas Zug

y esta vez lo has visitado.

A Duguech, tanto tiempo sin verlo,

esta vez déjalo bien limpio

y no salpiques a los guerreros.

 

Si a ti te siguen atormentando

recuerdos de tu tierra,

esto poco le aflige a Duguech,

y tampoco le inquieta a Zug.

 

(…) pasajes del libro “Tiris, rutas literarias”.

 

En homenaje a la antropóloga nativa y militante saharaui Bad Mint Ahmed Uld Ali Salem Uld Elmaki. Por Bahia MH Awah

A principios de febrero de 1976, poco antes de la proclamación de la República Saharaui el 27 de febrero, durante el éxodo por la invasión marroquí al territorio, llegué a la localidad saharaui de Um Draiga huyendo de mi pueblo Auserd, que había sido tomado por el ejército de Mauritania en la época del presidente Moukhtar Oul Dadah. Tenía quince años y ya me había separado de la familia en noviembre de 1975. La guerra de ocupación en el Sahara acababa de entrar en sus primeras semanas con las incursiones del ejército marroquí por el norte y Mauritania por el sur. Circunstancias que me unieron casualmente en los primeros flujos del éxodo a la familia de Ahel Slama Uld Nafi, con los que comparto lazos familiares y por su estrecha amistad con mis padres.

En nuestro camino hacia las fronteras de Argelia acampamos en las cercanías de los montes de Um Draiga, a pocos kilómetros al sur del monte Ziza y Aglab El Camun. Mientras allí esperábamos aprovisionamiento de gasoil para el coche Land Rover que tenía la familia y continuar nuestro camino, mi amigo Labat y yo decidimos ir al campamento de Um Draiga, donde Jlil el hermano mayor de Labat ayudaba como sanitario en el dispensario. En ese mujayam[1] alguien que me identificó me comentó que estaba la familia de Ahel Madi. Preguntamos por ellos y algún responsable nos indicó dos jaimas que estaban arrimadas a la falda del monte. Intentaban camuflarse en un cauce de rio seco por miedo a la aviación marroquí, que ya había realizado el 18 de febrero su primer bombardeo a aquellos asentamientos intermedios en el camino hacia el éxodo de Argelia. Aquel día del bombardeo Jlil, Labat y yo nos encontrábamos en uno de los pozos de Um Draiga aprovisionándonos de agua para la familia.

Labat y yo nos presentamos por la tarde ante las dos jaimas, una tradicional, negra, muy amplia, que albergaba a la familia. Allí se encontraba una mujer de profunda mirada y extraordinaria belleza de ébano, que se levantó para recibirnos y darnos la bienvenida, sin identificar a ninguno de nosotros. El marido de Bad, el desaparecido Madi Uld El Bujari, era hermano de mi abuela materna; todos ellos están hoy ya fallecidos en el exilio de Argelia. Nunca había estado con ellos ni ellos me conocían en persona. Y mi presencia ante Bad en aquellas circunstancias era confusa, yo era un niño en medio de una guerra y separado de mi familia a los que había dejado muy lejos.

Mientras nos saludábamos, le dije que era el hijo de Ahel Awah, y en seguida me reconoció y se dirigió a su marido para situarle sobre quién era yo. Al terminar su amable saludo y atención, Bad nos invitó a entrar y a acomodarnos en el regazo de la confortable jaima, donde varios de sus hijos entraban y salían trayendo dos braseros de carbón para el té y al mismo tiempo en el exterior alimentaban una hoguera que ardía a la entrada de la jaima. El marido de Bad era un hombre de una constitución física corpulenta,  frisaba los sesenta años, ella parecía mucho más joven que él. Mientras se interesaba en el porqué de nuestra presencia, preguntando por mi familia y cómo yo había llegado hasta allí en solitario, su marido Madi salía y entraba, ordenando a los hijos algunas tareas. Si no recuerdo mal, creo que enfrente de la jaima había un pequeño ganado de cabras y ovejas acurrucado.

Bad, tras escuchar mi periplo desde que mi madre me indicó que huyera del campamento hasta llegar allí, me propuso quedarme con ellos para cuidar de mí en aquellas dramáticas circunstancias. Lo agradecí pero le expliqué que estaba bien con la familia que me había acogido en el camino, Ahel Slama. Aquella noche Labat y yo pernoctamos con ellos y al día siguiente partimos a pie de regreso a la familia que habíamos dejado en las cercanías de Ziza, a unos treinta kilómetros aproximadamente de allí. Días después, el 20 y el 23 de febrero, el campamento de Ahel Madi en Um Draiga donde habíamos estado fue bombardeado por aviones marroquíes de nuevo. Entonces fue cuando el Polisario comenzó a organizar la evacuación de las primeras oleadas de civiles en convoyes hacia las fronteras de Argelia. Un contacto de la organización avisó a la familia Slama para unirse al día siguiente a aquellos convoyes que dirigía Dadi Uld Mohamed El Hosein, alias Pegaso, un conocido dirigente del Frente Polisario, caído en combate años después. Al siguiente día nos unimos a las caravanas de camiones que ya estaban en marcha, camino al exilio. Ya casi de noche, en una parada en el camino para pernoctar en la localidad de Guelta Zemur, de nuevo me encontré con Bad y toda su familia encaramados en un camión Berliet GBC repleto de familias, que llevaba en las puertas el rótulo “Media Luna Roja Saharaui”. De nuevo se interesó por mi situación, preguntándome por mi salud y si me encontraba bien en medio de aquel caos. Nuestro convoy partió al día siguiente y no volvimos a saber uno del otro hasta pasadas varias semanas, cuando nos encontramos en un campamento en Rabuni llamado Naser, Campamento de la Victoria, en los primeros asentamientos de refugiados. Yo ya estaba internado en la dajililla[2] de Rabuni con chavales que habían llegado al exilio sin su familia y otros que sí estaban con las suyas. Los viernes no dábamos clase y los aprovechaba para visitar a la familia de Bad en dawair[3] de Rabuni, así empecé a relacionarme más con todos ellos.

En aquellos primeros años la organización de los asentamientos era la ardua tarea que le había correspondido desempeñar a las mujeres, porque todos los hombres estaban en los frentes de combate. Entre aquellas militantes atareadas recuerdo que estaba aquella inagotable y entregada Bad y otras mujeres como Ljadra Mint Mabruk, Toufa Mint Saleh, Hafsa Mint Hud y muchas otras más en aquel histórico campamento que llamaban Mujayam Naser. Bad desbordaba activismo en el consejo político del campamento, en las primeras estructuras de la organización de los asentamientos, en la atención y recibimiento de los refugiados que llegaban exhaustos y  confusos en su nueva situación, en la distribución de las ayudas descargando camiones,  en los congresos populares que entonces se celebraban y las actividades de la organización de las mujeres. Poco tiempo estuve en aquellos internados de Rabuni, y dejé de ir al campamento Naser porque la organización del Frente Polisario me envió con otros estudiantes a internados en la gélida ciudad argelina de Mecheria, donde cursábamos la secundaria y el bachillerato. 

El pasado 15 de mayo el pueblo saharaui perdió a esa insignia que fue Bad Mint Ahmed Uld Ali Salem, uno de los testigos más importantes del patrimonio cultural saharaui. Nos dejó, tras pasar cuarenta y un años de exilio en Argelia, a raíz de la invasión marroquí al territorio en 1976.

Ilustrada, de reconocimiento social, nacida en 1936 en la ciudad costera saharaui de Bojador en el seno de la familia Ahel Yara, conocida por su excelencia en la oralidad y dominio de la cultural y literatura hasaní en general. Fue una de las mujeres referentes en estos últimos cuarenta años del proceso de evolución y consolidación de la cultura material e inmaterial saharaui. Era una antropóloga, socióloga e historiadora, de esas que la antropología llama antropólogas “nativas”. No tuvo estudios más que lo que aprendió de niña en el seno de su familia nómada, de excelentes poetas y oradores. Luchó activamente por el patrimonio cultural saharaui hasta que el largo exilio y sus consecuencias le vencieron a los ochenta y un años de edad.

El pensador revolucionario argelino-martiniqués, Frantz Fanon, decía que “Luchar por la cultura nacional es, en primer lugar, luchar por la liberación de la nación, matriz material a partir de la cual resulta posible la cultura”. Bad, con el bagaje cultural que trajo consigo al destierro, compaginó su activismo en el exilio con el frente cultural diplomático exterior saharaui. Y lo hizo en sus primeras charlas y exposiciones con objetos de la antropología saharaui, que inauguraron las actividades del comienzo de relaciones diplomáticas con Madagascar, tras su reconocimiento a la República Saharaui en 1976. Se afilió en las primeras células de organización política del Frente Polisario en la localidad de Um Draiga de la mano de militante Ergueibi Uld Sahel, quien entonces formaba parte de las Tropas Nómadas del Ejército de la metrópoli. Trabajó como concejala de protección social y en asuntos políticos de la daira de Naser, más tarde Bucraa. En los años ochenta recaló en Europa con un museo itinerante de objetos de antropología saharaui, que fueron exhibidos por el Museo de Antropología, en el barrio de Atocha en Madrid, Con la misma muestra viajó a Roma, con ocasión de su hermanamiento con la wilaya de El Aaiun. Sostuvo el cargo de Secretaria General de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis en la daira de Bucraa, fue miembro del Buró Regional de la Unión Nacional de Mujeres Saharaui en la wilaya de El Aaiun. En 1996 formó parte de la ejecutiva que presidió los trabajos de III Congreso de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis. Fue galardonada por la UJSario por organizar y coordinar la campaña de alfabetización llevada por los estudiantes en los campamentos.

En 2013, junto a los profesores de antropología de la Universidad Autónoma de Madrid Juan Carlos Gimeno y Juan Ignacio Robles, siguiendo el rastro que dejó aquella muestra de antropología que llevó Bad a Madrid, la visitamos en su jaima en la daira de Bucraa, con el propósito de saber más sobre aquel viaje a Europa y su muestra itinerante. El antropólogo Juan Carlos Gimeno pensaba que se podía retomar para una exposición que se preparaba en Dallas, a fin de dar a conocer el problema del Sahara Occidental en Estados Unidos. A pesar de la lucidez de Bad, recuerdo que cuando le abrimos el catálogo que recogía los géneros de toda aquella muestra para situarnos en cómo se organizó su recolecta, nos dijo: “Os advierto, que mi memoria últimamente me está fallando con los detalles”. Tomamos un distendido té con ella en compañía de dos de sus hijos, Abadalahi y Maglaha. También nos acompañaba mi hermana mayor Nana, directora de protocolo en la daira de Hagunia, quien días antes nos coordinó el encuentro. En aquella charla nos quedamos maravillados por la forma en que Bad nos relató la importancia de ese trabajo que organizó recopilando con mucho esfuerzo los objetos. Nos habló de manera muy extendida sobre el legado cultural saharaui y su importancia en acompañar, retroalimentar y consolidar el proceso de liberación saharaui sobre el que Bad decía “(…) Sin ese patrimonio cultural el pueblo saharaui no puede existir, porque éste le da identidad y explica su pasado. Hay muchos pueblos que no nos conocían, pero cuando vieron exposiciones de nuestra cultura, enseguida se dieron cuenta y empezaron a identificarnos y simpatizar con nuestra causa”.  “(…) Gracias a nuestra cultura hoy en día se habla del pueblo saharaui en todo el mundo”. “(…) Enorme es mi agradecimiento a estos investigadores que vienen de lejos, volcados en la historia saharaui y por su interés en mi persona y trabajo”. “(…) El pueblo saharaui tiene una larga y rica historia por la que nunca podrá ser ignorado en el mundo, y a nosotros los saharauis no nos pueden diluir ni exterminar, porque nuestra identidad e historia son claras, brillantes y más contundentes cuando se exhiben en cualquier parte del mundo”. “(…) Nuestros grupos musicales han ido a remotos lugares para dar a conocer nuestra historia, exhibiendo nuestra vestimenta, nuestra música, nuestra danza, sin que nos confundan o identifiquen como marroquíes”. “(…) Nosotros y los marroquíes somos dos pueblos culturalmente opuestos”. “(…) Un marroquí vistiendo una darraa[4] saharaui es como una cría de camella recién nacida que todavía no sabe caminar, tambaleándose malamente de un lado a otro; sin embargo un saharaui con su darraá es todo elegancia”.

El antropólogo, en su amplia y compleja función que tiende siempre a buscar más allá de lo que comúnmente sabemos de nuestra cultura y sus grupos humanos, es aquel que con su aporte de sabiduría conoce nuestra procedencia cultural, su proyección, y qué es lo que debemos aportar para coexistir pacíficamente y para promover un mejor futuro, rico en valores morales y espirituales. Así lo hizo esta mujer antropóloga nativa saharaui, Bad Mint Ahmed Uld Ali Salem Uld Elmeki, con cuya marcha hemos perdido una enciclopedia humana oral, de enorme conocimiento, que no hemos podido registrar todo lo que hubiéramos querido por las injustas circunstancias del exilio.  


[1] Campamento

[2] Primer internado de niños excavado bajo tierra en Rabuni. Se provisionó por miedo a los posibles bombardeos de la aviación marroquí en el extremo caso de irrumpieran en el interior de las fronteras de Argelia.

[3] Plural de daira, pequeños asentamientos de familias que fueron acogidas alrededor de Rabuni.

[4] Vestimenta tradicional del hombre saharaui y mauritano.

Pasajes históricos de mi libro “Tiris, rutas literarias” de la Editorial Ultima Línea, 2016. El verso, su historia y los legendarios anticoloniales saharauis y mauritanos.

(…)

Uno de los detonantes que hicieron que Sidahmed Uld Ahmed El Aida optara por abandonar su tierra y se incorporara a la lucha anticolonial de los saharauis habían sido dos talaa, dos poemas, que escribió el poeta y guerrero Edjil Uld Sidi Baba Uld Beniug. El emir recibió la carta que Edjil encargó hacerle llegar a través de un saharaui que hizo de emisario, llamado Sneid Uld El Garadi. Y, según Mohamed Salem Uld Abdelmayid, Sneid era sobrino de Awah, Mohamed El Alem Uld Abdelaziz Uld Abiay, mi bisabuelo paterno. Sidahmed Uld Ahmed El Aida pidió que se leyera el poema ante los miembros del emirato de Adrar cuando se encontraban reunidos. Un notable sentado muy cerca del emir, que era afín a los franceses, contestó al descifrar el mensaje del poema:

– A la persona que ha escrito este poema habría que cortarle la lengua. 

Sidahmed Uld Aida respondió a todos los notables de su emirato haciendo esta pregunta:

– ¿Sabéis cómo cortarle la lengua a esta persona?

Y los notables del emirato respondieron con el silencio, para que el emir y poeta diera la respuesta más contundente y a la vez sorprendente. Entonces el emir contestó:

– Para cortarle la lengua, recoged vuestras jaimas y acampad junto a él.

(…)

Este episodio de la historia del compromiso y lealtad en la vida de ese histórico anticolonial emir mauritano, me lleva a pensar en lo opuesto. El expresidente y secretario general de la Partido Socialista Obrero Español ante los saharauis en 1976 se comprometió “con la historia que estaría a su lado en justa lucha hasta la libertad”.

Poco tiempo después al llegar al poder traicionó sus palabras y su compromiso con los saharauis y con la historia. Reza el proverbio saharaui "No os prometo, me comprometo ante la historia al deciros que el PSOE estará con vosotros hasta la victoria final". Es para comparar dos opuestos sujetos cada uno la historia le dio su merecido. El histórico compromiso del emir Sidahmed Uld Aida con los saharauis y la felonía de Felipe González.  

El exilio y el "Verso expatriado" de la erudita y poeta saharaui Jadiyetu Mint Omar Ali Embarec Fal como las "narraciones expatriados" de Edward Said

El Verso expatriado de la erudita y poeta Jadiyetu Mint Omar Uld Ali, la erudita anónima saharaui

A menudo cuando recordamos nuestras vivencias del exilio o la de otros personajes que de una u otra manera pasaron desapercibidos con sus reflexiones literarias conmovidos por las extrañas circunstancias del destierro o el exilio. Recordándolos siempre nos viene a la mente el pensamiento del intelectual palestino-estadounidense Edward Said.  En la misma sensación producida por el exilio mi madre desde su definitivo destierro en Argelia que empezó desde 1979 hasta su fallecimiento en 2006 reflexionaba en verso sobre la lejanía y la condición de desterrada en estos versos: “Oh corazón, /basta ya de aguantar /y no dejas de resistir”.

“Said hizo su reflexión sobre el exilio desde la ciudad de Nueva York y decía: “allí llegaban los irlandeses, italianos, judíos no judíos del este de Europa, africanos, caribeños, y gentes del Próximo o Lejano Oriente”.  Este repertorio de gentes según Said causó lo que él llamó en su obra Orientalismo “narraciones expatriadas”.

Mi madre Jadiyetu Embarec Fal a diferencia en genero de Said, también ella escribió reflexionando en “versos expatriados”, como estos que reproduzco y que compuso en 2003 acampada por primera vez y en circunstancias limitadas en tiempo con su jaima en una parte de los territorios liberados saharauis.  Estuvo dos meses sintiendo la libertad lejos de las desgarradoras condiciones del exilio en un monte llamado Gleib Eshaar, “El monte de la Lana”, lugar de la geografía del territorio saharaui situado en la región de Zemur.

 

متارك كافي يلعكل امن اصبر                 منو مانك

تمشي من عند اكليب اشعر      شوراخيام اهل امبارك

 

Oh corazón,

basta ya de aguantar

y no dejas de resistir.

Libre transitas

entre el monte Gleib Eshaar

y las jaimas de Ahel Embarec.

 

الطافلات الجاونا                    من منطقتنا و الهاونا

بيهم ياالله اتزدنا                         بكهولتنا و اشبابنا

 و الرجوع المواطنا                                        

 

Mozas nos visitan

desde la patria Oeste

Y nos alegran el ama.

Dios de su ejemplo

da a nuestros ancianos

da a nuestros jóvenes

y Dios que pronto retornaremos

a nuestra patria.

 

 

 

 

La tiranía del exilio y la ocupación foránea

Mis años de exilio en Argelia, trabajando en la Radio Nacional Saharaui en los Campamentos de Tinduf, 1999

La condición y consecuencias del exilio desde las circunstancias personales, pensando en mi caso como oriundo del Sahara Occidental, se viven y se sienten no solamente por el hecho del destierro del lugar de origen o del pueblo natal. Estas dos categorías, condición y consecuencias del exilio, son producto del desenlace forzoso y que el desterrado va experimentando más allá de su dimensión humana. El exilio yo lo he sentido con perplejidad en mis primeros años de adolescencia y ahora lo siento como un doloroso desgarro que me priva armar y actualizar constantemente mi cerebro con pequeñas cosas sencillas de la cotidianeidad cultural y social. Priva de observar, tocar, sentir, disfrutar y reflexionar sobre la metamorfosis social en sus pequeños detalles que vamos experimentando, desde el calor y educación de la familia a lo que uno va absorbiendo y aprendiendo de progresos en su mundo social y cultural.

Ahora, en mi caso y creo que en el de la generación que compartió conmigo los últimos cinco años del periodo colonial español y luego los 42 años de exilio, aún sentimos un enorme hueco en nuestras almas que antes rebosaban de muchas cosas de la tierra, desde giros lingüísticos, nombres de personajes de nuestra historia, leyendas literarias, gestas y epopeyas del proceso precolonial de los gazi[1] que protagonizaron nuestros abuelos y bisabuelos. Hoy, la esencia original de los registros diarios que hablamos no es como antes.

Los profundos indicios de la historia que ocupaba nuestro mundo hasaní beduino, el exilio y el conflicto los han ido erosionando y salpicando de impudicias y nocivos residuos de la cultura de la ocupación. Hasta incluso la distorsión fonética de la lengua que van sufriendo las nuevas generaciones sometidas bajo las reglas de imposición educativa del doble tirano, el exilio y el ocupante agresor. Entonces, sin descolonizar la mente y educación usurpadas, nunca nos libraremos de las consecuencias de la tiranía del exilio y la ocupación foránea...

  

Desde el exilio aún te escribo versos.

Pero Tiris tú eres

la beduina

que alimenta

mi existencia,

la fuente de mis sueños,

gurratu aini[2] .

Te prometo

que por esta ciudad

no te dejaré.

Por ahora,

mi exilio está en la hermosa

Madrid

y mi vuelta está en ti,

Oh Tiris, mi gurratu aini.

 

Sin embargo, vamos a buscar el lado bueno en los infortunios del exilio, el destierro y el refugio. Se trata de esa dinamización constante, crítica, reflexiva y de compromiso intelectual individual, que consagramos y con la que nos armamos para recuperar el espacio humano, cultural y de pensamiento que nos han truncado.

Pensando en las preeminencias de esta categoría “exilio” se produjo el pensamiento del gandhismo en la Sudáfrica del Apartheid, el pensamiento crítico del orientalismo de Edward Said en los Estados Unidos. Y ahora en sus cimientos los primeros brotes del surgimiento de  una literatura saharaui de exilio escrita en español y en hasania se rearman como frente de lucha de resistencia pacífica contra la tiranía del exilio y la ocupación foránea que padece una parte de nuestro pueblo. Con estas excepciones hemos despertado la atención de muchos antropólogos y lingüísticas del mundo académico e hispano en general.  


[1] Guerreros anticoloniales saharauis que representaban el brazo armado y de ley del Estado Pantribal Precolonial Saharaui, Dawlatu Albadia y su asamblea política Eid Arbaiin.

[2] La niña de mis ojos, lo más querido y apreciado, las gotas que humedecen los ojos en el sentido de llorar o reír por amor.

Son las imagenes de la historia y las cosas de la cotidianeidad que la tiranía del exilio y la ocupación nos deja perder Ruinas de la histórica ciudad cultural saharaui y su alcazaba y mezquita de Smara

Uno de los poemas en hasania más hermoso en la literatura evocativa a lugares de patria saharaui. Del gran poeta tierseño Mohamed Lamin U. Mohamed U. Addi. Pasajes de mi libro "Tiris, rutas literarias".  

(…) Antes de dejar el lugar miré el monte الدوݣج Duguech, que tantas veces oí mencionado en mucha poesía y cantado en la música clásica del haul hasaní, y fui consciente de que en ese momento lo estaba contemplando muy cerca, a unos cientos de metros de mí. Mi memoria en aquel instante me llevó a recordar un poema del que desconocía el nombre de su autor hasta que me lo reveló Mohamed Salem Uld Abdelmayid. Se trataba de Mohamed Lamin Uld Mohamed Uld Addi, un ilustre caballero y poeta tirseño, un grande de las letras saharaui del siglo XX, padre del dirigente saharaui Mohamed Uld Addi, que canta en un hermoso talaa varios montes, como el majestuoso Duguech y otro en las cercanías de éste de nombre Iyiblan, también con frecuencia muy señalado en la poesía de los clásicos tirseños.

 

نݣل و الݣمݣوم و لورين             وأم اݣرين و بئر أم اݣرين

و اسبيع آجي و تراسين              و السبخ و ارݣاب إشرݣان

أم اعبان و أم ارويسين                  هذوا زينين ازين الكان

يغير انا ذى باط اوتوف                   مايزيان و لا مايزيان

عند شي دون انشوف            انشوف الدوݣج و انشو اجبلان

 

Nagaal, Elgamgum y Lurein,

Um Grain y Bir Um Grain,

Sbeií Ayay y Tirasin,

la salina, Ergab Ishirgan,

Um Aabana y Um Rueisein.

Todos, de pasada belleza,

pero a mí con franqueza, 

nada me complace que no fuera

contemplar a Duguech y ver a Iyiblan.

 

(…) pasajes de mi libro “Tiris, rutas literarias” Editoral Ultima Línea 2016

 

Pasajes de mi libro “Tiris, rutas literarias” de la Editorial Última Línea. Obra de ensayo, literatura, antropología e historia del Sahara Occidental

 

(…) Al final de nuestro viaje compartimos con el poeta y erudito Badi Mohamed Salem Abdalahe un té en su jaima del exilio. Y en el diálogo que nos llevó a Tiris y sus peculiaridades nos  definió esta región como un paraíso partiendo de su especial belleza y los conocimientos del poeta acerca de la geografía de este territorio saharaui. “Si existiera el paraíso el día del juicio final, éste estará entre los montes de Auserd, Leyuad, Leshuaf, Amat Larfaad y toda esta zona de Tiris”.

 

En 1886 el catedrático Francisco Quiroga y expedicionario español, quien junto al capitán de ingenieros Julio Cervera, realizó una histórica expedición de investigación colonial. A su paso por Tiris, al llegar a los montes de Auserd y asomarse en el interior del milenario pozo que lleva el mismo nombre escribió, “como ejemplo de buenos pozos está El Hassi-Ausert, de excelente agua fresca;… revestido de piedras semilabradas. Cervera lo considera como un monumento del desierto”.

El libro se puede adquirir en la siguiente web de la editorial Última Linea: http://www.ultimalinea.es/awah-bahia/46-tiris-ritas-lirarias.html

Pinceladas del verso saharaui en hasania. En homenaje a la poeta y erudita tirseña (Detu): Jadiyetu  Mint Omar Uld Ali Uld Embarec Fal.

Nota la imagen del mapa es de la web la mili en el Sahara; las siguientes son el monte Besfi, Duguech, lugar donde nació mi padre Mahmud Awah y la de las dunas abajo son del arqueologo vasco Andoni Buruaga.

 

Tiris fue la fecunda tierra del saber y los sabios, un paraíso y una fuente inagotable de inspiración para el el excelso poeta, el buen pastor, el buscador de aguas, el buscador de camellos. Fue el espacio de  los hombres que amaban la mágica naturaleza del mejor de los rincones del Sahara Occidental.

 

Nadie imagina que esta tierra fue en su día escenario de encuentros de prestigiosos sabios, poetas saharauis y mauritanos. También fue el plácido y eterno refugio de muchos que en paz descansan en ella como Emhamed Uld Tolba, Mohamed Elmami, Mohamed Uld Mohamed Salem, Ali Uld Mayara, Elkafya Uld Buseif, Mohamed Laali Uld Ehueidi, Mohamed Lamin U. Mohamed U. Abdalahi, Ahmed Uld Ahmed Merhba entre otros muchos… la espléndida región donde se fundó la madrasa de Mohamed Uld Mohamed Salem en la colina Steilet Uld Bugrein, considerada en su día la primera universidad saharaui itinerante. En ella fecundó la obra "Qitab Albadia" de Chej M. Elmami y en ella esparció Uld Tolba los más sonados versos de canto a Tiris. 

 

Tiris fue y sigue siendo por su naturaleza una geografía que inspiró a muchos poetas, eruditos, guerreros anticoloniales y caballeros de la badia saharaui. Es novia y musa del verbo en su esplendor. 

 

Los versos que siguen parten de un largo talaa[1] que a continuación reproduzco. Su telúrico verso, de exaltación a los más bellos lugares de Tiris, evidentemente son del gran poeta tirseño Mohamed Uld Mohamed Salem Uld Abdalahi, hermano mayor del erudito y poeta Badi. Este último, gran amigo de mis padres.  

 

من ونكرات التزنيك               و انا ساكت ما كلت كيك

بي لحزيم الي اغريك                  جاني من عند اوارك

عاد امدخلني كل ظيك                  فلعين ادخول امبارك

 

محمد ولد محمد سالم ولد عبدالله               

 

A trote de Wankarat[2] a Tisznig[3]

sin mediar palabra,

absorto me preocupan

y me ahogan

las nuevas que llegan de Awarik[4].

Pero lo que aún más

de amor me ahoga

son las maravillas que desean

contemplar mis ojos en Wankarat. (…)

 

Nota: los mapas son de la web la Mili en el Sahara, militares españoles que vivieron en el territorio durante la época colonial.

Traducción recreada: Bahia M. Awah

 

[1] Un poema.

[2] Una cordillera de montes en el norte de la región de Tiris, de tierras cristalinas, finas y blanquecinas viejos escenarios de buenos tiempos para los habitantes beduinos saharauis. Su nombre es deriva de la lengua sanhaya.

[3] Monte en la región de Tiris que tiene el nombre de origen lengua sanhaya.

[4] Referente monte de la región de Tiris.

 

Cuando el verso mengua. A mamá en su X aniversario, Jadiyetu Mint Omar Uld Ali Uld Embarec Fal. (1944-2006)

أُمْـنِيّة ظـفِرَتْ روحـي بها زَمَناً   ......  والـيوم أحـسَبُها أضـغاثَ أحلام َ

Estos versos en árabe clásico los recitaba mi madre tras sus rezos y en momentos en que se hablaba de fracasos en la vida, el desamor o las tragedias humanas, como el largo exilio que vivió, la guerra o las hambrunas que escuchaba en las noticias de su inseparable receptor.

(…) Deseos con los que trencé mi alma

mucho tiempo,

y hoy los considero castillos

y sueños.

Los versos son del poeta y místico Ibn Elfarid  (1181- 1235). Fue considerado el poeta de Dios y uno de los místicos sufíes, entre los poetas de su época. Le llegaron a llamar “el poeta sultán de los enamorados”.

Mi madre sabía recitar el poema completo de escucharlo tantas veces en la radio de Nuakchot en aquellos años setenta, cuando sus emisiones llegaban hasta Auserd. También por las tantas veces que la reproducía en el pequeño magnetofón que había traído mi padre de El Aaiun en 1970, pocos días después de la sublevación nacionalista de la Organización Liberación Saharaui, OLS, contra la entonces metrópoli, la España franquista y colonial.

El poema empieza con estos versos que siguen fijos en la memoria de nuestros padres y abuelos.

نشرتُ في موكبِ العشَّاقِ أعلامي       وكانَ قبلي بُلى في الحبِّ أغلامي   

Desplegué mis banderas

al pasar la comparsa

de los enamorados,

pero en el norte del peregrino

las plumas del amor

conocieron la desdicha (…)

Para saber el motivo por el que “la maestra” recitaba estos versos tuve que preguntar a mi hermana Lehbeila. Ella ha memorizado la poesía de nuestra madre y prestaba mucha atención a lo que decía en sus años de exilio. Cuenta que nuestra madre sentía mucha necesidad de volver a sus lugares de origen, la región de Tiris, y a su gente, pero a la vez sentía que su conciencia le decía que el exilio tenía sus consecuencias y que los sueños de volver nos llevan a vagar indefinidamente con sus frustraciones.

Recientemente conversando con mi tía, la hermana de mi madre que vive en los territorios ocupados, me desveló versos compuestos por mi madre que yo nunca había escuchado, tampoco mis hermanas. Mi tía en 2003, desde los territorios ocupados, atravesó Mauritania y pudo llegar a los territorios liberados para ver a su hermana y a su madre, mi abuela Nicha. Allí estuvieron un mes juntas. Vivieron un reencuentro tras más de tres décadas de separación. Charlaron largas noches y recuperaron mucho tiempo perdido de mirarse, abrazarse, reír y a veces juntas llorar.

Mi madre estaba feliz disfrutando de la soberanía que sentía ejercer sobre una porción del suelo patrio del que fue desterrada. Y reflexionando sobre su felicidad y su fuerza para seguir resistiendo con su gente escribió estos versos con los que querría recordarla en el X aniversario de su ida sin vuelta.

Acamparon en Gleib Eshaar, situado al norte del monte Tamreiket, entre éste y el monte Tabatanet, por donde fluyen Rus Tawiniket, cauces de riachuelos que desembocan en el río Saguia El Hamra.

كافي يلعكل امن اصبر                       منو مانك متارك

تمشي من عند اكليب اشعر          شوراخيام اهل امبارك

Oh corazón,

basta ya de aguantar

pero no dejes de resistir.

Libre transitas entre

Gleib Eshaar

y las jaimas de Ahel Embarec.

Los siguientes versos los dedicó al reencuentro con su hermana. No quiso mencionar su nombre ni da pistas por temor a represalias cuando regresara a los territorios ocupados.

الطافلات الجاونا                   من منطقتنا و الهاونا

بيهم ياالله اتزدنا                       بكهولتنا و اشبابنا

 و الرجوع المواطنا                                         

Mozas nos visitan

desde la patria Oeste

y nos alegran el ama.

Dios da su ejemplo

a nuestros ancianos

a nuestros jóvenes

y Dios, que pronto todos

retornemos a nuestra patria.

 

Cuando se cumplirán en octubre diez años de su adiós, no dejo de recordar a mi madre con nuevos pasajes de su vida, que aún voy descubriendo y completan el homenaje que le realicé en “La maestra que me enseñó en una tabla de madera”.

Novedades, extractos pasajes del libro "Tiris, rutas literarias". Editorial Ultima Linea 2016

Agueinit localidad de los territorios liberados del Sahara Occidental, situada en uno de los lugares mas prestigiosos de Tiris donde se acogen tumbas de legendarios guerreros de la resistencia anticolonial saharaui contra los franceses.

 

La saharaui es una literatura rescatada en su mayor parte de la memoria oral; la fuente consultada, fiable y de reconocimiento social, son poetas, eruditos, grandes oradores y bibliografía colonial de antropólogos, geógrafos e historiadores. En este tipo de trabajo de cosecha de datos diseminados en la memoria colectiva e individual desde siglos atrás, no es fácil concluir, contrastar y conseguir la aprobación de todos. La minuciosa recogida, investigación y selección de la información vertida deja un claro espacio entrecomillado y abierto a la corrección; siempre puede haber más de una interpretación en diferente tiempo y espacio geográfico.

 

He escogido mis fuentes partiendo del carácter de una cultura que existe desde muchos siglos atrás, a pesar de la peculiaridad de ser prácticamente oral en su totalidad. Así, ha sido erosionada por el paso del tiempo y las generaciones, sin apenas registro bibliográfico ni otro archivo bibliotecario más que el humano. A lo largo de mis investigaciones me he topado en muchos testimonios con desajustes de fechas relacionadas con acontecimientos o biografías de personajes de la historia, que forman parte del corpus del libro. En cualquier caso, he intentado reflejar con la mayor exactitud posible los comentarios e informaciones que he recabado de las diferentes fuentes.

 

El lector se va a enfrentar a composiciones poéticas en hasania que no fueron creadas para ser escritas y leídas, sino para ser memorizadas y difundidas de “boca a oído” a lo largo de los años. Las composiciones más antiguas no se ubican en los géneros sobre los que se asienta hoy la poesía saharaui. Entonces se componía exclusivamente en lo que se conocía como Lbat Lekbir, “el género grande”, donde se vertía toda la poesía. La transcripción de estos poemas es en ocasiones bastante compleja, me he esforzado en hacerlo de la manera más fiel posible. También el lector puede encontrar algunas objeciones sobre la autoría de versos y poemas, casos en los que dejo la opción de un análisis con datos de referencia para que se pueda llegar a una conclusión razonable al respecto de la controversia poética.

 

En algunos versos en hasania faltan estrofas, que muchas veces son hemistiquios llamados hmer, rojos, sobre los que se compone el talaa, poema; también ocurre con la construcción de algunos de los gaf, verso cortos, que he recogido. Estos vacíos los dejo entre corchetes, indicando así la falta de una estrofa. En cuanto a la traducción de la poesía hasania al castellano he optado por la recreación literaria de los versos para hacerlos, en la medida de lo posible, comprensible y cercana para el lector ajeno a esta literatura. He recreado también versos escritos en español para que estos tengan las reglas y métricas del verso hasaní.

 

No pretendo buscar justificación al respecto de las posibles “erratas” que puedan ser vistas como simples errores. Todas las obras que forman parte de la memoria oral han sido objeto de revisiones a lo largo de su existencia; el tiempo se ha encargado de diluir y erosionar estas obras y muchos datos y testimonios. Espero que esta osadía de recoger, interpretar y traducir textos que llevan años, cuando no siglos, guardados en la memoria de todo un pueblo, resulte grata al mayor número posible de lectores y un aporte a la blibliografia y literatura saharaui.

El eco del verso saharaui en hassaniya, hasania, Bachir U. Ali U. Abderrahaman, desde los campamentos del exilio saharaui. El famoso poema anticolonial Agyeiyimat 

En el eco del verso saharaui

 

Poema del histórico poeta nacional saharaui Bachir Ali Abderrahaman en el que arengaba a la población saharaui en aquellos años setenta. El poema es muy conocido como “Talaat Agyeiyimat”, es decir El poema de Agyeiyimat[1]. Cabe destacar su temática dirigida a la población saharaui en los años setenta para levantarse contra el dominio colonial español y en contra de las pretensiones marroquíes.

 

Dice Bachir Ali: “Este poema y otros los dejé en un baúl grande donde guardaba mis escritos en nuestra casa de El Aaiun. Cuando nos sorprendió la invasión marroquí dejé todo y salí huyendo con la familia. Los marroquíes se lo quedaron todo. Ya no recuerdo el poema completo, solo estos versos, pero está en la memoria de mucha gente, si la encontráis”.

 

 

Oh, saharauis, empuñar las armas

 

Oh, habitantes del Sahara,

empuñar las armas,

hoy es ya vuestro deber

y obligación abrazar la lucha.

 

Unid vuestras manos con nuestro Frente,

el ojo que al bien nos guía,

al pueblo le reivindicamos alzarse,

porque el antagonismo

no ampara nuestro objetivo,

es quién hurga para desunirnos.

 

(…) El tiempo se nos ha ido como trashumantes

cuidando ganados, lo que no corresponde

con nuestro destino.

 

(…) Nos han esclavizado,

saquean nuestra fortuna

y nuestra tierra la reparten en fracciones.

Nuestro verdugo juega a sus anchas

con el intento de desunirnos,

no es pretexto, nuestro enemigo

odia vernos.

Y para nuestro asombro y tristeza,

desde el principio,

es el extraño quien pretende unirnos

en el mismo río a nuestro enemigo. (…)

 


[1] Montes del sur del Sahara Occidental conocidos por una batalla contra la legión franquista que había librado los primeros guerrilleros del Frente Polisario contra el Tercio español. 

El escritor Bahia M. Awah realiza en el Parque del Retiro de Madrid una charla sobre la literatura e historial del Sahara Occidental con estudiantes de la  Florida Gulf Coast University, USA

En 2014 fui invitado a la Universidad de Minnesota, al norte de Estados Unidos, por la profesora Michelle Hamilton del Dpto de lenguas hispano-lusas a unas jornadas sobre la literatura e historia del Sahara Occidental. Allí conocí a la profesora Marianela Rivero a quien, durante mi estancia en Minnesota, le hablé de la situación del proceso de descolonización del Sahara Occidenal, la ocupación marroquí a parte del territorio y sobre la literatura que producimos los escritores saharauis en español como aporte para dar a conocer la cuestión descolonización del Sahara Occidental, su historia, su literatura y la lucha de su pueblo. Aquel contacto tuvo como primer fruto el formidable trabajo de Marinela en el artículo “Voces saharauis de libertad: La poesía de Zahra el Hasnaui y Salka Embarek”, basado en el trabajo de las dos escritoras saharauis en la antología “La primavera saharaui: escritores saharauis con Gdeim Izik”, publicado por la Revista de estudios literarios Espéculo de la Universidad Complutense de Madrid a finales de 2014.

Nela, como le llaman sus alumnos, está estos días en Madrid con un grupo de estudiantes pero pero ahora ha cambiado el norte por el sur de los Estados Unidos, en concreto Florida, acompañada por la profesora Marta y un grupo de estudiantes con inquietudes sobre los procesos sociales y de injusticia que vive nuestro mundo.

Hace unos meses Nela me escribió desde su universidad para que organizáramos durante su visita a Madrid una charla con sus estudiantes sobre el tema del Sahara Occidenal y de la literatura que escribo en varios géneros acerca de nuestra cultura e historia. Para ello nos reunimos en el pulmón verde de Madrid, el Parque del Retiro, y bajo la sombra de sus centenarios arboles compartimos casi dos horas de charla entre amigos, estudiantes, profesoras y escritores. Me acompañaba la escritora Conchi Moya conocedeora de nuestra historia y estudiosa de nuestra literatura saharaui.

La profesora me comentó que los estudiantes tenían nociones sobre el Sahara Occidental porque ella les había hablado del tema. Sabían de mis libros, de mi poesía y de mi activismo como exiliado y en Europa. En este tipo de charlas trato de huir del monólogo y su formalismo porque aburre y aisla a los sujetos. Y partiendo de esa manera de diálogo tuve una amigable charla con estos jóvenes estudiantes, amalgama de afrodescendientes, latinos, europeos, como no podría ser de otra forma gracias a la rica configuración de raza humana de los Estados Unidos de América. Muchos temas estuvieron presentes, la historia colonial del Sahara Occidental, su configuración afro-arabe-hispana, la poesía, el proceso de descolonización, la ocupación marroquí al territorio, los saharauis y el mundo hispano, la solidaridad, la política de los Estados Unidos con la cuestión saharaui, la postura de los sucesivos gobiernos de España al respecto, los movimientos solidarios españoles con el pueblo saharaui, el Sahara y su proceso ante los gobiernos y pueblos de Europa…

El interés de los estudiantes en la cuestión saharaui se ha quedado reflejado en sus múltiples preguntas y reflexiones: ¿cómo nosotros desde Florida podemos contribuir para ayudar al pueblo saharaui en su lucha?; ¿cómo es la vida de los refuigados saharauis en los campamentos?; ¿por qué España ha creado este problema a los saharauis?; ¿por qué su indiferente postura al respecto?; ¿por qué Marruecos ocupa el territorio?; ¿por qué los escritores saharauis no podemos escribir nuestra literatura desde el Sahara Occidental?; ¿se estudia el tema del Sahara en los colegios y universidades españoles?. La escritora Conchi Moya, presente en el encuentro, les apeló que “la mejor manera de ayudar a los saharauis desde las universidades es la de hablar de ellos y difundir su causa a través de las redes sociales cuando el territorio saharaui ocupado está vetado a la prensa y a los obsevadores internacionales”. También les explicó que en el sistema educativo español el tema del Sahara está “desaparecido” en colegios e institutos, y sí empieza a estar cada vez más presente en estudios universitarios gracias al interés de profesores e investigadores que sí empiezan a inclusión del Sahara en sus clases y seminarios. Observó que se debe al bloqueo sobre la cuestión saharaui por parte de los diferentes gobiernos españoles desde la Transición.

Finalizada nuestra charla los estudiantes y sus profesores se interesaron en adquirir algunos de mis libros que exponen varias casetas en la 75 edición de la Feria del Libro de Madrid y juntos hicimos con ellos un divertido recorrido por la feria. Se detuvieron en la caseta nº 6 de la Librería Balqis, de Casa Arabe, donde pudieron adquirir algunos de mis libros, “Tiris, rutas literarias” y “Versos refugiados”. Y entre firmas, fotos juntos, comentarios sobre la charla, el agradable ambiente de la feria y abrazos nos despedimos contando con ellos como nuevos embajadores de la causa saharaui en la Universidad de Florida.

Acabo de recibir de Nela un día después de nuestro encuentro un comentario que dos estudiantes, abrumadas por el compromiso y la charla sobre el pueblo saharaui y su causa, publicaron en su muro de Facebook este reflexivo comentario de apoyo, que traduzco al español: “Hoy en la clase tuve la oportunidad de conocer a Bahia Mahmud Awah en el parque y charlar sobre el problema del pueblo saharaui, del Sahara Occidental. Fue una experiencia reveladora y un ejemplo con un corazón increíble. Estoy muy agradecida a que nos haya iluminado sobre este tema y ayudado a comprender la importancia de concienciar con la difusión del problema del Sahara Occidental".

San Mao (Chen Ping) la clásica voz literaria del Sahara Occidental en la cultura china

“No me preguntes de dónde vengo. / Mi origen es muy lejano. / ¿Por qué vagabundear tan lejos?”. (El Olivo, San Mao)

Reza el proverbio saharaui الظال ما اله ݣمن “El camellos extraviado estará donde menos esperes”. Es decir, cuando estás buscando un camello perdido, los caminos para hallarlo son impensables de deducir. Llevo varios años sumido en el mundo de la investigación sobre la cultura oral saharaui, a veces, como en nuestro refrán arriba citado, sin tener claro adónde me llevarán las pesquisas y líneas de investigación. El proceso de descolonización del Sahara Occidental y su historia pre y postcolonial es una galaxia de acontecimientos y cósmicos personajes dispersos en muchos y raros registros de la literatura universal.

A principios del año 2014 estuve impartiendo una clase de antropología social en la Universidad Autónoma de Madrid, en el marco del curso “Exilio y modernidad en España y América Latina en el largo siglo XX, caso el proceso de descolonización del Sahara Occidental”. Se trataba de una serie de conferencias que se dan para estudiantes del máster de Pensamiento Español e Iberoamericano. El proceso histórico del Sahara Occidental era un punto de convergencia en este marco de pensamiento español e iberoamericano, por sus peculiaridades.

Abordando este tema, les pregunté a unos estudiantes chinos de la clase que si en su país la gente sabía del Sahara Occidental y su historia colonial. Y la respuesta fue de lo más sorprendente cuando me hablaron de una obra muy popular en Taiwán, República de China, “Cuentos del Sahara Occidental” de San Mao. Los estudiantes me contaron que el libro es una obra considerada clásica en su país. Tomé nota del nombre de la escritora taiwanesa San Mao y emprendí la búsqueda para informarme sobre la vida y obra de la escritora. Inicie dos vías de investigación centrándome en su obra y en su relación literaria con la cultura e historia del Sahara Occidental.

Una de las primeras pistas que encontré fuera de aquellas revelaciones de los estudiantes, fue de un bloguero llamado Alvaro Rizzo, que escribe interesantes artículos sobre Japón, Corea y China. Este bloguero escribía sobre esta escritora china: “Hace 40 años llegó, a la entonces provincia del “Sahara Español”, una mujer enigmática que buscaba la realización de su vida y obra literaria. Gracias a ella en China se conoce al pueblo saharaui, así como uno de los momentos que más marcaron su historia: la descolonización española y la Marcha Verde marroquí”.

Pero siguiendo la filosofía beduina saharaui en este pasamiento que dice لخبار احلو اللا من فم ملها “la información brilla más cuando llega de la boca de su autor”, pensé en un amigo a quien siempre he considerado bien documentado sobre ese periodo colonial que vivió el Sahara Occidental, el intelectual saharaui Bachir Ahmed, “el canario”; integrante de aquella generación de universitarios saharauis de los años de la metrópoli, conocida como Generación del 73 Saharaui. Bachir vivía entonces en la ciudad de El Aaiun y conoció muy bien la convulsa vida de aquella ciudad de los años setenta.  Y en una conversación que tuve con él a propósito del tema me dijo: “Sí que recuerdo a aquella joven china que estuvo viviendo en El Aaiun en los años setenta, claro que sí. Nos llamaba la atención su oscura y lacia melena que dejaba ondear sobre sus hombros cuando salía a pasear por la calles de la ciudad. Me fijaba mucho en ella, pero nunca tuve la ocasión de hablarle. Sí sabía que su marido trabajaba en la empresa de fosfatos, Fosbucra”. Investigando para hallar más información obtuve similares revelaciones de otros integrantes de esa generación de Bachir. Pero nadie sabía de su condición de escritora ni de su convulsa y fascinante vida, que tanto centró en conocer el Sahara Occidental y su cultura.

El rastreo de información me llevó a Francisco Javier Feliú, un amigo del pueblo saharaui que vivió en El Aaiun en los años setenta y trabajó en la empresa Fosbucra. Me dijo que tuvo poco contacto con San Mao, pero me confesó este testimonio: “Lo único que puedo apuntar es que era de una educación exquisita y una forma de ser que llamaba la atención a cualquiera”. Este amigo aaiunero español contaba que tuvo más contacto con su pareja, Jose Maria Quero; me explicó que trabajaba en la empresa Fosbucra y que se dedicaba como submarinista, con otros cuatro o seis compañeros, a sumergirse en el agua para vigilar los pilotes que sustentan el muelle de carga de fosfatos donde atracaban los barcos que exportaban estos yacimientos al exterior. Feliú algo más atento que los saharauis en su manera de llamarle la atención aquella joven china, me decía que la recordaba con una mirada escrutadora que daba la impresión de que se estaba empapando de todos los detalles que iba experimentando dentro de la sociedad saharaui. Y contaba que en muchas ocasiones la veía sacar su libreta y tomaba algún que otro apunte. Un dato tan preciso que cuando empecé adentrarme en su biografía me dio entender la precisión con la que la describió Francisco Javier Feliú. Su testimonio concluyó escribiéndome acerca de esta escritora, “Fue una mujer muy feliz durante todo el tiempo que estuvo en Sahara Occidental”.

Mi instinto es totalmente de beduino y por mi naturaleza no soy de mucho hablar, prefiero escuchar y esperar el momento idóneo que me corresponde para hablar o actuar con prudencia.  Mi mente muchas veces viaja en el tiempo en busca de lo que quiero saber sin extralimitarme. No creo en las fronteras que me impiden acceder a algo que necesito saber con precisión cuando estoy investigando acerca de algún acontecimiento. En la universidad, en varias ocasiones me acerqué a estudiantes chinos en las cafeterías y en los pasillos para preguntarles si conocen el Sahara Occidental y a través de quién. Y siempre me encontraba con la misma respuesta: “Cuentos del Sahara de San Mao”.

Mi vecino chino, que por residencia española se llama Martín, tiene un establecimiento comercial y diariamente me cruzo con él y su familia y nos saludamos. Un día quise saber hasta dónde esta escritora podía ser conocida entre los chinos residentes en España. Martín, al preguntarle sobre la obra, me comentó que sí conocía “Cuentos del Sahara Occidental” de San Mao. Y que cuando era niño, en la República Popular de China leía a escondidas esta obra de San Mao, porque entonces estaba casi prohibida, mientras que en Taiwán era lectura obligatoria. Ese dato de la prohibición me intrigó y le di vueltas para hallar la incógnita que encerraba en sí. Recordé que a finales de los años setenta vi pasaportes de la metrópoli que portaban los saharauis en aquella época del dominio colonial español, en los que en la primera página se advertía nombres de varios países que los saharauis no podían visitar y entre ellos estaba China, por ser un país comunista. El Sahara Occidental y los saharauis vivían entonces bajo el dominio franquista. Entiendo que esa sería la razón por la que la obra, “Cuentos del Sahara Occidental” estaba prohibida en la China continental.

San Mao, la voz literaria del Sahara Occidental en China, nació en Chongqing, centro-sureste de la China continental, el 26 de marzo de 1943. Su padre era un abogado llamado Chen Siqing y su madre se llamaba Miao Jinlian. San Mao, tras la esmerada educación recibida de su familia, a los cinco años había sido capaz de leer la famosa y monumental novela oriental, considerada una de las obras maestras de la literatura de China, “El Sueño del Pabellón Rojo” de Cao Xueqin. En un periodo especial de su educación sus padres, Miao y Chen, se convirtieron en sus profesores. Su madre le daba clases de piano y pintura, mientras que su padre lo hacía enseñándole inglés y descubriéndole obras literarias inglesas.

Esta formación en casa, supervisada por sus padres, dio sus primeros resultados cuando en 1962 presentó su primera obra: “Puzzle”, un artículo de ensayo filosófico sobre el individuo, que causó sensación y que le sirvió para ser aceptada en el Departamento de Filosofía de la Universidad de la Cultura China en Taipei. Y fue en ese momento cuando tomó el apodo de “San Mao” pseudónimo escrito en chino de esta forma: 三毛 y significa literalmente “Tres Pelos”, nombre de un personaje chino de tebeos que relataba las aventuras de un niño pobre que tenía tres pelos en la cabeza, y cuya difícil vida se desarrolló vagando por el mundo en busca de oportunidades.

Rebuscando datos sobre San Mao encontré que en 1973 se fue a vivir en El Aaiun con su pareja, el español José María Quero, con quien se casó en el Ayuntamiento de la capital saharaui aquel mismo año. Durante sus primeros meses de vida en El Aaiun Maoping Chen o también Echo se mostró muy cauta y reservada, sin relacionarse apenas con los vecinos, pero a medida que fue transcurriendo el tiempo se fue integrando cada vez más en la sociedad saharaui, una conexión que fue preludio de sus primeros estudios sobre la cultura del Sahara Occidental. Al rotativo taiwanés “Taiwan United Daily News” le impresionó la historia de San Mao, una mujer china viviendo en el Sahara Occidental. Le contactaron y le pidieron que escribiera una serie de artículos en los que contara sus experiencias en el Sáhara Occidental. La solicitud del famoso periódico le desbordó de satisfacción y comenzó a enviar artículos, relatos y ensayos, que recopilaría en 1976, publicando la que sería su obra maestra: “La historia del Sáhara” (撒哈拉历史), libro que se convirtió en uno de sus primeros grandes éxitos como escritora y en poco tiempo un éxito de ventas entre los jóvenes de Taiwán y China y que es hoy una obra clásica y de culto sobre la excolonia española.

Un mes antes del fallecimiento de Franco, en octubre de 1975, Marruecos comenzó la llamada ‘Marcha Verde’ en la que miles de marroquíes fueron enviados hacia las fronteras del territorio, proclamando el Sáhara Occidental como parte de Marruecos. En realidad detrás de esa “marcha pacífica” el ejército marroquí irrumpía con violencia bélica en el territorio saharaui, iniciando una ocupación que persiste cuarenta años después.

La presión marroquí y la debilidad de España llevaron a la metrópoli al abandono del territorio ni permitir a los saharauis ejercer su derecho a la independencia. España comenzó a evacuar a sus ciudadanos a la península y a las islas Canarias. Entre aquellos repatriados se hallaban José María y San Mao, quienes se instalaron en Tenerife en febrero de 1976. Cuatro años después, el 30 de septiembre de 1979, se produciría un fatídico hecho que marcaría de por vida a la escritora. Ese año, durante la Fiesta de la Luna en China, su marido José Mª se dispuso a hacer una de las muchas inmersiones que había realizado por trabajo en El Aaiun y posteriormente por hobby en La Palma, pero ese día algo salió mal debajo del agua y se produjo la tragedia: A la edad de 27 años, su pareja murió ahogada por un accidente de submarinismo. Se tiene constancia, según cuenta el bloguero Alvaro Rizzo, que tras la muerte del marido de San Mao su hermana Chen Tian arribó a la isla para acompañarla y ayudarla a enterrar a su marido, junto a sus padres y que tras el funeral, para no seguir sufriendo, abandonó la isla para regresar a Taiwán a principios de 1980 “en busca de olvido y apoyo familiar”, según cuenta Rizzo.

Al poco tiempo de su llegada le visitaron los editores del Taiwan United Daily News y le plantearon viajar a Latinoamérica, desde donde tenía que escribir artículos para el rotativo. La escritora aceptó la oferta de trabajo, con lo que tal vez buscó evadirse de su dolor. A su regreso a Taiwán, en mayo de 1982, publicó dichas experiencias y accedió a un puesto de profesora de lengua y literatura china en la Universidad de Taipei.

Según algunas bibliografías el 4 de enero de 1991 San Mao fue ingresada en el Hospital de veteranos de Taipei a causa de una hiperplasia endometrial, que ese mismo día le causó la muerte; una muerte que según varias versiones sucedió en confusas circunstancias.

Mi curiosidad por saber de buena tinta la obra de esta gran escritora me llevó a pedir a estudiantes chinos, a los que di clase en mi universidad, que me felicitasen algún ejemplar de su obra en chino y efectivamente pude conseguirlo. Pero para descifrarlo tuve que coger algunos textos e intentar traducirlos y el descubrimiento de estas historias que escribía San Mao fue emocionante. He querido reproducir estas líneas del preámbulo de la obra y que dicen:

三毛作品中最脍炙人口当属《撒哈拉的故事》,本书由十几篇精彩动人的散文结合而成,其中《沙漠中的饭店》,是 三毛适应荒凉单调的沙漠生活后,重新拾笔的第一篇文章,从此之后,三毛便写出一系列以沙漠为背景的故事,倾 倒了全世界的华文读者。  

“De las obras de San Mao la más popular fue, sin duda, la "Historia del Sahara", un libro que combina más de una docena de emocionantes y conmovedores relatos, incluyendo "Hotel del Sahara”. San Mao, adaptándose a la monotonía sombría de la vida en el Sahara, recogió con su pluma un primer artículo y desde entonces, escribiría una serie de cuentos saharauis como historia de fondo, que se ha convertido en objetivo de lectores chinos en todo el mundo (…)”. Me ha conmovido el titulado “El camello que llora”, y cómo San Mao relata las confesiones de sus amigos saharauis, que preveían que iban a ser traicionados por España. 

La escritora canaria Susy Alvarado me comentó que la tumba del hombre que lo fue todo para San Mao, Jose María Quero, a quien ella llamaba en chino, He Xi, (荷西), “Loto del Oeste”, hoy es objeto de peregrinación de miles de turistas chinos en el camposanto municipal de Santa Cruz de La Palma. Y sintetizando esta gran obra de San Mao decía el bloguero Alvaro Rizzo, en su bitácora “Oriente Jondo”: “Este éxito se debió en gran parte gracias a las descripciones de los lugares que reflejaba en sus obras: El enigmático y bello Sahara, su gente, sus costumbres…”. Con estos “Cuentos del Sahara”, con los que homenajeó el que fuera su paraíso el Sahara Occidental, San Mao ha alcanzado la inmortalidad. Como saharauis, toda nuestra gratitud y recuerdo a esta gran autora china, que ya forma parte de nuestra historia.

África: los antecedentes del compromiso contra el dominio colonial son el compromiso de la Ecole Normale Superieure de Gabón con el Sahara Occidental

Siguiendo estos días el impacto humano del flujo de exiliados que van huyendo con sus tragedias empujados por la guerra en el Medio Oriente y en el cuerno de África, reflexioné sobre dos temas, la condición “exilio” y el compromiso de los pueblos africanos con el pueblo saharaui. Esta última reflexión se basa en un mensaje y una foto que recibí de unos amigos universitarios gaboneses en el que me ratificaban su compromiso con la lucha del pueblo saharaui. La palabra exilio es una expresión que nuestra humanidad ha introducido en su jerga de poder para definir a los que fuimos ilegalmente expulsados y desposeídos de nuestro hogar y nuestra tierra. No siendo esta expresión, exilio, más que la acepción que define el fracaso y la incapacidad de liderazgo de los poderes que dirigen nuestro mundo. A estos seres humanos que van huyendo de la muerte, y que me han hecho revivir mis pasos de niño en mi éxodo buscando cobijo, les dejo constatar mi profunda solidaridad y sentir hacia su suerte.

¡Humanidad!, ¿ante estos dramas, adónde nos refugiamos los desposeídos y desterrados? Los pueblos expulsados de sus tierras nos hemos convertido en literatura. Y hacemos esta literatura cuando hablamos de nuestras luchas y las consecuencias que nos acarrea. Nuestros recuerdos son igual que los del primer mundo, tras vivir la I y II Guerras Mundiales, la esencia de la muerte y la destrucción, el iniciar el éxodo hacia un lugar seguro. Esas son las amargas vivencias que el Primer Mundo experimentó, que debería de lección magistral para no volver a caer ni dejar de sentir humanidad ante semejantes injusticias.

En marzo de 2013 participé en el “Congreso Internacional Virtual: El afro-hispanismo en África, África en el afro-hispanismo”. Un evento académico internacional organizado por las universidades de Guelph, Ontario (Canadá), y la universidad de Ghana. El encuentro me posibilitó conocer  varios académicos del mundo universitario de África, Latinoamérica y Europa; fue un sugestivo encuentro sumamente fructuoso en su dimensión humana y académica, con el propósito de abrir camino hacia un mundo afro hispano sin fronteras. En ese congreso conocí a dos magníficas  profesoras, la ghanesa canadiense, Dorothy Wellington, una de las organizadoras y docente en la universidad de Guelph y la ponente gabonesa Veronique Okome, profesora de Conferencias Lengua y Cultura del Mundo Hispanófono y Directora del Centro Africanista de Estudios del Mundo Hispano Luso de la Ecole Normale Supérieure de la Universidad de Gabón. 

Al haber vivido y experimentado el éxodo como huida hacia el exilio, he leído mucho sobre este fenómeno. Recuerdo una cita del escritor sueco Henning Mankell en la que decía “Nuestras organizaciones en el exilio han sido una especie de sustituto de las ciudades y los pueblos que nos vimos obligados a abandonar”. Y aquí no quiero pensar en aislados guetos, más bien en organizaciones de comunidades, asociaciones de escritores, culturales y de derechos humanos.

El caso nuestro, los saharauis desde siempre hemos llevado a África en el corazón, porque sin su cultura tan arraigada entre nosotros y el pensamiento de sus históricos lideres contra el dominio colonial, como Patrice Lumumba, Oliver Tombo, Kwame Nkrumah, Mandela, Boumediene, Julius Nyerere, Amílcar Cabral, Agostinho Nheto, no nos hubiera sido posible encarnar el ideal anticolonial y sublevarnos contra todos sus múltiples tentáculos contra los que aún seguimos luchando, como último pueblo de África que padece esta lacra de ocupación extranjera y dominio neocolonial.

En los años setenta, siendo niño, inicié mi éxodo huyendo de la guerra, lo que más adelante hizo que entendiera con claridad esa terrible condición del destierro y el exilio y sobre la que decía Luis Leante, premio Alfaguara 2007, amigo y prologador de “El sueño de volver”: “No conozco una palabra más terrible que “exiliado” para referirse a la condición de una persona”. Recuerdo que en el internado donde estuvimos cientos de niños en el norte de Argelia tarareábamos una canción revolucionaria saharaui de aquellos años que decía: “Nuestra causa es africana y esta tierra del Sahara está invadida”. ¿Era entonces un mensaje a África, la cuna de nuestra humanidad? Con esta canción yo entendía que estaría despojado de mi hogar pero me encontraba bien acogido por África, por lo que no sentía que estuviéramos solos. Posiblemente sin este pensamiento que adquirí con mi generación y a una edad muy temprana, no me hubiera sido fácil identificar la buena suerte que nuestra lucha adquirió al ser apoyada por los pueblos africanos.

En el año 1998 el ghanés Kofi Anan, entonces Secretario General de la ONU, visitó  los campamentos de refugiados saharauis. Recuerdo una pancarta colgada frente una jaima negra tradicional saharaui que decía: “Kofi, África needs you”, y esa África indudablemente también es el Sahara Occidental. Nuestro sentir por el africanismo nos mueve como nos lleva el ritmo de tambor africano que está latente en nuestro ser. Ante los ojos de los africanos nuestra lucha, la de los saharauis, es la del pueblo palestino ante el mundo árabe. En 2014 tuve la suerte de conocer en persona y escuchar al histórico líder sudafricano del ANC, Andrew Mlangeni, compañero de celda de Nelson Mandela, cuando este visitó los campamentos de refugiados saharauis durante el XII FISahara, dedicado a Mandela. En un mitin se dirigió a la población con estas palabras, propias de un líder que arenga a sus seguidores a ganar su lucha: “Veo muchos periodistas y fotógrafos en este tipo de eventos, pero nunca lo vemos luego reflejado en los medios” y más tarde sentenció: “Los saharauis han de estar muy agradecidos a Argelia por haberles dejado este lugar; como nosotros agradecimos a Tanzania que nos dejara un cachito de jungla desde donde pudimos organizar nuestra lucha (…) Los saharauis conquistarán su libertad, y si no ellos, sus hijos”. Palabras de compromiso que reflejan el sentir de toda África hacia la causa saharaui. También conmemoró esa batalla de la historia que libraron muchos pueblos africanos ante el dominio colonial, y recordó su exilio en Tanzania: “Allí pudimos cortar árboles para hacer casas y sembrar comida para sobrevivir, pero los saharauis están en este lugar de mucha dureza y sufrimiento y sin embargo han sabido sobrevivir”. Sí, es cierto que hemos resistido y continuado porque África está ahí presente con nosotros.

Creo mucho en el poder de hacer muchos frentes, de una literatura que emana del compromiso más que la destructora expresión de las armas, sea como fuera su resultado final. Aunque esta indeseable vía bélica, muchas veces es el único lenguaje que les queda a los pueblos para derrotar a la injusticia. El poder inmaterial de la literatura en todas sus facetas es uno de los lenguajes ante el que inevitablemente sucumbirán los que nos echaron y nos sometieron a esta condición de exiliados, desterrados y refugiados. Durante el inicio de la invasión marroquí al territorio saharaui en 1975, un periodista de habla inglesa preguntaba al entonces rey marroquí Hasan II cómo reaccionaría el monarca si los saharauis tomaran las armas contra la “Marcha Verde”. El déspota respondió, vacío de sentimientos humanos y subestimándonos: “¡Nos los comeremos!”. Tres décadas fuimos indigestos para él, y ya lleva otra padeciendo su hijo nuestra determinación. Nadie podrá someternos.

En la Ecole Normale Superieure, ENS de la Universidad de Gabón, tengo amigos gaboneses a quienes su profesora de filología española, Veronique, les introdujo en su plan de estudio la literatura saharaui escrita en español y adquirió algunos de mis libros, como “El sueño de volver”, obra en la que repaso la historia de aquella irrepetible generación anticolonial del 73 saharaui; “La maestra que me enseñó en una tabla de madera”, libro dedicado a mi madre y maestra Jadiyetu, y “El porvenir del español en el Sahara Occidental”. A través de la red pude desarrollar varios encuentros virtuales con estos estudiantes que me llevaron a recordar cómo en las universidades de las metrópolis y colonias de aquellos años se formaron carismáticos dirigentes africanos de los años sesenta y cómo espolearon la conciencia de sus pueblos y se sublevaron contra el colonialismo y sus doctrinas. Este verano recibí un correo de mi amiga la profesora Veronique en el que me informaba que venía a Madrid para impartir una conferencia en la Universidad de verano en el Escorial sobre la Cultura y Sociedad africana, a la vez que me confesaba que traía una carta de sus alumnos que habían leído mis libros.

Una vez más percibí que los saharauis tenemos ganada nuestra causa y que estos pueblos no nos van a fallar en nuestra lucha, que se acerca a su final. La carta no ha podido ser más cercana y original, era una foto de los estudiantes posando frente a su centro universitario, y en el dorso me dejaban el siguiente mensaje: “¡Hola hermano Bahia! Nosotros estudiantes de la E.N.S de Gabón le saludamos con respeto. Su obra maestra “El sueño de volver” nos ha encantado. La causa saharaui que defiende es nuestra. Quizás un día más pronto se realice, por la gracia de Dios. Saludos cordiales”.

Al respecto prometí responder a estos amigos y hermanos africanos de nuestra causa de forma abierta y para ello me he basado en aquellos antecedentes históricos que en los años sesenta protagonizaron otros jóvenes como ellos en todo el continente africano, hechos que he podido absorber de niño y otros sacados del libro “El largo camino hacia la libertad”, la autobiografía de Nelson Mandela. Estoy seguro que estos estudiantes gaboneses no van a defraudar el compromiso de sus antecesores y para ello me valgo de este proverbio saharaui que reza: “traicionar el compromiso está en manos de quien en casa se ha quedado”.

Y aquí hago mío el pensamiento y lo traslado a todos los mundos universitarios africanos y sobre todo a los que fueron colonias francesas y les recuerdo que el Sahara Occidental está registrado en el Comité de Descolonización de los 24 de la ONU como uno de los 16 territorios no autónomos que faltan por descolonizar en el mundo y el único en África. Sed fieles ante el compromiso con vuestro hermano pueblo saharaui por el que un día la Historia os juzgará. El valor humano de los pueblos en cualquier balanza que se pese, caerá siempre a favor de la razón como el presentimiento y muestra de apoyo que hicieron en su carta estos compatriotas gaboneses cuando me decían “Quizás un día muy pronto se realice” el sueño del pueblo saharaui. Y esta lucha queridos amigos es un amor que quien lo haya probado lo sabe. Dios mediante, en este compromiso con el pueblo saharaui y la historia de nuestras luchas nos dejó muchos ejemplos como esta cita de la despedida de Lumumba a su esposa Pauline y a los pueblo africanos que escribió en 1961 dos semanas antes de ser asesinado: “La historia dirá un día su palabra, pero no será la historia que se enseñe en Bruselas, en París, en Washington o en las Naciones Unidas: será la que se enseñe en los países liberados del colonialismo y de sus títeres. África escribirá su propia historia, de gloria y de dignidad, al norte y al sur del Sahara”.

Los días que estuve buscando la tumba de Hanafi Uld Mohamed Chej y huellas de la Generación del 73 Saharaui.

Con el afán de saber sobre aquella irrepetible juventud, llamada “Generación del 73 Saharaui” Inicie mis trabajos de investigación primero desde Madrid, pasando por residencias y colegios mayores de diferentes compus de la Complutense, lugares donde empezaron sus inconclusos estudios todos aquellos jóvenes saharauis de los años setenta. Un trabajo que me llevó a publicar “El sueño de volver”.

 

Posteriormente tras varios encuentros e intercambios de correos  con algunos componentes de aquella juventud pude llegar a una similiar conclusión que encontré reflejada en el pensamiento de Nelson Mandela, cuando hablaba de su pasado pasado y decía, “Especialmente para aquellos de nosotros que vivimos en celdas individuales, tenemos el tiempo para sentarnos y pensar, y descubrir que sentarse simplemente a pensar es una de las mejores formas de mantenernos frescos y capaces, de ser capaz de encarar los problemas y de examinar nuestro pasado”. Esta reflexión “El sueño de volver” la hice encarando el olvido, rebuscando en el pretérito y caminando hacia el futuro.

 

Hoy recuerdo que aquel  periplo que hice hace siete años tras  las imborrables huellas que dejó aquella  comprometida generación, me llevó a los campamentos de Refugiados Saharauis en Tinduf buscando en viejos cementerios  anónimos nombres registrados que han podido resistir la erosión de cuarenta años cincelados en resistentes lapidas del exilio. Y por ello creo que ejercer esta memoria para poder entender el curso de nuestro futuro, es buscar lo relevante que hemos dejado en la memoria del pasado.

 

En  la foto indicada arriba, fue uno de aquellos día que iba en busca de los cementerios del exilio en Rabuni donde en paz descansa Hanafi y otros correligionarios de su generación. 

 

Desde Nueva York. “La poesía fortalece la resistencia popular y proporciona eslóganes comunes”

Hace unos años atrás que he conocido a través de nuestra literatura saharaui y su extensión por el mundo hispano a un lingüista y traductor neoyorkino llamado, Joseph Mulligan. Sin mi verso y el de varios poetas saharauis en lengua castellana y hasania, posiblemente no hubiera sido posible esta ocasión. Y a propósito, recuerdo ahora que hace unos ocho años, en la cafetería de Círculo de Bellas Artes de Madrid un dirigente saharaui con el que estuve conversando y tomando un café junto a mi amiga la filóloga y poetisa saharaui Zahra Hasnaui, nos dijo:

 

– Habéis llevado nuestra causa con vuestro verso al mundo universitario norteamericano, y esto a nosotros los políticos nos allana el camino.

 

Mulligan me escribió de Nueva York hace unos dos años y me propuso que hiciéramos juntos una antología poética bilingüe, que englobara versos de varios poetas saharauis en castellano. Pusimos manos a la obra, y la iniciativa se encaminó y me sorprendió por el nivel de implicación de este lingüísta norteamericano, quien me pidió que le hablara del debate poético de Salama Uld Eydud y Yedehlu Uld Esid.

 

No hace mucho que me escribió y, tal vez inspirado por toda la información que le había facilitado sobre la literatura saharaui en hasania y sus protagonistas más relevantes, me dijo:

 

– Bahia, estoy aprendiendo el árabe para poder acceder y traducir el verso de hasania.

 

Acabo de recibir un sorprendente poema que no es más que el reflejo del propio Joseph como lingüista, tal vez para decirme, tal y como he creído siempre, que la historia del verso saharaui no tiene fronteras y tiende al infinito en su espacio. Y como dijo el difundo Mahmud Darwich “la poesía puede ser considerada como demasiado débil, un juguete que se arroja contra los rifles, pero a menudo es tan buena como la dinamita, cristaliza posiciones políticas mediante líneas que, memorizadas por los viejos y los jóvenes, fortalece la resistencia popular y proporciona eslóganes comunes”. Pienso que el gesto que se hace incondicionalmente hacia otros, hecho en verso, es el mejor homenaje solidario y fraternal. Y no puedo apropiarme del agradecimiento a nuestro amigo Joseph Mulligan porque es patrimonio de todo el pueblo del Sahara Occidental.

El poema está inspirado en un largo talaa del clásico Salama Uld Eydud que enviaba a Yedehlu Uld Esid, y que iniciaba su gaf con:

 

كول الجدأهلو عن مسحوب         ذ الوكر الي يشرح لكلوب

من تيشية لين المحجوب                     للكتم لعكيدت ديان

(...)

Díganle a Yedehlu que esta morada

que limpia el alma es todo agua,

desde Tishia hasta El Mahyub,

del Guetma al pozo Deyan. (…)

 

Díganle a Bahia

Díganle a Bahia que traduzca más poesía:

no le hace falta ningún Bayt al-Hikma [1]

para que cante en castellano un galb [2] de Beibuh [3]

un talaa [4] de Badi [5] o legtaa [6] de Salama [7] y Yedhelu,

Y si es olvidón, recuérdenle que la biblioteca

de Chej Malainin [8], incinerada por ignorancia,

solo se reconstruirá con el fuego de la lengua

y llamas bastantes encontrará en la garganta.

Y si se anima a traducir, que no olvide ser poeta

antes que traductor, y antes que poeta es menester

ser bauaha[9], pues cada poema es agua dulce

que se toma bajo la sombra de una acacia.

 

Bahia Mahmud Awah

 

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[1] Bayt al-Hikma, hice referencia a la Casa de Sabiduría de Bagdad de la época de los Abbasid, donde los famosos traductores produjeron versiones árabes y asirias de los textos filosóficos de la antigua Grecia.

[2] Montaña y también dícese al corazón.

[3] Destacado poeta nacional saharaui nacido en el siglo XX

[4] Poema en hasania.

[5] El decano de los poetas saharauis en hasania. Badi Mohamed Salem, erudito y poeta.

[6] Debate poético surgido en la literatura saharaui entre los años 1936 al 1974 protagonizado por tres grandes clásicos saharauis en hasania.

[7] Clásico poeta saharaui autor de la 3ª Edad de Oro en la literatura saharaui junto a Yedehlu, Rayel Uld Emboiric, Beibuh Hach y Mohamed Uld Abdalahi.

[8] Erudito y teólogo saharaui anticolonial, fundador de la ciudad de Smara (1830- 1910)

[9] Buscador del agua en el desierto a lomo de camello.